MI “ILÓGICA” ALEGRÍA
Lo que me está pasando en esta última etapa no es normal. Yo debería tener una depresión de caballo tras el fallecimiento de mi mujer. Y, sin embargo, renacen en mí las ganas de vivir (casi me da vergüenza reconocerlo, se supone que estoy en duelo, hace solo siete meses que falleció Belén) y mi yo se despierta cuando me encuentro con determinadas personas, cuando miro al cielo o cuando escucho determinadas piezas musicales. Descubro en todo ello un regalo de Otro, que estoy hecho para la Belleza y que ese instante no lo me doy yo, sino que soy continuamente re-creado, que incluso los momentos difíciles me los da Otro, que lo esencial no es que sea ese instante de mi agrado sino que es el Misterio quien me hace también, misteriosamente, en ese momento. Y mientras friego, recojo el tendedero y escucho música mi cuerpo se pone a bailar o a tararear la pieza musical que estoy escuchando. No me reconozco a mí mismo, pues soy la sosez personificada en el baile. Y me surge la pregunta: ¿Y esto? ¿Quién me lo da? ¿Por qué estoy contento cuando debiera estar triste? ¿De dónde me viene esta ‘ilógica alegría’? Y, como los apóstoles, cuando tras una noche sin pescar, oyeron al que estaba en la orilla que echasen las redes a la derecha, no puedo por menos que reconocer: ¡Eres tú, Señor! Y quiero contárselo a todos, a mis alumnos y compañeros, que me ven feliz en mi reciente viudez y que se han quedado boquiabiertos cuando, al preguntarme sobre la alarma social por el ébola, les decía que daba igual morir de ébola o de cáncer, que lo esencial es si la vida tiene sentido, porque eso me permite afrontar también la muerte. Ante esta vida que resurge en mí, contra todo pronóstico, dándome cuenta de que no es fruto de mi esfuerzo o genialidad, no dejo de reconocer: ¡Eres tú, Señor!
Pepe, Madrid (España)
DE LA BOCA DE LOS NIÑOS…
Ya estaba pensando en cómo sería el pequeño, en lo contentas que estarían las niñas al recibir la noticia, pero para decírselo a ellas, a los familiares y a los amigos, queríamos esperar por lo menos a la primera ecografía. Ahora todo peligraba. Llamamos en seguida a Berna, la gran compañía paterna del Señor a nuestra vida, el único que sabía de este embarazo y que en seguida ofreció la misa por nosotros. Con Roberto decidimos decirlo a las niñas, sabiendo que esto podía durar todavía muy poco o al contrario seguir, pero, dado que yo tenía que guardar reposo, era mejor avisarla de que tenían que ayudar a papá y a mamá, sobre todo con la pequeña. Así les dijimos que mamá tenía un bebe en la tripa (intención por la que pedía cada mañana incluso en clase con el profesor y sus compañeros, Miriam de 6 años), pero que no estaba muy bien y que mamá tenía que descansar mucho y podía ser que el bebé creciera y fuera todo bien, como podía ser que Jesús le quisiera cerca de Sí antes. Las niñas estaban felices, Miriam estaba impresionada de que Jesús la hubiera escuchado y respondido tan pronto a su deseo. La mañana siguiente, cuando me levanté para despedirme de las niñas que iban al colegio, no me encontraba bien y seguía sangrando más. Chiara (4 años) me vio más preocupada y me dijo con sus grandes ojos luminosos y confiados: «Mamá, no te preocupes, el bebé va a estar bien porque en la tripa tienes la sangre de Jesús». Yo me quedé sorprendida y le pregunté: «¿Cómo dices, Chiara?». Y ella: «Sí, mama, Jesús cuando ha ido a la cruz ha tenido mucha sangre y la ha dado para salvarnos, así tú en la tripa tienes la sangre de Jesús que va a salvar al bebé. No te preocupes». Nunca nosotros, ni en el colegio, le habíamos explicado tan detalladamente la Pasión de Jesús, hablando así de Su sangre, pero su mirada era sencillamente cierta. Me quedé sorprendida y conmovida. Al cabo de unas horas empecé a encontrarme peor, fui al hospital acompañada de una amiga y enseguida vino Roberto. Habíamos perdido al bebé. Durante todo el tiempo en que estuve ingresada y después, me volvían a la mente las palabras de Chiara y sus preciosos ojos que me miraban confiados. La misma noche volvimos a casa y le dijimos a las niñas que el hermanito había ido al cielo con Jesús, que la Virgen ahora le estaba acunando y cantando la nana, y que teníamos un angelito en el cielo que nos protegería. Estaban tristes pero serenas. La mañana siguiente le dije a Chiara: «Tesoro, te doy las gracias por lo que me dijiste ayer de la sangre de Jesús. Me ha hecho compañía todo el tiempo mientras estaba en el hospital y me ha hecho estar menos triste». Y ella, con sus grandes ojos de cielo: «¡Mamá, te lo había dicho! Jesús ha salvado al bebé porque se lo ha llevado consigo y ahora está allí con Él. Es nuestro angelito». Le di un fuerte abrazo. Mi hija de 4 años me estaba simple y claramente poniendo delante de los ojos la verdad de la vida. La única gran verdad sin la cual estaríamos perdidos y desesperados. Jesucristo ha dado su sangre para salvarnos, para darnos la verdadera vida que nunca se acaba.
