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Huellas N.7, Julio/Agosto 2004

CL EEUU

Unas vacaciones son para siempre. Vivir es pertenecer

Giorgio Vittadini

Un grupo de cien universitarios norteamericanos en el parque Yosemity, en California. La experiencia de un vínculo más fuerte que cualquier límite o negatividad, el descubrimiento de una realidad humana que no desilusiona porque porta el significado de todo

En la pantalla del vuelo Delta 7748 Milán-Nueva York se ven las últimas imágenes de la película Along Came Polly, comedia divertida con Jennifer An-iston sobre la inestabilidad de los matrimonios y las relaciones de los jóvenes. Segunda película, menos light que la primera: Mona Lisa Smile, casi El club de los poetas muertos a lo femenino. Años 50: Julia Roberts enseña arte en un colegio femenino de chicas bien y desmantela la idea burguesa del matrimonio como único objetivo. Mejor hacer carrera. Evidentemente la expulsan del colegio, pero se marcha como una heroína. WELCOME TO USA!!! Las mejores actrices para mos-trar una de las caras del país de las mil libertades y de las mil oportunidades, pero donde los vínculos afectivos, incluso entre hombre y mujer, entre padres e hijos, son difíciles de sostener. Esta es la experiencia de muchos de los universitarios que me esperan en Midpines, en California, para una semana de vacaciones. En muchos casos los padres están separados y sus familias derruidas. ¿Cuál es el valor de estos días que vamos a vivir juntos mientras sus coetáneos van a morir a Iraq? Lo descubriremos poco a poco en el transcurso de estas vacaciones.

Llegados a San Francisco desde Nueva York, en el aparcamiento del aeropuerto veo a ocho chicos que juegan a frisbee. Es el grupo de universitarios de Evansville (Indiana). Uno de ellos está descalzo. Reconozco a Emily, una de las primeras que siguieron a Mike Eppler que el año pasado vino a la Asamblea de los responsables de CL en La Thuile. «Ninguno quería venir –me explica Emily, recién licenciada–. Para ellos las vacaciones implican desplazarse, como mucho, diez kilómetros. Les he convencido yo. Quiero que descubran que el movimiento es mucho más grande que la comunidad de Evansville».

Hecho anómalo
Nos marchamos. 150 kilómetros en coche hasta llegar a nuestro destino. Punto de llegada: Yosemity Park, en Sierra Nevada. El lugar es encantador: una naturaleza salvaje y sin contaminación. Bosques de secoyas gigantescas y robles seculares, cascadas y cumbres... en definitiva, el destino ideal del típico americano medio que quiere salir de la vida caótica y sumergirse en la naturaleza.
El hotel no es precisamente un cinco estrellas. Pero para vivir en contacto con la naturaleza hace falta renunciar a ciertas comodidades... Primera marcha: después de una hora de coche y una hora de camino llegamos a un fantástico anfiteatro de montañas. Es un lugar maravilloso. Paramos, comemos e, inmediatamente, los chicos se suman a los cantos que se proponen.

Llama la atención su disponibilidad para seguir a quien guía el coro, a sorprenderse de la belleza de las montañas, a moverse de manera ordenada. Lo primero que me sorprende en estas vacaciones es la sencillez llena de preguntas de estos chicos. Durante la vuelta se me acerca Thomas, un chico alemán que estudia Biológicas en Yale: «Hace un mes escuché la conferencia de un amigo tuyo italiano, Davide Rondoni. Me impresiona. Con él estaba Stella. Quise conocerla. Nos hemos hecho amigos y me ha invitado a estas vacaciones». Un minuto de silencio y después contraataca: «Yo estudio el genoma humano y dentro de pocos días me marcharé a Dresda... ¿Cómo puedo saber si algo es verdadero para mí?». Mientras bajamos por entre los bosques surge una conversación intensísima sobre el sentido religioso que va atrayendo poco a poco a otros chicos. Por otra parte, las vacaciones están llenas de conversaciones espontáneas en torno a Chris, Albacete, Tommy y yo en las que se habla del movimiento, de cómo se vive en la universidad, de cómo afrontamos la vida, el estudio, las dificultades...

