(enviado al cardenal Dionigi Tettamanzi)
He tenido conocimiento de la dolorosa noticia de la muerte de Mons. Luigi Giussani, celoso presbítero ambrosiano y fundador de Comunión y Liberación.
Me uno al duelo y a la oración de toda la Archidiócesis y de todos sus amigos, encomendando a la misericordia divina al siervo fiel que ha proclamado con incansable amor y entusiasmo a lo largo de toda su vida el misterio del Verbo hecho carne.
Que el Señor le acoja ahora, por intercesión de María, en su eternidad de luz, y desde allí quiera él pedir por nosotros que todavía caminamos a través de las sombras y las imágenes hacia la Jerusalén celeste, donde ya no habrá luto ni llanto, sino sólo el reconocimiento recíproco y gozoso de los que han amado a Jesús y esperado con alegría su manifestación.
Teniendo que salir en breve hacia Israel, prometo un recuerdo especial del querido difunto junto al sepulcro de Aquel que resucitó para nuestra justificación.
Galloro, 22 de febrero de 2005
Suyo en Cristo, dev.mo
Carlo Maria card. Martini
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