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Huellas N.03, Mayo 1991

IGLESIA

Nuevos protagonistas en las calles de Europa

Juan Pablo II

Un caluroso mensaje de Juan Pablo II a los participantes en la Conferencia Internacional de los Movimientos Eclesiales en Bratislava

Al Venerado Hermano Monseñor Paul Josep Cordes, Vicepresidente del Pontificio Consejo para los Laicos
Me agrada manifestar mi saludo a Vd. y a todos los miembros de los Movimientos Eclesiales que participan en la Conferencia internacional en Bratislava. Este mensaje pretende ser signo de la particular atención que la Sede Apostólica y toda la Iglesia tienen por los Movimientos y las nuevas realidades eclesiales. En los dos encuentros anteriores me detuve sobre la naturaleza de los Movimientos; hoy me gustaría sin embargo, indicar cuál es su tarea en este momento de la historia. Estamos en un momento de profundos cambios culturales, sociales y políticos en los que vemos cómo coexisten, junto al redescubrimiento de los grandes valores, como son la libertad y la solidaridad, fenómenos preocupantes como la difusión de la secularización que tiende a marginar siglos de la historia y de la civilización cristiana.
Los Movimientos no podrán responder a las expectativas que la Iglesia dirige hacia dios si no son, ante todo, lugar en el que se favorece el encuentro del hombre de hoy con la Palabra salvífica de Cristo, que interpela a cada persona con el fin de convertirse en instrumento de diálogo y de evangelización para el mundo contemporáneo.
Esta es una exigencia primaria de nuestra época, que no puede ser reducida al descubrimiento de nuevas metodologías o técnicas de la comunicación, sino que debe convertirse en una verdadera y propia misión.
Dicha misión supone ante todo, comunicar al otro las razones de la experiencia de la propia conversión. En este sentido se puede hablar de una coesencialidad de los movimientos en la vida de la Iglesia junto a la jerarquía. Como ya hizo Pedro de Cafarnaum, también hoy, cada hombre, de forma personal, debe poder repetir a Cristo con total conciencia: «Sólo Tú tienes palabras de vida eterna» (Jn 6, 68). Varios grupos de animación cristiana, en el curso de los siglos, han realizado esta experiencia de modo convencido y convincente, dando testimonio del Señor.
Este aspecto, que atañe a la naturaleza misma de los movimientos, revela la importancia de su participación en el desafío histórico que en este momento Europa y el mundo ven. Tras el clamoroso declive de las esperanzas ideológicas y el ocaso de los regímenes que las expresaban, el hombre europeo aparece como trastornado e incapaz de una orientación clara que pueda llevarlo hacia el camino de la felicidad auténtica y constructiva. Se afora a numerosas prepuestas de «cortas miras»; siente el anhelo por una dimensión religiosa pero no sabe reconocer en Cristo y en su Iglesia aquel camino y realización que hicieron grande a Europa.
La tarea fundamental de los movimientos eclesiales y en particular de todos aquellos que operan para la nueva evangelización, parece consistir en este hacer converger, con autenticidad y realismo, la mirada sobre lo que verdaderamente conviene al hombre y a los pueblos.
Pido al Señor para que acompañe e inspire los trabajos de la Conferencia y afiance a todos los miembros de los Movimientos en una fidelidad cada vez mayor a la Iglesia, vivida en la adhesión cordial a la vida de las propias diócesis, bajo la guía de los Obispos.
Con estos votos imparto de todo corazón a Vd., a los organizadores, ponentes y a todos los participantes la Bendición Apostólica de los abundantes favores celestes.
Desde el Vaticano, 24 de Mayo de 1991, Joannes Paulus II

 
 

Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón

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