La presidenta de la Comunidad de Madrid inauguró el EncuentroMadrid 2009, con un acto celebrado ante 600 asistentes en el Auditorio Rafael del Pino de Madrid, junto al presidente de la Región de Lombardía, Roberto Formigoni
Esperanza Aguirre afirmó que el objetivo de su actividad política siempre ha sido proteger «ese espacio de dignidad y libertad que corresponde a los individuos. Hay que impulsar el marco legal más favorable para que todos los ciudadanos puedan desarrollar sus proyectos». La separación de la Iglesia y el Estado no debe implicar la negación del hecho religioso en el ámbito público, mientras que «en España asistimos a intentos de negar, cuando no de atacar, el hecho religioso. El único objetivo en ese ataque es el cristianismo, base de la civilización occidental». Tras defender la aconfesionalidad del Estado recogida en el artículo 16.4 de la Constitución Española, ha respaldado las ideas del presidente francés Nicolas Sarkozy: «Separación, sí. Negación, no. Hay que garantizar el hecho de vivir la religión como un derecho fundamental».
Por su parte Roberto Formigoni destacó que es posible una convivencia verdaderamente laica cuando se reconoce en la persona su dimensión religiosa, como conjunto de exigencias elementales de bien, justicia, belleza y verdad. «El Estado neutro, indiferente, no forma parte de la tradición occidental. El Estado verdaderamente laico valora las expresiones religiosas y sus aportaciones a la vida de la sociedad. El objetivo de un Estado es tutelar toda libertad, también la religiosa».
El presidente de Lombardía dijo que actualmente se registra una estima mayor por el hecho religioso en Europa, como muestra las declaraciones de Nicolas Sarkozy o del ex primer ministro británico Tony Blair. «A la hora de hacer política debemos testimoniar qué personas somos y qué concepción del hombre tenemos», destacó el presidente de la Lombardía. Al final, respondiendo a una pregunta sobre vocación personal y vocación política, Formigoni señaló que el objetivo de un político es «devolver el poder a quienes se lo otorgan», es decir, a las personas y a las agrupaciones sociales que conforman la vida de un pueblo. Como político, agregó Formigoni, «siempre debes decidir si utilizas el poder para tus intereses particulares o para perpetuarte en el poder, o si, por el contrario, lo utilizar para favorecer las condiciones de libertad de los hombres a quienes sirves». Es una alternativa a la que nadie puede sustraerse.
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