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Huellas N.8, Septiembre 2004

SOCIEDAD Reportaje

No un libro... sino la experiencia de un pueblo

Vanesa Jullies Akello

Los cincuenta años del movimiento celebrados en Kampala con la presentación de Educar es un riesgo

Es sábado por la tarde. Poco a poco llegan al Hotel Sheraton de Kampala los invitados a la presentación del libro Educar es un riesgo de don Giussani, que el movimiento en Uganda está promoviendo con ocasión del quincuagésimo aniversario del nacimiento de Comunión y Liberación. En los últimos tres años han leído este libro muchos miembros de la comunidad ugandesa. El primer encuentro para su lectura surgió entre un grupo de cinco amigos junto al padre Tiboni, gracias al cual empezó el movimiento en Uganda. Algunos de ellos eran profesores en el VTC Cowa (escuela de formación profesional en Kampala), mientras que otros eran trabajadores sociales en la cárcel de menores de Naguru, en Kampala, o profesores en una escuela estatal, como Kizito. «Queríamos comprender más profundamente el significado de nuestro trabajo», dice Corrado Corradini. Por este motivo empezaron a reunirse cada dos semanas para leer la obra. De aquí nacieron iniciativas de acción caritativa con los estudiantes de bachillerato. Sin embargo, el resultado más relevante fue el programa de formación del profesorado. En 2001 el Consejo Pontificio Cor Unum, en sintonía con la exhortación apostólica de Juan Pablo II Ecclesia in Africa, financió un proyecto de AVSI en Uganda. Kizito, Clara y Giovanni, implicados en el proyecto, empezaron a utilizar el libro de don Giussani para introducir un nuevo método de enseñanza al que llamaron “Educar enseñando”.
En un país en el que hay más de siete millones de estudiantes inscritos en las escuelas elementales, esta tarea parecía completamente desproporcionada. «La educación es el método para afrontar los problemas del mundo contemporáneo –dijo el padre Tiboni en su saludo inicial–. Desde sus comienzos, el movimiento ha subrayado la importancia de la educación; el mismo carisma de don Giussani es un método de educación». El libro fue presentado por el profesor Onorato Grassi, de la LUMSA (Universidad Libre María SS. Asunta) de Roma, por el arzobispo Christophe Pierre, nuncio apostólico en Uganda, y por Kizito Omala, en la actualidad profesor asistente en la universidad de Makerere. «¿Qué es el riesgo?», espetaba de forma provocadora el profesor Grassi al comienzo de su intervención. «Giussani describe dos riesgos: aquel que implica al que debe ser instruido y aquel que corre el educador. Ambos tienen que ver con la libertad», prosiguió el profesor.
La palabra pasó después a Omala: «Hoy festejamos el cincuenta aniversario del nacimiento de Comunión y Liberación. Por este motivo queremos proponer una experiencia educativa, que se ha convertido también en la mía, y que está contenida en parte en Educar es un riesgo». «La verdadera educación de la que tienen urgente necesidad los hombres y mujeres de hoy – prosiguió– está descrita aquí a través de una definición de Josef Jungmann: “Educar significa introducir a una persona en la realidad total”. Como profesor de física, matemáticas y estadística, esta es la definición más fascinante e inteligente de educación que he escuchado nunca». El nuncio monseñor Pierre intervino en último lugar: «Cuando tuve conocimiento del proyecto del Cor Unum lo encontré fascinante, aunque demasiado ambicioso. Estamos tan superados por el problema que nos volvemos escépticos. Pero hoy estas mismas personas están aquí como testigos. Lo que se presenta hoy no es un libro sobre la educación, sino la experiencia de un pueblo, una experiencia vivida también ahora, mientras os hablo. Vivimos en un mundo en el que la educación está ligada al desarrollo del individuo, pero Educar es un riesgo nos dice que la educación es algo mucho más amplio y profundo que una serie de instrucciones o que la adquisición de competencias o de conocimientos».
Sentados en las primeras filas de la sala, los miembros de la Conferencia Episcopal de Uganda, que habían sido invitados a presenciar el evento, escucharon atentamente las distintas intervenciones. Al principio, algunos obispos consideraban nuestro proyecto desmesurado; ahora, sin embargo, nuestra presencia y nuestro compromiso en el campo educativo son aprobados y recomendados por los mismos obispos, como ha puesto de manifiesto, por ejemplo, John Baptist Odama, arzobispo de la diócesis de Gulu.
El desafío al que tiene que hacer frente el movimiento es enorme, pues no han sido sólo los obispos los que han comprendido la importancia de la educación tal como ha sido propuesta por don Giussani, sino también Francis Xavier Lubanga, secretario permanente del Ministerio de Educación, que ha reconocido el trabajo llevado a cabo por AVSI, proponiendo que ese mismo método sea utilizado en todos los centros de formación del profesorado: «Debemos revisar el tipo de educación que ofrecemos a nuestros profesores, debemos incluir en todos los institutos el “currículum del corazón”».

 
 

Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón

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