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Huellas N.8, Septiembre 2008

PRIMER PLANO - Meeting de Rimini

Porque “no tenemos patria” podemos construir casas en todo el mundo

Bernhard Scholz

Después del encuentro con el papa Juan Pablo II (en agosto de 1982), don Giussani contó que lo que más le había impresionado había sido este comentario: «Vosotros no tenéis patria porque no podéis ser asimilados por la sociedad». Luego añadió: «Estuvimos trabajando sobre los valores cristianos durante 10 años, y no conocimos a Cristo. El problema es conocer a Cristo». Entonces la siguiente pregunta fue qué quería decir conocer a Cristo. ¿Qué quiere decir estar presentes en la sociedad como cristianos?
Conocí CL en 1980 gracias a cuatro universitarios que vinieron a estudiar a Friburgo. Lo que me sorprendió fue ver como cuatro personas tan distintas estaban tan unidas. Me preguntaba: «¿Cómo es posible ser verdaderamente uno mismo y a la vez estar unido a los demás?». En ellos vi esta promesa, entonces decidí leer todos los libros de Giussani que estaban traducidos al alemán y empecé a estudiar italiano.
Giussani no hablaba de catolicismo o de ritos sociales: hablaba de mí. Al hablar, se comunicaba a los demás porque realmente encarnaba lo que decía. Nos provocaba continuamente para que tomáramos en serio nuestra humanidad, así nacía en nosotros una apertura hacia toda la realidad. Cuanto más seguías tomándote en serio, más te dabas cuenta de que no te bastabas a ti mismo, porque no te haces tú solo. Insistía especialmente sobre lo razonable que era la fe, y decía: «El anuncio cristiano es el anuncio de lo que realmente eres, porque Cristo es lo que eres en última instancia». Luego nos recordaba que no teníamos que empezar por nuestra capacidad de relacionarnos con esto, sino por la pregunta de vivirlo, porque «la mendicidad es la condición humana más auténtica».
Don Giussani no afirmaba que somos hombres sin patria porque creemos en Cristo, sino porque reconocemos que Él es nuestra consistencia y la de toda la realidad. Esta es la gran sintonía con el Papa de la Redemptor hominis: la grandeza y la irreductibilidad del hombre coinciden con el amor a Cristo. Todo tiene que nacer a partir de aquí.
Por eso Giussani se fijaba especialmente en el sujeto y no en el proyecto que hacemos (de una vida mejor, de una sociedad mejor, de una política mejor...). Quería que fuéramos libres, y esto no nos ha alejado del mundo, sino nos ha metido en él mucho más. Esto fue el origen de muchas obras, iniciativas, escuelas... y nos permitió descubrir esta gran paradoja: ser hombres sin patria nos permite estar en casa en todo el mundo, o mejor dicho construir casas en todo el mundo.

 
 

Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón

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