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Huellas N.9, Octubre 2000

RUMANÍA

Los inicios de la historia

Violeta Barbu

Se ha presentado en Bucarest el primer libro en lengua rumana de don Giussani con un padrino excepcional, el arzobispo de la capital monseñor Ioan Robu


Bucarest, 16 de junio, Instituto de Historia de la Academia rumana. Cerca de doscientas personas toman asiento en la sala para asistir a la presentación del libro de don Giussani El Sentido Religioso. Para la ocasión, se preparó una exposición en la sala contigua con paneles que mostraban las cubiertas de los textos de don Giussani traducidos a distintas lenguas y una pequeña exposición de cuadros de Camilian Demetrescu, pintor rumano afincado en Italia desde hace treinta años, muy cercano al movimiento y que acudió a la presentación en Bucarest.
La historia de la versión rumana de El Sentido Religioso va unida a la historia misma del movimiento de Comunión y Liberación en este país. Los primeros rumanos pudieron leer el libro, introducido clandestinamente en Rumania en 1987, en lengua francesa. Fue una gran ayuda para muchas personas, sin distinción confesional, que sufrían la destrucción del patrimonio religioso en este país. Hoy vemos los frutos de la semilla; El Sentido Religioso supuso un “encuentro” y el arranque de una historia fascinante que aún continúa.
En la mesa se sentaron el Nuncio Apostólico de Rumania, monseñor Jean Claud Perisset, el arzobispo de Bucarest, monseñor Ioan Robu, don Luigi Negri, profesor de la Universidad Católica de Milán y don Tarciziu Serban, decano de la Facultad de Teología y Letras del Instituto Católico de Bucarest.



Una novedad

«Es una afortunada coincidencia el hecho de que nuestro encuentro de hoy tenga lugar pocos días después de Pentecostés - afirma monseñor Ioan Robu al abrir la mesa redonda -. Con ocasión del histórico encuentro del 30 de mayo con los movimientos, el Santo Padre afirmó que estos son la expresión de la riqueza de los dones del Espíritu Santo, un nuevo modo de vivir para el hombre de hoy, en la cotidianidad, el mensaje del Evangelio, un nuevo modo de ser portadores de este mensaje a sus contemporáneos, para edificar así la unidad de la Iglesia universal».
El arzobispo subraya, después, cómo esta novedad excepcional llega también a la iglesia local: «En los últimos diez años, en nuestra diócesis, han retomado la actividad (que el régimen comunista había interrumpido) un número notable de órdenes, congregaciones, asociaciones o movimientos locales. Los hemos acogido a todos con gran alegría y con todos estamos colaborando en comunión. Por eso, saludo hoy, de modo especial, la traducción a la lengua rumana de un libro que nace del carisma del movimiento de Comunión y Liberación, que se ha comprometido desde hace muchos años con un modo de vivir la fe como recorrido educativo hacia el cumplimiento de nuestra humanidad. No es un tratado de teología o filosofía, ni siquiera un tratado de antropología religiosa. Ya desde el título se comprende que el libro está dirigido a todos: a creyentes y no creyentes, a los que están acostumbrados a pensar en su destino y a los que nunca han hecho este ejercicio. Porque todos tenemos hambre y sed de significado. Todos deseamos que nuestra vida, nuestras alegrías y nuestras penas, incluso la muerte, tengan un significado. En nuestro corazón está ese deseo de amor, felicidad, justicia, bondad y belleza. Quid animo satis?».



Una respuesta exhaustiva

Llegado a este punto, el arzobispo de Bucarest hizo una amplia relación de las ofertas de significado que muestra hoy el mundo: «Algunas ofertas, como la utopía ideológica, ya las hemos vivido. Otras, como la ilusión consumista, llegan ahora hasta nosotros. Pero ninguna de ellas es la respuesta exhaustiva a la sed humana de significado. El sentido religioso no es otra cosa que nuestra exigencia de totalidad, exigencia que radica en nuestra razón y que se manifiesta en todo lo que hacemos. La apertura de la razón al Misterio nos da la verdadera dimensión de nuestra dignidad humana. Nuestro camino acaba de empezar. Desde el descubrimiento del sentido religioso hasta la fe, debemos pasar por un encuentro. Se trata del encuentro personal con el Verbo hecho carne, que se manifiesta como una Presencia que irrumpe en la historia generando el hecho cristiano. La modalidad que Dios ha escogido para entrar en relación con el hombre no es una doctrina o un sentimiento religioso. Y justamente esta modalidad es la que abre la razón y conmueve el afecto ante una Presencia tan excepcional y tan humana».



Guiados por una amistad

Toma la palabra el Nuncio Apostólico, Jean Claude Perisset, que comienza diciendo que la presentación de un libro es un modo de iniciar una relación con él. «En esta relación estamos guiados por una mano segura y amiga, la de don Giussani. Es un libro que ayuda a recibir el mensaje de Cristo en el mundo de hoy, en una sociedad superficial, consumista, atormentada por un flujo de ideas contradictorias». El Nuncio llama la atención sobre algunas palabras claves del texto: «Realismo, razonabilidad, moralidad, conciencia. Estos términos evocan un ámbito de gran seriedad humana. Alguien podría decir: “Este libro no está escrito para mí, no soy un teólogo, un filósofo o un especialista en ciencias de la educación”. Pero, en realidad, este libro describe el ámbito de nuestra experiencia cotidiana y, al mismo tiempo, su contenido valora, a través de gran cantidad de referencias culturales, toda la historia del pensamiento humano acerca del sentido religioso».
El decano de la Facultad de Teología insistió en su intervención en la importancia del método de educación a la fe propuesto en el libro, haciendo un análisis de los límites que conlleva cierta forma de dar catequesis a jóvenes y adultos. «La experiencia pastoral de la iglesia local muestra que existe un deseo en mucha gente de profundizar en el contenido de la fe y su incidencia en la vida. El método de la escuela de comunidad y de El Sentido Religioso es una respuesta adecuada a este deseo del que la Iglesia es consciente».
Don Luigi Negri destaca el valor cultural del texto, que propone «las líneas de una comprensión adecuada del hombre». El Sentido Religioso pone de manifiesto que el hombre tiene una necesidad religiosa. El proceso de secularización ha provocado una ideologización de la vida, personal y social, a partir de la eliminación de la exigencia religiosa. Así, el hombre es arrojado al dominio de un poder social que amenaza peligrosamente la dignidad de la persona. Ya hace treinta años, don Giussani indicó, proféticamente, un riguroso balance de los acontecimientos antropológicos y culturales de la modernidad, apuntando una posible salida a tal crisis: volver a plantear la exigencia de significado como definición de la ontología del hombre y como motor de su inteligencia y su corazón».

 
 

Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón

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