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Huellas N.3, Marzo 2004

SOCIEDAD AVSI

Nigeria. Willy. Una esperanza para el pueblo

John Williams

“Que cada uno mire por sí mismo”. Ésta era su filosofía de vida. Después, el encuentro con un grupo de amigos hizo que los innumerables tentáculos de la vida comenzaran a adquirir un sentido. En la trágica situación del país africano asombra la obra del Seed Education Centre de Lagos

Soy nigeriano y vivo en Lagos. Tengo treinta y tres años y trabajo en el Seed Education Centre, donde desempeño varias tareas, entre ellas la de profesor. El Seed Education Centre comprende un jardín de infancia, una escuela primaria con 600 alumnos, cursos de recuperación para unos cien estudiantes, un centro de estudios y de actividades extraescolares para los jóvenes, un curso de formación para profesores y un centro para la educación de padres y adultos.
Creciendo en una sociedad donde se nos cría para trabajar, y en buena parte con el fin de ganar algo desde pequeños, en apariencia gozan de la vida los que tienen más dinero. Cada uno desde pequeño, de forma más o menos consciente, comienza a correr en esta competición.
Al terminar los estudios superiores, lo único que tenía en mente era encontrar un trabajo, tener dinero y ganarme la vida; trabajar sólo y exclusivamente por mi “interés”. Mi filosofía de vida era “que cada uno mire por sí mismo”.
Gracias al encuentro con este grupo de amigos durante mi último año de universidad, en el Politécnico, mi formación académica, mi vida y todos sus innumerables tentáculos comenzaron a adquirir un significado en su globalidad. Desde que conocí a Chiara y a los demás, empecé a cuidar más de mí mismo, a interesarme por el significado de mi persona y de la realidad.

Entusiasmo
Ahora, a diferencia del pasado, vivo la vida con más entusiasmo, buscando con más intensidad la felicidad. Soy feliz de aprender y compartir la vida con estos amigos que me han dado las razones fundamentales para vivir, para esperar y compartir esta pertenencia a la comunidad.
Llego al trabajo con un programa bien preciso, con una idea de cómo debe ir la jornada, pero la realidad siempre revuelve las cosas según un orden diferente. Suelo empezar echando una mano a Jovita, la responsable del jardín de infancia y de la escuela primaria, tratando que todo esté a punto y respondiendo a necesidades y emergencias que nunca faltan: niños que vienen enfermos al colegio, otros que no traen la comida o el material escolar porque sus padres no pueden permitirse comprar un objeto tan sencillo como un bolígrafo. Mi siguiente tarea es ocuparme del Apoyo a Distancia, del que soy principal responsable.

Por y con los estudiantes
A partir de las tres de la tarde llegan los estudiantes de los cursos de recuperación. Su finalidad es ayudar a los alumnos a estudiar, una necesidad perentoria por varias razones: la participación de los profesores en las agitaciones sindicales, su desinterés por la profesión, la escasa cualificación, etc. La mayoría de los estudiantes va al colegio regularmente por las mañanas, otros además trabajan, algunos están aprendiendo un oficio, otros son ya padres. Yo doy clases de ciencias naturales, química y física comparada en bachillerato.
Con Pascal, un compañero, trabajamos con los estudiantes, preparamos juntos las actividades extra-escolares, y también la Escuela de comunidad para los que lo desean. Compartimos con ellos nuestra vida y les ayudamos a comprobar el significado y la riqueza de lo que aprenden en clase y de lo que les rodea. Francis y Michela son los profesores de los cursos de recuperación; trabajan con nosotros por las tardes, mientras por las mañanas dan clase en escuelas públicas y privadas. Con ellos me reúno una vez al mes para comentar cómo va la escuela, los estudiantes y la tarea que desempeñan. Es interesante destacar la diferencia que hay entre un profesor que se cree el mejor en su campo, y otro que se considera como un signo que indica a los estudiantes algo más grande que él. Nuestros profesores están aprendiendo que esta conciencia es más verdadera y corresponde más a su corazón.

Pobreza vergonzosa
Sobre el papel, Nigeria debería ser una nación rica, dado que exporta petróleo y posee abundantes recursos naturales y humanos. La realidad es que una pobreza vergonzosa golpea a la mayoría de la población.
Muchos piensan que se ha convertido en una nación cuya regla de oro es: “Poderoso igual a justo”. Quien detenta el poder y sus adláteres deciden quién debe respirar y quién puede hablar. El único modo de salir adelante es tener algún “padrino” o bien soportar la suerte adversa. Es triste advertir cómo durante las campañas electorales los políticos se postran ante la gente para después darles la espalda cuando obtienen la victoria, tomando sus decisiones sin consultar a nadie.
Pedir bienes de primera necesidad como electricidad, agua, comida o casa es como pedir la luna. Para las familias la situación socio-económica es durísima. A causa de la escasez de puestos de trabajo, incluso entre los licenciados, la mayoría de las familias se dedica al comercio, esto es, a la adquisición y venta de pequeños artículos como dulces, galletas, fruta, verdura, pescado, etc., obteniendo normalmente menos de 2.000 naira (17 dólares) con los que deben mantenerse. El día que los negocios se dan mal, padres e hijos deben apretarse el cinturón.

Sacos, cañas y madera
La vivienda es muy cara e insuficiente para toda la población de Lagos, que crece constantemente, tanto que algunas familias han tomado la iniciativa de construir casas con sacos, cañas, madera, sobre terreno del que antes o después se verán obligados a marcharse. Otros viven debajo o cerca de los puentes. Como resultado de estas privaciones se asiste al aumento del número de niños que abandonan la escuela ya durante la primaria, al incremento de la tasa de criminalidad, al uso indiscriminado de drogas fuertes, como la marihuana, cuyo consumo libre está alcanzando la popularidad de los cigarrillos. Existe, además, el problema de los embarazos de adolescentes, que están a la orden del día.
Ante esta situación, la primera reacción es culpar al gobierno, a la sociedad, a los padres, a todos, menos asumir una responsabilidad uno mismo. También yo estaba firmemente anclado en esta posición hasta que conocí a estos amigos.
Con ellos he aprendido a afrontar estas situaciones no con pietismo sino con esperanza, seguro y agradecido por saber que puedo contribuir un poco al desarrollo de la dignidad humana de los nigerianos. También me alegro de que el Seed Centre esté contribuyendo al bien del pueblo, no sólo a nivel económico o de cara al futuro sino ya desde ahora.

La brújula cotidiana
Los amigos de CL me han propuesto un modo de vida que he hecho mío, que se ha convertido en la “brújula” para todo lo que hago y vivo. También he descubierto que una cosa es dar dinero de forma asistencial y otra es formar a una persona. Trabajando con ellos he aprendido a amar y a colaborar con esta formación del hombre de la que soy beneficiario. Por eso puedo proclamar con la cabeza bien alta, si bien lleno de limitaciones: «¡Yo soy un hombre!».
Compartiendo la vida y la educación que he recibido con los estudiantes, agradezco al Misterio los pasos que van dando y contemplo cómo se enciende la llama y sigue su curso hasta hacerse una fogata. Con estos amigos puedo decir con certeza que nuestra sociedad, que Nigeria, progresará seguro.

 
 

Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón

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