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MAGISTERIO

«Nuestros mártires de hoy son más numerosos que en los primeros siglos»

Francisco
10/04/2015 - Regina Coeli (6 de abril de 2015)

Queridos hermanos y hermanas, buenos días y de nuevo ¡Feliz Pascua!

Hoy lunes después de la Pascua, el Evangelio (cf. Mt 28, 8-15) nos presenta la narración de las mujeres que, tras ir al sepulcro de Jesús, lo encuentran vacío y ven a un Ángel que les anuncia que Él ha resucitado. Y mientras ellas corren para transmitir la noticia a los discípulos, encuentran a Jesús mismo que les dice: «Id a comunicar a mis hermanos que vayan a Galilea; allí me verán» (v. 10). Galilea es la «periferia» donde Jesús había iniciado su predicación; y de allí volverá a partir el Evangelio de la Resurrección, para que sea anunciado a todos, y para que cada uno le pueda encontrar a Él, al Resucitado, presente y operante en la historia. También hoy Él está con nosotros aquí en la plaza.

Por lo tanto, éste es el anuncio que la Iglesia repite desde el primer día: «¡Cristo ha resucitado!». Y, en Él, por el Bautismo, también nosotros hemos resucitado, hemos pasado de la muerte a la vida, de la esclavitud del pecado a la libertad del amor. Ésta es la buena noticia que estamos llamados a anunciar a los demás y en todo ambiente, animados por el Espíritu Santo. La fe en la resurrección de Jesús y la esperanza que Él nos ha traído es el don más bonito que el cristiano puede y debe ofrecer a sus hermanos. A todos y cada uno, entonces, no nos cansemos de repetir: ¡Cristo ha resucitado! Repitámoslo todos juntos, hoy aquí en la plaza: ¡Cristo ha resucitado! Repitámoslo con las palabras, pero sobre todo con el testimonio de nuestra vida. La alegre noticia de la Resurrección debería transparentarse en nuestro rostro, en nuestros sentimientos y actitudes, en el modo con el cual tratamos a los demás.

Nosotros anunciamos la resurrección de Cristo cuando su luz ilumina los momentos oscuros de nuestra existencia y podemos compartirla con los demás; cuando sabemos sonreír con quien sonríe y llorar con quien llora; cuando caminamos junto a quien está triste y corre el riesgo de perder la esperanza; cuando transmitimos nuestra experiencia de fe a quien está en búsqueda de sentido y felicidad. Con nuestra actitud, con nuestro testimonio, con nuestra vida decimos: ¡Jesús ha resucitado! Lo decimos con todo el alma.

 
 

Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón

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