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Huellas N.2, Febrero 2004

CL Cincuenta años de nuestra historia

Iglesia. Pueblo católico y síntomas de crisis

D. F.

1954 se sitúa en la segunda mitad del pontificado de Pío XII. Elegido papa el 2 de marzo de 1939, en vísperas de la Segunda Guerra Mundial, morirá en octubre de 1958. El suyo fue un gran pontificado, que tuvo que atravesar las tempestades de años terribles: los años del totalitarismo nazi y comunista. Pero en 1954 la salud del Papa comenzó a declinar. El mundo del siglo XX había vivido enormes cambios y Pío XII pensaba en un Concilio ecuménico.
En Francia comenzó a afrontarse una seria disminución de las vocaciones y la Acción Católica italiana, organización en la que se fundaba gran parte de la vida del catolicismo de Italia, se hallaba sacudida por divisiones internas; buena prueba de ello fue la dimisión de Mario Rossi de la presidencia nacional de la GIAC, por su polémica con el presidente de la ACI, Luigi Gedda. El jefe de los jóvenes católicos exaltaba la necesidad de un compromiso social preludiando las posiciones de apertura a la izquierda que se reforzarían en los años sesenta.
Desde el punto de vista teológico, no se aplacaban las polémicas suscitadas por la encíclica Humani generis de 1950, sobre la relación entre Magisterio y teología, y éstas produjeron una rigidez de Roma también hacia la Nouvelle théologie con la censura que afectó durante un año a siete dominicos franceses entre los que se encontraban Congar y Chenu. Siempre en Francia, 1954 fue también el año que vio el fin de la experiencia de los curas obreros; en enero, los obispos franceses les invitaron a dejar sus puestos de trabajo antes del 1 de marzo.
La Conferencia Episcopal Italiana se reunió en Pompei por primera vez, con ocasión del año mariano. Era el centenario de la proclamación del dogma de la Inmaculada Concepción: peregrinaciones, congresos y momentos de oración caracterizaron la vida de la Iglesia. El 1 de noviembre, en el cuarto aniversario de la proclamación del dogma de la Asunción al Cielo, se introdujo la fiesta de la “Realeza de María Santísima”.
El 29 de mayo fue canonizado Pío X; la noche del 30 de agosto murió el cardenal Ildefonso Schuster y en noviembre fue nombrado su sucesor, como arzobispo de Milán, Giovanni Battista Montini.
En los países comunistas continuaba mientras tanto la persecución de los cristianos; en Polonia el cardenal Wyszynski fue encarcelado sin conocerse su lugar de residencia, y su auxiliar, monseñor Antón Baraniak, fue condenado a veinte años de reclusión. Numerosos misioneros católicos fueron expulsados de la China comunista.
El Año Mariano, tal como había sucedido con el Año Santo de 1950, mostró al mundo una Iglesia fuerte y unida en torno al pontífice frente al ataque del laicismo y de la ideología comunista y una fe profundamente enraizada en el pueblo; pero ya a partir de 1954 empiezan a aparecer los primeros síntomas de las dificultades que irían madurando en los años siguientes.

 
 

Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón

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