Huellas N.09, Octubre 1998

CULTURA

... A las gentes de Perú

Dado Peluso y Rafael del Busto

La exposición «De la tierra a las gentes: la difusión del cristianismo en los primeros siglos» en Lima. Seguidamente se presentó en Arequipa y Trujillo, inaugurada por los arzobispos de las respectivas ciudades

En Lima, las palabras del car­denal mons. Augusto Vargas Alzamora el pasado 29 de agosto habían inaugurado el evento llamándonos a una nueva evangelización: el cristianismo «encuentra a todas las culturas - la griega, la ro­mana, la judía - valorando lo que de bueno hay en ellas y transformándo­las». En el acto de apertura partici­paron: mons. Lino Panizza, obispo de Carabayllo (nueva diócesis de Lima), mons. José A. Almandoz, consejero de la Nunciatura en Perú, un representante de la Embajada de Italia, el doctor Massimo Sassi, el historiador del Museo del Parla­mento, Fernando Ayllón Dulanto y el padre Leuridan, responsable del Movimiento, el cual señalaba que por medio de la exposición se puede volver a encontrar y conocer esta gran historia en la que estamos to­dos involucrados.

En la casa Osambela
Las notas del preludio de Cho­pin, "La gota", que como escribe don Giussani «representan el co­razón del hombre y su deseo in­quieto e insuprimible de felicidad y significado», resonaron durante la inauguración y en la fiesta final; del mismo modo en los veinte tres días de la exposición se puso de mani­fiesto «la belleza, la verdad y el amor que se encuentran en Cristo Jesús» y en la obediencia sencilla a una propuesta del movimiento.
La estima de muchas instituciones culturales, desde el Mi­nisterio de Educación al Consorcio de las Escuelas Católicas, etc. hacía vislumbrar una im­previsible perspectiva de presencia pú­blica y misio­nera para la comunidad evidenciando que el carisma que hemos recibido conlleva una ri­queza increíble para todos los hombres y que nosotros llevamos algo que no es nuestro. La casa Osambela en el centro historico de la ciudad, contigua a la iglesia de Santo Domingo, sede de los grandes santos peruanos - Santa Rosa, San Martín de Parres y San Juan Masías -fue nuestra morada para los múltiples encuentros, deba­tes y hasta la Escuela de Comunidad. Todo el mundo preguntaba por el vídeo de la exposición, la música de fondo que se oía, los libros y las revistas.

Una fuerza viva
Lo que impactó a los más de 22.000 visitantes fue la dis­ponibilidad de los guías que acom­pañaban sin descanso a los grupos de estudiantes, la generosidad y gratui­dad de quien no es un experto en materia; se creó así un clima de evi­dente continuidad entre las imágenes de los paneles, las fotos de la inau­guración y lo que se veía allí, pre­sente.
Una de las guías, Giselle, al leer la frase de Newman: «El cristianismo tiene sus raíces en el pasado, ... pero su fuerza viva está en el presente», comentaba: «Estamos colaborando con Cristo para que otros Le conoz­can». Tatiana, de Arequipa, tras ha­ber escuchado la explicación de unos amigos nuestros, les dijo: «Yo lo que quiero es vivir como vosotros».
Un pastor evangélico después de haber visitado la exposición volvió, ya que había leído en Huellas que nosotros vivimos una clara preocu­pación ecuménica; muchos chicos regresaban con lápiz y papel para co­piar los textos; un sacerdote tras ha­ber visitado por casualidad la exposición se llevó luego todo su instituto; un chico que también se acercó, se trajo luego a su clase entera. Muy grata fue la visita del Nuncio Apostólico en el Perú, mons. Fortunato Baldelli.

Acontecimiento presente
El domingo 20, dos im­portantes historiadores, el jesuita peruano P. Ar­mando Nieto y el jesuita español P. Marzal, nos relataron los primeros pasos de la evangeliza­ción en el Perú marcada por la presencia de gran­des santos como el obispo Santo Toribio de Mogrovejo que en el ter­cer Concilio de Lima en 1583 obli­gaba a los sacerdotes a predicar en las lenguas Quechua y Aymara.
Juan, Martín y Nedda tocaron piezas de música clásica durante la fiesta final y mons. Osear Alzamora, obispo auxiliar de Lima, clausuró el evento diciendo: «El cristianismo es un acontecimiento que entra en la historia del hombre para salvarla». Y despidiéndose de Andrés por la no­che añadió: «Lo he aprendido de don Giussani: el cristianismo es un acontecimiento presente».