Sara, Madrid (España)
BASTA UN INSTANTE
La Jornada de Apertura de curso me hizo experimentar una alegría que no me pude explicar hasta que escuché a Julián Carrón. Resultó más difícil de lo normal conseguir los gastos para la semana, días antes de la Jornada de Apertura. Hice todo el propósito de ir, aunque luego no me pude quedar para la misa ni para almorzar. Cuando llegó el día amaneció lloviendo. Al entrar al salón me encontré con las caras de algunos amigos. Lo primero que pensé fue que pese al tiempo lluvioso, los que estaban ahí esperaban algo al igual que yo. Dieron la indicación de empezar escuchando una música de fondo para ver las imágenes que proyectaban. Al mismo tiempo, se apreciaba el ruido de la lluvia a través de las ventanas. Fue un instante que no sé cómo explicar, pero me sentí en un lugar donde mi corazón reconoció con claridad que la realidad no está en contra mía, a pesar de lo complicada que es. Escuchar a Julián Carrón fue maravilloso porque lograba percibir lo esencial un poquito más. Es verdad que es decisivo estar atentos a la realidad. Entonces, no se puede negar que Él está presente a través de los rostros de mis amigos o de mi hija Angelina, que estuvo sentada frente a mí. Y a través de la misma lluvia en ese momento. En fin, no podía negar esa presencia que me acompaña siempre, aunque en muchos momentos no la reconozco por estar distraído. Reconocer que toda la realidad se me da como un regalo para mi maduración es algo bastante fuerte de vivir. Pero al mismo tiempo reconocí que la alegría que tenía me la daba Otro y no yo mismo. También me causó asombro comprender que estamos juntos y caminamos juntos para buscar esos ojos de cielo que reflejan al Misterio presente. Si esto no es así, de nada sirve estar juntos. Lo que he visto ese día ha hecho que me mire a mí mismo, y a los que están junto a mí, con ternura. Una ternura libre del chantaje sentimental que a veces nos impide decirnos las cosas por miedo a ofendernos; pues la ternura verdadera, que brota de este corazón tocado por Dios, nos hace más libres en nuestras relaciones. Pediré con más constancia a Dios que me ayude a reconocer que toda la realidad me es dada, sin renegar de nada ni olvidar. Gracias por organizar estos gestos que ayudan mucho a reconocer que lo cotidiano es una nueva oportunidad que se nos brinda cada día.
