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Huellas N.10, Noviembre 2005

CL Por qué la Iglesia / Toledo

Una pregunta en el espacio público

Alfonso Ranninger Hernández

El pasado 11 de octubre se presentó en Toledo el libro Por qué la Iglesia, tercer volumen del Curso Básico de Cristianismo. Con una larga carta, el arzobispo, monseñor Cañizares, rinde homenaje a don Giussani y alienta la presencia de CL en su Diócesis

En el Palacio de Benacazón, sede de la obra social de la Caja Castilla la Mancha y antigua casona toledana ubicada en el casco antiguo, unos ciento setenta asistentes llenaban hasta la bandera su salón de actos para participar en la presentación del libro Por qué la Iglesia. De entrada escuchamos la canción Povera Voce, que expresa con gran sensibilidad la concepción de la experiencia humana que caracteriza a Comunión y Liberación. El canto daba inicio a la presentación del libro, sorprendiendo al auditorio e impresionando por su belleza y contenido. Fue el comienzo de un homenaje cordial a don Giussani.

Una pregunta en el espacio público
El acto estuvo moderado por Carlos Jariod Borrego, profesor de Filosofía del Instituto E.S. María Pacheco de Toledo. Presentó al vicario general de la Diócesis de Toledo, Juan Miguel Ferrer, a Fernando López Luengos, Doctor en Filosofía del Instituto E.S. Alfonso X, y a Cristina López Schlichting, directora del programa “La Tarde con Cristina” y miembro de CL.
Al introducir el acto, Carlos se refirió al libro asegurando que la pregunta de su título es una de las grandes cuestiones de la humanidad, surgida de una “perplejidad” ante la existencia de la Iglesia que se propone como «una realidad histórica humana y divina» al mismo tiempo. Es más, consideró que la pregunta resulta “impertinente” en la medida en que el laicismo «invita a que este tipo de preguntas no se hagan o, por lo menos, no se hagan en el espacio público».

Memoria pública y agradecida
El vicario general disculpó la ausencia de monseñor Antonio Cañizares, arzobispo de Toledo y Primado de España, y procedió a dar lectura a una carta del mismo D. Antonio, que se hacía presente de esta manera en el acto.
Así, Cañizares pudo transmitir mediante estas líneas su cariño e interés por la obra de don Giussani, animando a los presentes a conocerla y calificando al autor como «coloso del espíritu y gran testigo de Jesucristo». Pidió «disculpas y comprensión» por su ausencia, y manifestó su adhesión a cuanto propone la obra del fundador de Comunión y Liberación, destacando su «influencia beneficiosa» sobre la sociedad, en especial en los jóvenes.
El arzobispo quiso hacer ante todo «memoria pública y agradecida en la Diócesis de Toledo» de don Giussani, a quien se refirió en palabras de Juan Pablo II como «defensor de la razón del hombre (...) y de la religiosidad inscrita en el corazón de todo ser humano». Añadió que estamos ante un hombre «suscitado por Dios» en los difíciles tiempos actuales, en los que necesitamos de «una libertad que nace de la verdad y de un sentido que da razón y esperanza para vivir».

Sin separar a Cristo de la Iglesia
Citando las palabras del entonces cardenal Joseph Ratzinger en la homilía del funeral del mismo Giussani, subrayó que para éste “la centralidad de Cristo marca, inunda y configura toda su vida”, haciéndose comprensible para él que el cristianismo es “un encuentro, una historia de amor, un acontecimiento”, que se vive “en la densidad y espesor de la historia, de la vida cotidiana, de la experiencia concreta”. Continúa el Arzobispo diciendo que de esta manera «dio la vida, (...) llegando a ser padre para muchos (...) guiándolos hacia Cristo». A continuación resaltó la universalidad de la persona, mensaje y obra de Giussani como hombre «suscitado por el Espíritu», que «marca el norte» para la Iglesia entera «en Cristo».
Antes de acabar se refirió a que «el amor de don Giussani por Cristo fue también inseparablemente amor por su Iglesia», lugar «donde se puede comprender si realmente Jesús (...) es el cumplimiento de la búsqueda y la esperanza del hombre».
Finalizó la carta el Arzobispo expresando su deseo de que Comunión y Liberación creciera y se consolidara en la diócesis.

La experiencia de algo real
Inició el Doctor López Luengos su intervención hablando de que la realidad hoy en día sorprende, ya que vivimos en el mundo de lo “virtual”. Aludió al libro El sentido religioso –también de don Giussani–, refiriendose las inquietudes y preguntas del hombre contemporáneo y destacando que con frecuencia la manifestación de lo religioso hoy se reduce a algo «vulgar o fanático», lo que «va contra la naturaleza humana».
Por ello, aunque se mostró convencido de que la fe no puede imponerse, sí es el «primer problema que el hombre tiene», hasta el punto de que muchas actitudes de resentimiento, explicó, se deben a que «no se ha resuelto previamente el sentimiento de lo religioso», principalmente surgido en la adolescencia. Afirmó que la solución está en la «experiencia de algo real», en «verificar la presencia de Dios en los seguidores que él designó», es decir, en la Iglesia.
López Luengos, ensalzó la «propuesta arriesgada» de Giussani en el libro presentado, que desafía al lector a verificar la autenticidad de la Iglesia, usando como criterio la capacidad que esta tiene de «dar respuesta a los deseos e inquietudes del hombre». «La única forma de verificar el mensaje cristiano es vivirlo tal y como lo presenta la Iglesia y no confundirlo sólo con doctrina y moral», concluyó.

Sentido religioso y felicidad
La periodista Cristina López Schlichting comenzó agradeciendo a D. Antonio su preciosa carta y a Fernando el trabajo tan serio realizado sobre el libro. En su exposición fue relatando cómo hoy en día la búsqueda de la felicidad no se relaciona en la vida cotidiana con «la pregunta sobre el misterio de la existencia»; más aún, cuando alguien plantea estas preguntas sobre el «sentido de una puesta de sol o si estamos hechos para algo más que la muerte» se percibe una «vergüenza o un malestar». Ejemplificó cómo hoy esperamos obtener la felicidad en el dinero, el trabajo, el éxito o el «amor pasión» de las películas. Afirmó que «la felicidad es lo único que importa, si no se relaciona la felicidad con el misterio de la vida ¿porqué tendría uno que interesarse por Dios?», y que ninguna ideología, experiencia interior o hipótesis abstracta, puede responder de verdad al hombre. A continuación, explicó que el libro plantea el método católico, que es «el encuentro con un hecho viviente, la Iglesia», que tiene la misma pretensión de Cristo de ser la plenitud, «la clave de la felicidad». El método consiste en medirse con este hecho en el espacio y en el tiempo.

Los amigos de don Gius
Para explicar este método remitió a su experiencia personal: ella conoció a los amigos de don Gius. Le sorprendió una compañía de hombres excepcionales, no por su capacidad moral o intelectual, sino por la unidad de la vida que vivían y por su manera de relacionarse y manterer siempre abierta «la pregunta por el sentido de la vida». Para Cristina este primer encuentro sucedió en Alemania, donde a pesar de que ensayaban los villancicos desde agosto, ella dio crédito a la propuesta que se le hizo. Terminó su intervención con un conmovedor testimonio sobre la relación con su hijo, que este verano también conoció los amigos de Giussani. Realmente, este método se prolonga en la historia y es para todos.

 
 

Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón

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