Las vacaciones son en el año como el domingo en la semana: la toma de conciencia de lo que da sentido a la vida
Entre Cordiñanes y Caín, del 3 al 26 de julio se han ido relevando tres campamentos de bachilleres. Cada uno con casi 200 personas de distintos lugares (Madrid, Vallecas, Móstoles, Coslada, Parla, Granada, Coruña, Canarias, Ávila... ) y sin embargo con una misma experiencia.
Nos acompañaba un buen grupo de universitarios que se encargaba de la cocina y del mantenimiento. Previamente, otro grupo había estado a las órdenes de Alberto montando el campamento: las tiendas, las dos tendópolis, las superduchas, los fregaderos, la luz, los WC «químicos» -novedad del '93- ... Un gran trabajo, hecho con inteligencia y discreción, con el que nos encontramos al llegar.
Partimos con un doble deseo: continuar nuestra amistad descubriendo su razón y ayudarnos a dar un juicio sobre la experiencia que vivimos: «todo es gracia».
Ha sido atender a los que nos dirigían -Pepe, Chalo, Enrique- seguir a los que llevaban los juegos, marchas... y aprender de la vida misma: a cantar cantando y escuchando, a jugar jugando y viendo jugar, a mirar mirando y viendo mirar, a divertimos divirtiéndonos y viendo disfrutar. Era sorprendente ver cómo la experiencia de la «conveniencia» y grandeza de lo que nos ha sucedido, nos disponía a todos a aceptar gustosos toda circunstancia: las sorprendentes patatas fritas o el tomate pegado; el buen tiempo o la lluvia; el ganar a los barquitos o el perder al futobolín humano, el canto en el que hacemos experiencia de que, en compañía, ninguna circunstancia va contra nosotros, al contrario, la circunstancia concreta es el único lugar en el que podemos encontrar nuestro propio destino y caminar hacia la felicidad. Para seguir una Presencia nos hemos ido a Picos y por lo mismo empezamos como una aventura el comienzo del curso.
Soledad de las Hazas
Ultima semana de julio; de nuevo unas vacaciones del CLU. Las primeras sorpresas agradables no se hacen esperar: dos buenos hoteles -de los mejores de Baqueira, buena comida, piscina en medio de las montañas ... Los que estuvisteis el año pasado en las vacaciones de Viella sabéis lo que se agradecen estas cosas.
Las vacaciones han sido ante todo entender un poco más que «un amigo es aquel que te ayuda a caminar hacia el destino». Esto se ha realizado a través de cosas pequeñas y cotidianas como las palabras de Ramón por las mañanas, el testimonio de Quique, las correcciones de Guiomar en el rezo de los Laudes en tono recto, o las de Cristina en los cantos. A través los amigos que más me han acompañado en estas vacaciones, por la forma en la que me enseñan a hacerlo todo con una conciencia nueva (desde comer y beber - cosas que practicamos mucho-, hasta rezar Laudes), he podido experimentar que realmente soy amado por Otro. ¡Menos mal que día a día mis amigos «ceden su carne» al Misterio, para que Él me pueda acompañar, amar y corregir humanamente!
«Reconocer una Presencia»: éste era el lema de las vacaciones. Que este milagro se realice en la cotidianidad de la vida (jugando, cantando, o estudiando este curso que viene) es lo único que permite -como decía Quique en su testimonio- abrazar el mundo.
Macario
Antes de vacaciones había ya una amistad en movimiento, un grupo de personas cada vez más decididas a caminar juntos, a seguir juntos a Otro. Las vacaciones eran algo deseado, esperado, preparado con cuidado y atención, con una generosidad llena de conciencia que era un testimonio mútuo. Necesitábamos un milagro para que entre 340 personas -desde jóvenes trabajadores hasta amigos de más de 60 años y además 70 niños- apareciera un pueblo, una unidad visible y no una dispersión. Era un desafío, pero un desafío a nuestra libertad: a vivir en primera persona todo lo que nos decimos a lo largo del año.
