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Huellas N.4, Abril 2009

PRIMER PLANO - EncuentroMadrid 2009

Una obra “ligera” cargada de frutos

El testimonio de Belén Cabello, Presidenta de la asociación, en el acto del domingo 29 de marzo “Una nueva laicidad: el protagonismo de las obras”

La familia es por naturaleza un lugar de acogida, donde marido y mujer se acogen mutuamente y por esta acogida mutua son capaces de engendrar y de acoger a otros en casa. En España la asociación nace en 1997 a raíz del encuentro con Marco Mazzi, que en esa época tenía 4 hijos biológicos y había acogido en su casa a una chica soltera joven con problemas de droga y embarazada. Lo que más me fascinó fue que la familia se pudiese vivir con ese horizonte tan amplio y que correspondía con lo que yo quería, hasta tal punto que marcó definitivamente mi historia personal con mi marido y mis hijos. Marco nos invitó a custodiar el deseo que se había despertado en nosotros, puesto que la gratuidad era un camino posible para todos. Después de un tiempo, unos amigos nuestros, Isabel y Antonio acogieron en su casa a dos hermanos de 4 y 6 años con una dolorosa historia familiar a sus espaldas. En un testimonio de aquella época contaban: «El hecho de no poder tener hijos nos hizo entender claramente que los niños no eran nuestros, sino que lo que hacemos en esta vida es acoger los hijos que Otro te da. En unas vacaciones, con amigos, nos surgió la necesidad de preguntar para qué estaba hecha la vida y la necesidad de que fuera útil y diera fruto. Al regreso, ofrecimos nuestra disponibilidad para acoger a la Comunidad de Madrid. Comenzamos entonces a asistir con más deseo a los encuentros de “Familias para la acogida”, y a preguntar, y a profundizar en la amistad con ellos».
Un par de familias abrieron su casa a jóvenes madres solteras con dificultades por algunos meses; otros, decidieron por el camino de la adopción internacional. Últimamente, una familia ha acogido de forma indefinida a una adolescente embarazada que ahora ya tiene a su bebé.
Esta experiencia se ha ido dilatando, por el testimonio de gratuidad, como una onda que se expande de familia en familia, siempre a través del encuentro personal. Siempre que tengo la posibilidad de hablar con técnicos que se dedican a la difusión de este “recurso” para la protección de menores que es el acogimiento familiar les explico que el testimonio de familia a familia funciona mejor que todas las campañas publicitarias posibles. Por eso en los actos públicos de la asociación aunque haya un profesional que ayuda a entender y profundizar determinados aspectos de la acogida ofrecemos siempre el testimonio de una familia.
Cuando hemos abierto nuestra casa a la acogida hemos comprobado que “sólo acogemos porque somos acogidos”, porque somos amados. Uno se puede acercar a la acogida por diferentes motivos, pero, con el tiempo, te das cuenta que si tú no eres previamente abrazado antes o después tirarás la toalla. La generosidad no basta, pues al acoger te topas de una forma más evidente con el límite, el tuyo y el del otro, y nosotros no somos mejores que los demás sino más afortunados. A la madre de un niño acogido ciego y con una parálisis cerebral alguien le decía: «Te has ganado el cielo», y ella: «El cielo lo tengo ya en casa, ha entrado en casa con este niño».
La acogida te cambia el corazón, te hace experimentar una mirada sobre las personas que no nace de un proyecto tuyo, sino de compartir con ellas el bien que son, el deseo de infinito que las constituye. Al acoger en casa a alguien le acompañas aunque sea por un tramo de camino en esta búsqueda, que es también la tuya, acogiendo su necesidad de un techo y de una familia. Don Giussani nos enseñaba que la acogida es la única modalidad de una relación humanamente digna porque sólo en ella el hombre es respetado por lo que es: relación con el infinito.
Una experiencia así no se puede vivir solo. Antes que una organización o una estructura nuestra asociación es una compañía entre familias.
Participamos de los encuentros formativos anuales de la Asociación en Italia. También hemos querido ponernos en contacto con las personas que en España tienen autoridad en la protección de menores, especialmente en acogimiento y adopción, y esto ha permitido que participemos en una red nacional de asociaciones de ámbito nacional.
La forma que esta obra ha asumido, la pequeña estructura que tenemos, una sede con dos personas trabajando a tiempo parcial, está al servicio de la experiencia: el acompañamiento a las familias que se plantean acoger, la ayuda a las familias que ya están acogiendo y tienen dificultades, los encuentros públicos, la transcripción y publicación de nuestros encuentros, la página web, la relación con los servicios sociales.
Nuestra obra es una obra “ligera”, tal y como la ha definido Bernard Sholtz, presidente de la Compañía de las Obras en Italia: es una obra que no desea tener una gran estructura sino que quiere transparentar el valor de la acogida. No nos hemos especializado ni queremos convertirnos en “expertos de menores en riesgo” sino que lo que nos define es lo que ya he dicho antes citando una frase del libro de don Giussani El Milagro de la hospitalidad (Ediciones Encuentro): la acogida como única posibilidad de relación humanamente digna porque sólo en ella la persona es realmente persona, es decir, relación con el Infinito.

 
 

Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón

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