Huellas N.9, Octubre 2005

IGLESIA Ecumenismo

Punto de vista 2. Amanecer en la Alhambra

José Luis Restán

Ha sido la manifestación del anhelo profundo de la plena unidad en la Iglesia que movía a todos los presentes, y la demostración de que la comunión y la amistad son una condición básica para el verdadero diálogo teológico

Monseñor Martínez resumía el singular encuentro que ha reunido en Granada a treinta y cinco filósofos y teólogos de diferentes confesiones cristianas, preocupados por el desafío que la “razón secular” plantea a la fe cristiana. El origen de este seminario es tan apasionante como sus contenidos. El arzobispo de Granada explica que tiempo atrás había entrado en contacto con algunos profesores anglicanos y metodistas preocupados por el fenómeno de la disolución de la fe en la sociedad “liberal”, entre ellos Stephen Long y John Milbank, de la Universidad de Nottingham, inspiradores del movimiento teológico conocido como Radical Orthodoxy, cuyas obras pretendía publicar en español. El intercambio de correos electrónicos para conseguir los derechos de autor desveló una inesperada sintonía de juicio sobre los problemas del cristianismo en la actualidad, y la necesidad de afrontar lo que podemos denominar una “destrucción blanda” de la Iglesia, provocada por el hecho de que los cristianos asumen la mentalidad secular como criterio de juicio, aceptando que la fe debe retirarse al ámbito de la conciencia subjetiva. Así se despertó un deseo de profundizar en el diálogo, más aún, de cultivar una incipiente amistad: esta red de relaciones se amplió posteriormente a nuevas personas, entre ellas los prestigiosos profesores Stanley Hauerwas, conocido por su teología post-liberal, y W. T. Cavanaugh. Esta red de intercambios no se redujo a los respectivos discursos intelectuales, sino a las experiencias de fe de cada uno. En este sentido, Mons. Martínez relató que S. Hauerwas le confesó en una ocasión que el daño que el secularismo ha causado a la fe ha servido al menos para que comprendamos hasta qué punto nos necesitamos, unos a otros, los cristianos. Y es así como se fue tejiendo la trama de un seminario que ha versado sobre dos grandes bloques temáticos: por un lado el riesgo de la disolución de la Iglesia, la fractura interna de la experiencia cristiana y su reducción a moralismo; y por otro, los recursos de los que dispone la Iglesia para afrontar este reto. Mons. Martínez ha explicado que se produjo una sorprendente convergencia sobre la necesidad de recuperar el sentido hondo de la Tradición cristiana, especialmente expresada por quienes proceden de comunidades surgidas de la Reforma; también insistieron en el valor esencial de la Liturgia y de la Eucaristía para aprender el significado verdadero de la propia vida, de modo que la fe recupere su capacidad de juicio sobre las realidades del mundo. Con este seminario, el Arzobispo de Granada ha puesto en marcha la actividad de un Centro Cultural denominado “Nuevo Inicio”: un nombre evocador de cuanto ha sucedido estos días en Granada, y cargado de promesas para el futuro.