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Huellas N.6, Junio 2004

CL El 50 aniversario de CL

Con los jóvenes y por los jóvenes

Carlo Secchi

Tras leer las cartas del Papa y don Giussani (cf. Huellas, abril 2004), el profesor Carlo Secchi, rector de la Universidad Bocconi de Milán, escribe a Huellas

He leído con gran atención el intercambio epistolar entre monseñor Luigi Giussani y el Santo Padre, lo cual me ha brindado la ocasión de volver a pensar qué relación existe entre fe y cultura, y qué responsabilidad pedagógica y cultural tiene la Universidad en la sociedad. CL tiene el gran mérito de haberse puesto a la escucha de las necesidades del hombre y, como reconoce el Papa, ha tenido la capacidad de volver a proponer el acontecimiento cristiano en sintonía con la cultura moderna. El hombre, como dice monseñor Giussani, nunca deja de buscar el “camino” y anhela alcanzar al meta a través de su esfuerzo mediante la inteligencia, la libertad, la curiosidad y un espíritu crítico y constructivo. Pienso que hay que leer el mensaje de monseñor Giussani desde esta clave: una búsqueda continua con los jóvenes y por los jóvenes. Y es quizá este modo de dialogar y de situarse respecto a los jóvenes lo que ha hecho que la Asociación pueda ser reconocida como un punto de referencia para las nuevas generaciones, un lugar de congregación en el que poder manifestar las propias ideas y confrontarse. La novedad de monseñor Giussani, el don que ha regalado a todos, es un método para comprender, es decir, para vivir plenamente, con inteligencia y creatividad, la experiencia cristiana. ¿Pero qué papel juega la universidad en el proceso de crecimiento de cada individuo? En el centro de toda reflexión, decisión y estrategia debe estar siempre la atención al individuo, la confianza en el hombre y en su capacidad de elegir. Desde esta perspectiva, el saber y el conocimiento son valores objetivos, no sólo medios útiles para conseguir un fin económico. Es necesario recuperar la misión educativa de las universidades, formando jóvenes libres y responsables, con fuerte conciencia crítica y con la certeza de la importancia de los valores morales y civiles. La universidad no puede ni debe estar cerrada en sí misma. Debe ser un lugar de encuentro de diferentes culturas e identidades étnicas, sociales y espirituales, al servicio del crecimiento y de la evolución de la sociedad.
La responsabilidad de la universidad es educar a la nueva clase dirigente que guiará el futuro, aquellos a los que se les confiará la gestión del país y de quienes dependerá la capacidad competitiva de las empresas, desarrollando las competencias culturales y científicas necesarias para el cambio. La Iglesia y la universidad pueden trabajar una junto a la otra para hacer que los jóvenes sientan su protagonismo, en tensión hacia los valores de la excelencia, la solidaridad y la equidad. Le corresponde a la universidad, por tanto, la gran tarea de realizar, a través de la instrucción, cultivando el saber y alimentando el conocimiento, un fundamento ético y cultural de la vida.

 
 

Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón

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