FABRICE HADJADJ, que acudía por primera vez a Rimini, ha reconocido «una gran inteligencia y una humanidad apasionada, dispuesta a acoger a todos. Las mismas cosas que me han llamado la atención en Giussani...»
Acaba de terminar de hablar ante 700 personas sobre “Las imágenes de la razón”. Una hora de intervención, en la cual ha ido de Aristóteles a Chesterton, de San Francisco a Kant, de Einstein a Dante. Pero Fabrice Hadjadj aún no está cansado, visto el ritmo con que poco después, durante la cena, salta de las páginas del Génesis a las novelas de Dostoievski. Clase 1971, este poliédrico intelectual («más que ensayos de filosofía, amo escribir obras de teatro») es uno de los mayores pensadores católicos franceses. Hijo de padres hebreos de origen tunecino y “fe” maoista, ha crecido con Nietzsche y los cantos de la Comuna de París. Después, en el umbral de los 30, la decisión de pedir el Bautismo. Una conversión de la que Hadjadj habla con pudor («a menudo me preguntan por qué me hice cristiano, pero lo que yo me pregunto es: ¿por qué no lo hice antes?»), describiéndola simplemente como «el descubrimiento de mi humanidad».
Había que verlo entre los stands de la Feria, en el encuentro con Rose, en la exposición sobre Nápoles, en la de Zambrano, este hombre que dejó de lado la carrera académica para ir a enseñar en un instituto del interior de Tulón. Contra toda deriva intelectual, Hadjadj reconoce la imagen más pura de la razón en los ojos abiertos de par en par de su hija Ester, más que en las obras de Kant. «El conocimiento es siempre un acontecimiento». El título del Meeting ha tomado carne para Hadjadj: «Un encuentro». Un encuentro que empezó en el Colegio de los Bernardinos de París, donde el 8 de junio pasado fue invitado a presentar la edición francesa de ¿Se puede vivir así?, y que todavía continúa. ¿Lo que más le ha llamado la atención de la semana riminesa? «El modo con que he sido acogido y las personas que he encontrado». Una serie de relaciones que no termina con la clausura de la Feria, tanto es así que Hadjadj ha aceptado enseguida la invitación de una familia de Lyon que ha conocido en Rímini para participar en la Apertura de curso. Otro ejemplo de que en el Meeting ha acontecido algo: «Se comprende mejor lo que es el cristianismo –explica-: no es una filosofía, sino un hecho histórico. ¿Puedo convertirme en cristiano a fuerza de reflexionar? Es necesario que algo me suceda». Son expresiones familiares, para quien ha escuchado a don Giussani leer las páginas del Evangelio... «Cuando, hace poco más de un año, he conocido sus obras, he advertido enseguida una gran afinidad. En Giussani se fundían una gran inteligencia y una humanidad apasionada, dispuesta a acoger a todo el que se le acercaba. Y esto es lo que me ha impresionado en el Meeting: un evento de altísimo nivel intelectual que, al mismo tiempo, es un pueblo que se expresa en todo lo que vive».
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