¿Qué ha sucedido? De nuevo lo inesperado e improgramable. Ante nuestros ojos volvía a acontecer lo que ni siquiera nos atrevíamos a desear: que gente tan diferente en su procedencia, en su edad, en su historia personal, pudiera reconocerse unida frente a Algo. Es Otro quien actúa, es Otro quien nos ha puesto juntos, basta por tanto repetir lo que se nos ha dicho, seguir el acontecimiento de vida con el que ha comenzado esta historia. Llena de estupor el contemplar cómo a través de nuestra dramática inconsistencia se manifiesta una Presencia. A la semana siguiente algunos fuimos a las vacaciones de los Jóvenes Trabajadores en Italia. Estando allí hemos empezado a dar crédito a nuestra compañía y todo ha sido más grande, más bello y más sencillo de lo que habríamos esperado. Una promesa cumplida, no una mentira.
Javier Restán
En el salón del Tüc Blanc había una pancarta que decía: «La novedad es la unidad de aquellos para los que lo que ha acontecido es todo». Los días que hemos pasado juntos en Baqueira nos han permitido verificar estas palabras.
La novedad la percibes primero en una diferencia que te atrae. Rellenas un test que presagia movida, juegas a las banderas o al futbolín humano en espiral, escuchas en un sensibilidad, el gusto del orden, la disponibilidad para el trabajo, la libertad en las relaciones, la posibilidad de perdonarse, no son sin más el resultado espontáneo del talento de cada uno. Crecen dentro de una unidad, estando dentro de unas relaciones concretas entre personas que puedes identificár, con nombre y apellidos. Son la consecuencia de seguir la amistad que se da entre aquellos para los que lo que ha sucedido es todo.
El origen de la riqueza de las vacaciones lo reconoces en un tipo de unidad que no se explica por sí mismo, que remite siempre más allá, a la Presencia de Otro. A lo mejor no todos en Baqueira te sabían decir el nombre de Aquel que lo ha hecho posible, han venido por casualidad, gracias a una invitación inesperada, ni siquiera sabían muy bien de qué se trataba. Se han sentido atraídos y han empezado a mirar hablar a algunos, en los que están puestos los ojos de todos, hasta que han oído su nombre: Cristo. Y te dicen con sencillez y agradecimiento: yo desearía que mis amigos, la gente a la que quiero, estuvieran aquí. Así se dilata nuestra amistad.
Esta novedad no pasa, porque no la has inventado tú: te la encuentras y la reconoces. Te precede, te acompaña, despierta en tu corazón una esperanza que ni sospechabas, y el tiempo se convierte en amigo.
Javier Prades
Un grupo de 30 personas hemos pasado una semana de vacaciones en La Thuile, con los Jóvenes Trabajadores de Italia.
Eramos más de 800, las instalaciones del hotel prácticamente no daban cabida a tal multitud, pero desde el primer día se percibía que sólo el seguir un único hecho hacía posible el renacer de un rostro nuevo en cada uno de nosotros, el despertar de tu verdadera personalidad en medio de una inmensidad de rostros, en un primer momento extraños.
La vacación estuvo bombardeada de momentos preciosos. Ir de excursión, cantar juntos, escuchar a Cesana, jugar o participar en la asamblea y en la fiesta final se convirtió en la forma de ser provocados a una relación continua con una presencia que en el tiempo sostiene y realiza la historia original de cada uno.
La unidad y el afecto que ha nacido con ellos a lo largo de estos días nos ha dejado realmente sorprendidos. La misma sorpresa de Juan y Andrés al descubrir cómo el Señor quiere establecer una relación continua con cada uno a través de una determinada realidad humana, a través de personas.
El recibir una gracia tan grande genera una certeza: la posibilidad de vivir y de caminar con esperanza coincide con ciertas relaciones.
Cachi
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