La segunda marcha es mucho más larga. El paisaje es estupendo y el camino transcurre entre cascadas impetuosas.
Después de una marcha tan larga Chris tenía pensado leer algún pasaje de Dante, presentando a Casella, Beatriz y san Bernardo, pero no nos parece oportuno. Sin embargo, desde el momento en el que Chris toma la palabra, hasta que termina su exposición, cala un religioso silencio. Dante es una novedad para todos. En las escuelas de EEUU abundan conocimientos y nociones pero a los chicos no se les trasmite la experiencia de la belleza.

El día después, durante la asamblea, Evelyn, una chica de Malasia, interviene: «Muy interesante todo, pero en Malasia nadie sabe quién es Dante y nadie ha oído hablar jamás del sentido religioso: ¿cómo sé yo lo que es CL?». No ha terminado de hablar y se levanta una mano. Es Annie, nigeriana, estudiante de Filosofía en Washington. «No, no. No te preocupes. También para mis amigos nigerianos Dante era un desconocido: yo se lo he dado a conocer. Tú vas y vives lo que has encontrado; el resto llega solo. Basta tu certeza». Por otra parte, puedo decir que el descubrimiento de la belleza es la segunda característica de estas vacaciones: no sólo de la belleza de la naturaleza, sino sobre todo de lo humano. Uno de los chicos de Evansville estudia en el conservatorio. Me pongo a hablar de música con él y le pregunto si conoce la colección de discos de “Spirto Gentil” y los comentarios de Giussani a Beethoven... No los conoce, pero está muy interesado. Al siguiente día le regalo dos. Se quedo sorprendidísimo de que nuestra experiencia haga un juicio sobre todo lo que encuentra y lo que ama.

Desde Yale a Rumanía
En los días que hemos pasado juntos hemos descubierto diversas historias. Como la de Mary, estudiante de la Marquette University. Inscrita en un movimiento que tenía como objetivo ir contra todos los movimientos. Un día, en clase, su profesor explica el sentido religioso. Se queda impresionadísima y decide ir a Yale para «buscar a alguien que estuviera vinculado a esa persona». Allí conoce a más gente y la invitan a las vacaciones. «He venido para ir al fondo de ese encuentro».
O María, que conoce a David Jones y le dice: «querría conocer alguna asociación humanitaria». David Jones la pone en contacto con AVSI y... María dentro de poco se marchará a Rumania para ver cuál es nuestra presencia allí. Los californianos me hablan sorprendidos de Holly, su profesora, que les ha introducido en la vida del movimiento implicándose con ellos en la vida, el estudio y el tiempo libre. Por otra parte, la verdad es que este es el hecho más imponente.

En la vida diaria
En torno a las historias de estos chicos aparecen siempre los nombres de Chris, Mike, Giovanni... de personas más grandes que se han tomado en serio sus vidas. Con paciencia les han hecho entrever la posibilidad de vivir la amistad, el amor, y hasta el estudio con un significado nuevo que afecta a todos los aspectos de la vida. Es una educación dentro de la vida cotidiana, así como lo fue para los primeros chicos que conocían a don Giussani. Con un dato más: se han convertido en su familia, la posibilidad de un vínculo que permanece toda la vida. Es el milagro del encuentro. Un amor gratuito, allí donde el amor se degrada en sexo, violencia, infidelidad e inestabilidad. Algo entrevisto en los sitios donde han nacido y que se renueva esos días entre personas que, en su mayoría, no se conocían. No es un sentimiento frágil. Es el inicio de un hecho nuevo en la historia, porque lo que menos sabe hacer el hombre es ser amigo de sus amigos. ¡Como para serlo de sus enemigos! Cuando sucede –no importa el número– es un hecho nuevo en la historia... para quien sabe verlo.

 
 

Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón

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