Martín, Campeche (México)
Colecta para los cristianos de Iraq
UN YO QUE SE DESPIERTA
Ante la situación que viven los cristianos en Iraq, los amigos de la comunidad de El Tocuyo no queríamos quedar indiferentes. Además de rezar, nos preguntamos: ¿de qué manera podemos manifestar nuestra solidaridad ante las palabras de monseñor Shlemon Warduni? El padre Leonardo, responsable de CL en Venezuela, nos propuso realizar una colecta. Hablamos con nuestro párroco, y él nos permitió recaudar dinero para los refugiados de Iraq a la salida de las tres misas del domingo. Yo participé en la colecta después de la misa de 8. Me conmovía y me daban ganas de llorar al ver la presencia del Señor en cada una de esas personas, reconociendo que nuestro corazón está hecho para Él. Los que colaboraban lo hacían con gran generosidad y alegría, Otro les movía, se veía en sus rostros, realmente estaban conmovidos. Para mí fue una experiencia educativa. Vi cómo nuestra disponibilidad y el deseo de servir pueden hacer mucho, ya que muchas veces nos paralizamos ante la crisis económica que vivimos, y nos preguntamos: ¿en qué va a parar todo esto? ¿Cómo puedo ayudar a otros si no tengo para mí? En cambio, en ese momento no importó que nuestra moneda no tenga mucho valor y que quizás económicamente no sea mucho el aporte a la hora de cambiarlo en moneda extranjera; lo que importaba era lo que nos movía a salir al encuentro del otro, del que sufre, para poder dar con alegría desde nuestra pobreza. Yo verifiqué cómo haciendo la colecta mi “yo” pudo despertar, tomar iniciativa y reconocer que pertenece al Señor.
Jenny, El Tocuyo / Edo. Lara (Venezuela)
EL DESEO DE REVIVIR LA EXPERIENCIA DE OTRO
A finales de octubre, Franco Nembrini ha visitado Sevilla, Granada, Osuna y Jerez de la Frontera encontrando a padres y profesores interesados en la experiencia educativa de don Giussani.
Dice Julián en la EdC citando a don Giussani: «El seguimiento es el deseo de revivir la experiencia de la persona que te ha provocado… es la tensión por llegar a ser como esa persona en el valor al que entrega su vida, es el deseo de participar en la vida de esa persona en la que te es dado algo de Otro, y es a este Otro a lo que manifiestas devoción, a lo que aspiras, a lo que quieres adherirte en este camino». No se puede explicar mejor mi experiencia con vosotros estos intensos días. Ahora soy consciente de cómo, desde que hace unos meses Carmen vino a vernos y nos propuso traer a Franco a Sevilla, ese Otro me ha estado preparando para que este encuentro no fuera una iniciativa más, sino algo crucial para mi vida. Una vez más Él me estaba cuidando. Desde ese momento, se despertó en mí un interés inusual en prepararlo, un interés que no era fruto de mi iniciativa, sin duda había Alguien que estaba disponiendo algo grande. Junto a Nacho y el resto de amigos de la asociación Vocare, empezamos a preparar el libro de cara al encuentro que Franco iba a tener con los padres. Este hecho, de por sí, ya supuso un cambio con respecto a anteriores actos que hemos organizado, acordamos que si lo hacíamos debíamos tomarlo como algo que tuviera que ver con cada uno de nosotros en primera persona, una oportunidad para madurar nuestra relación y para hacer una propuesta que realmente naciera de nuestro corazón, dirigida a amigos con los que deseamos compartir aquello que nos educa. Fue hermoso confrontar el trabajo y las propuestas que cada uno hacía cuando nos reunimos para preparar las preguntas del encuentro, nos lo estábamos tomando en serio, el debate que se creó no era fruto de la pertenencia formal a una asociación, estábamos poniendo en juego nuestras preocupaciones como padres, las de nuestros hijos, las de nuestros amigos. Llegó el encuentro de Franco con profesores en el colegio de mis hijos. Pude constatar cómo una propuesta que llega al corazón del hombre puede tornar la frialdad del comienzo en correspondencia de una necesidad común. Casi sin tregua, un segundo encuentro ante amigos y padres que la mayoría sin conocer a Nembrini se habían fiado de nuestra propuesta. La sala comienza a llenarse, no hay asientos suficientes y hay que completar con más sillas en los pasillos. Franco comienza contando detalles de su historia personal y responde las preguntas que habíamos preparado y que reflejan los problemas educativos actuales de cualquier padre o profesor. Cuando después de hora y media por razones de horario concluye, caras de felicidad y el deseo generalizado de que se prolongara el encuentro. ¡Sevilla se ha hecho nembriniana! Luego la cena en casa, donde Franco dando muestras de su generosidad y venciendo el cansancio de una jornada intensa nos cuenta su relación con amigos de Rusia, Ucrania y Sierra Leona. A los dos días, tengo la gracia de que Lolo y Cristina nos invitan a Rocío y a mí a comer en su casa de Osuna junto a Franco, Carmen y Olga. Me organizo el trabajo y cogiendo un día de vacaciones pendiente nos presentamos allí. Una comida en la que se puso sobre la mesa, además de alimentos, el corazón de los que estábamos presentes y donde viví la carnalidad del Misterio en los testimonios, preguntas y agradecimientos de los que allí estábamos. Fue impresionante y solo pido que ese reconocimiento me siga acompañando el resto de mi vida. Franco me ha hecho descubrir lo que significa el seguimiento: el deseo de revivir la experiencia de la persona que te ha provocado. Gracias a él, a su generosidad, a su testimonio y a su amistad; he podido comprobar que mi vida se completa en la medida en que me doy y pongo en juego mi necesidad ante los demás.
