Tres millones de seropositivos en Nigeria. Desde una investigación sobre el SIDA al encuentro con dos mil universitarios de Lagos. El testimonio de una persona comprometida en la asistencia básica
Nigeria cuenta con más de ciento veinte millones de habitantes, de los que alrededor de tres millones son seropositivos. Chiara Mezzalira, directora de un proyecto de AVSI, está comprometida desde hace tiempo en la asistencia sanitaria básica y en la prevención. Hace algunos meses, cuando tuvo que desarrollar por su trabajo una investigación KABP (Knowledge, Attitude, Belief, Practice; Conocimiento, Actitud, Opinión, Costumbre) sobre el SIDA en la población del estado de Lagos, se le ocurrió implicar a los universitarios de CL, que en aquel momento se encontraban de vacaciones. En las entrevistas realizadas, se puso de manifiesto la confusión, la instrumentalización y la urgencia de un compromiso más consistente. Empezaron así unos meses de gran intensidad. El objetivo era dejarse provocar por la dramática realidad de esta enfermedad e implicarse en la preparación de un acto, con ocasión de la Jornada Mundial del SIDA, para los estudiantes de la Universidad de Lagos.
¿Cómo describir el desafío vertiginoso que hemos vivido, esta experiencia nuestra de entrar cada vez más en la realidad, juntos? Nos reunimos durante dos días con una veintena de nuestros universitarios para trabajar. Empezamos juzgando lo que normalmente se propone a través de panfletos en las numerosas campañas de prevención organizadas por los entes locales e internacionales. Lo primero que descubrimos fue la diferencia de método que nos caracteriza. Mientras que todos quieren proporcionar una solución a priori, nosotros partimos de las preguntas últimas acerca del significado, que dan “fuego” y tensión a nuestra vida y que la realidad despierta continuamente. Nos pareció que la responsabilidad más grave era la apertura a aquellas preguntas dramáticas que una enfermedad como el SIDA hace surgir: ¿en qué consiste verdaderamente mi felicidad? ¿Qué sentido tiene el dolor? ¿Qué quiere decir amar verdaderamente? Y, si la más eficaz prevención contra el SIDA implica abstinencia y fidelidad, ¿cuál es su valor?, ¿qué tienen que ver con mi felicidad?
Las páginas inolvidables de El Sentido Religioso, el cuadro de Jerónima y Miguel Mañara, y la sorpresa de oírnos decir: «¡Qué verdadero es! ¡Qué grande es amar así!» y comprender que se trata de algo muy distinto del «no te arriesgues, usa el preservativo» que todos quieren hacernos creer.
Cuando nos juntamos para juzgar esta experiencia, Martín dijo: «Pensaba que estaba ante lo habitual, que alguien me adoctrinaría y me pediría que repitiera a otros lo que me habían dicho. En cambio, cuando empezamos a leer El sentido religioso y después el Miguel Mañara, me sentí desafiado a comprender mi necesidad de felicidad y de afecto. Después de esto nos reunimos para preparar un manifiesto con un dibujo del cuadro de Miguel Mañara, y fuimos a la televisión a exponer nuestras razones».
El SIDA afecta a la necesidad más radical del hombre, la de su felicidad, pero existe una debilidad en nosotros que nos hace no buscar la verdad; la violencia de la mentalidad común nos hace reducir el “yo” a reacción, el amor a sexo, la libertad al “haz lo que te apetezca”. Por esto necesitamos una compañía que nos ayude a descubrir esta pasión por la verdad, a sostenernos en el camino.
Recorrimos un camino real y todo emergió entre nosotros a partir de lo que vivíamos. Víctor, estudiante de primero de Medicina, nos contaba: «Este trabajo sobre el SIDA me reta a un cambio. Entre nosotros los estudiantes, el sexo está glorificado, no sólo se trata de placer, sino de tu consistencia de hombre. Con tus amigos hablas de cuántas chicas tienes y con cuántas haces el amor. Y como todos quieren ser hombres, el sexo ocupa el primer puesto entre nuestros valores. Así era también para mí. Pero nuestra humanidad, antes o después, grita la verdad. Me sucedía que en algunos momentos me decía: “¿Pero quiero esto verdaderamente? ¿Esto me basta?” Como no sabía lo que buscaba, lo que quería, continuaba como antes sin dar importancia a esos momentos».
«Tenía necesidad de alguien que me dijese de qué se trata. Esto me ha sucedido con vosotros, con nuestra compañía. Esta compañía me da valor, me hace saber qué busco, me lleva a la realidad. A veces pienso en lo que puede suceder, que mis amigos de clase me excluyan de nuestros asuntos o que me den de lado. ¡Pero es demasiado hermoso lo que veo en esta compañía para no aceptar el reto!».
Fue un verdadero desafío para todos. Pascal, James, Víctor, Martín y Luisa participaron en dos programas de televisión y en una conferencia de prensa.
Mientras profundizábamos en este trabajo cultural, empezamos a pensar en realizar un acto en la Universidad de Lagos. Mucha música con Plantashun Boiz, un grupo nigeriano que gusta mucho a los jóvenes, alternando con una proyección científica y con dos testimonios, uno de Rose, de Uganda, y uno de Víctor.
A la entrada del Auditórium se instalaron las dos grandes exposiciones de GS sobre “Libertad” y “Moralidad”.
Fue algo increíble: casi dos mil estudiantes universitarios que no estaban dispuestos a escuchar más que la música. Un ejemplo espectacular de lo que significa la violencia entre los jóvenes, frente al espectáculo increíble de los que están seguros de la verdad que viven.
Pascal contó que la mañana siguiente, a las 5’30, un estudiante fue a su habitación para pedirle el cuadernillo de la exposición sobre la libertad, que el día anterior Pascal le había presentado. Tenía que marcharse a su ciudad, pero no quería olvidar lo que había escuchado.
Víctor señaló que al final de la noche, no había por el suelo ni un solo manifiesto de los que habíamos repartido, cuando lo habitual es que la gente tire todo al suelo. Nos recordó el silencio impresionante que se había creado en todo el Auditórium cuando, al final del gesto, se proyectó La noche estrellada de Van Gogh con la letra de la Ballata dell’amore vero y se escuchó The Ballade of True Love, cantada por Valentina de Nueva York. Alex, hablando de su experiencia, dijo: «He participado en este trabajo porque en todo lo que hacemos hay algo vital, hay una Presencia entre nosotros y esto hace muy distinto nuestro acercamiento, nos da una gran conciencia».
Martín: «La mentalidad común está en mí al igual que entre los estudiantes de Unilag. ¡Soy como ellos! Pero esta compañía me saca siempre de mi distracción. ¿Nuestro método? No proponemos una solución, sino a nosotros mismos como compañía en esta aventura». Joseph (que acaba de conocernos): «¡Me he encontrado con esta compañía! ¡Es lo más bonito que me ha sucedido en toda mi vida! Estoy aprendiendo a conocerme a mí mismo».
Chiara: «Lo que sucede entre nosotros y lo que ha sucedido en algunos de los jóvenes presentes es el signo de que la verdad siempre se impone y siempre vuelve a suceder».
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