Pedro, Sevilla (España)
Perú / Día Nacional de Huellas
¡HA SIDO UNA VERDADERA FIESTA!
El domingo 12 de octubre se celebró el primer Día Nacional de la Revista Huellas. ¿El balance? Mucho más que las 705 revistas vendidas en Lima, Lurín, Callao, Huánuco, Chiclayo, Nueva Cajamarca. Un verdadero acontecimiento para toda la comunidad de CL, rico de encuentros y provocaciones.
Hace unos meses, en un artículo de Huellas, habíamos leído un artículo sobre el «Día Nacional de la revista Pasos» celebrado en Brasil. Además, después de participar en el Meeting de Rímini y en la Asamblea de Responsables en Italia, quisimos “copiar” esta iniciativa e “importarla” a nuestra tierra. Las razones fueron varias. A finales de septiembre, salía flamante el primer número de Huellas impreso en Perú, que se distribuye también en Chile, Paraguay, Puerto Rico y Venezuela. Desde hace un tiempo nos habíamos “acostumbrado” a tener este instrumento, cosa que no podíamos seguir aceptando. Sentíamos la necesidad de salir a la calle con un gesto sencillo y para todos, para ser una voz en este inmenso mar agitado que son la ciudad de Lima y el Perú entero. ¡Ha sido una verdadera fiesta! Muchos testimonios lo documentan, así como las mismas imágenes de los equipos de “vendedores” de la revista. 705 revistas vendidas (muchas más de las 120 que distribuíamos hasta ahora) en Lima, Lurín, Callao, Huánuco, Chiclayo, Nueva Cajamarca. Para todos, la conciencia nueva de la humilde grandeza del encuentro con Cristo a través del movimiento, en el seno de la Iglesia. Contemporáneamente, hemos podido experimentar la necesidad que el mundo tiene de Cristo. Una necesidad impresa en los rostros de tantas personas que se alegraban comprando la revista y también en las caras de los que no se detenían en su camino, pero cuyo semblante lo demostraba. Nosotros les mirábamos con el deseo conmovido de que puedan tener el mismo encuentro que nos llena la vida y por el que estábamos allí ese día. Junto con esto, hemos experimentado toda nuestra impotencia: la dificultad que tenemos para expresar con palabras atractivas el significado de la revista Huellas y para proponer de manera sencilla la experiencia que vivimos de modo que llegara inmediatamente al corazón del otro. Se trata ciertamente de un aspecto de ese trabajo al que nos invita el Papa Francisco en su mensaje al Meeting: «Un mundo en tan rápida transformación requiere de los cristianos que estén disponibles para buscar formas o modos para comunicar con un lenguaje comprensible la novedad perenne del cristianismo». A ello nos ayudará el precioso vídeo con motivo del 60 aniversario de CL que hemos entregado con la revista de octubre. Las imágenes nos ayudan a encontrar las palabras. Ofrecer públicamente la revista Huellas ha renovado nuestro gusto por salir a la calle, a las «periferias existenciales», para anunciar a todos la única Buena Nueva que alegra el mundo y que se nos da en la realidad viva de nuestra compañía guiada, como un don siempre nuevo. Podeis leer los testimonios en revistahuellas.org
Giovanni Paccosi
Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón