Va al contenido

Huellas N.7, Julio/Agosto 2000

VIDA

La Fraternidad de San Carlos en el mundo

Paolo Sottopietra

Cuando hablamos de nuestras casas y hacemos algunas sugerencias sobre su decoración, hablamos de que la casa debe parecer una casa cualquiera, decorada con dignidad. No deben abundar cuadros y signos sagrados, para no dar la impresión a los que se encuentran con nosotros - y a nosotros mismos - de que constituimos un grupo aparte, extraño a la vida y a los intereses de todos.
He escogido este ejemplo porque la Fraternidad San Carlos es ante todo un grupo de hombres comprometidos en primer lugar con su existencia. Este es nuestro primer y radical vínculo con don Giussani y con la experiencia de su vida, que nos ha enseñado y nos enseña que no se puede llegar a aferrar, reconocer y abrazar nuestro destino personal más que a través de las cosas y las personas que tenemos delante. Para nosotros ellas son el primer signo del misterio. Nos ha enseñado una curiosidad por la vida, a no evadirnos de la vida.
Si no nos evadimos de la vida, si aceptamos el camino que el Misterio ha creado para nosotros, nos topamos continuamente con la persona del Hijo de Dios hecho hombre. Deseamos vivir la bondad del amor de Cristo que hemos visto vivir en don Giussani y que sus intervenciones más recientes han documentado de forma tan impresionante.
Vivir en la misma Fraternidad, concretamente en pequeñas casas, no es un obstáculo para todo esto; al contrario, es una ayuda para su realización. La finalidad de estar juntos es precisamente ésta: sostenernos en esta aventura en todos los aspectos de nuestra humanidad, mantener despierto el deseo de aprender, de sorprendernos, mantener despierta la posibilidad de cambiar. Una facilidad que el Espíritu ha suscitado dentro del movimiento: facilidad para los que han sido llamados a ser totalmente expresión del carisma que nos ha generado y por eso totalmente correspondiente con la misión de la Iglesia. Estamos dispuestos a ir a donde sea para que los hombres de todo el mundo puedan tomar parte en aquello que ha colmado nuestros días.
El pasado 24 de junio dos hermanos nuestros, Matteo Stoduto y Juan Luis Barge, fueron ordenados sacerdotes durante una celebración presidida por el cardenal Joseph Ratzinger en la que estaban presentes muchos otros sacerdotes, además de parientes y muchos amigos de los ordenados. Esta es la modalidad concreta con la que nosotros, pertenecientes a la Fraternidad de San Carloss, somos llamados a vivir esta pasión por lo humano y esta pasión por Cristo, que son una única pasión.
No existe de hecho la “vocación cristiana” y después una vocación específica: familia, virginidad, sacerdocio... La única vocación cristiana vive en la forma a la que cada uno es llamado. Anunciar a Cristo presente, educar al pueblo cristiano para que le reconozca y le ame, llevar el perdón y la vida de Jesús a través de los sacramentos... son los caminos fascinantes a través de los que pasa y se realiza para nosotros “la aventura humana” que nos hace sentirnos uno con cada hombre sobre la tierra.
La Fraternidad de San Carlos Borromeo está presente, además de en Italia, en las siguientes diócesis: Buenos Aires (Argentina), Viena (Austria), Montreal (Canadá), Concepción (Chile), Emmendingen (Alemania), Dublín (Irlanda), Nairobi (Kenya), Ciudad de Méjico (Méjico), Asunción (Paraguay), Lisboa (Portugal), Novosibirsk (Siberia), Fuenlabrada (España) y Attleboro (Massachusetts – EEUU).
Matteo Stoduto y Juan Luis Barge, ordenados sacerdotes el 24 de junio de 2000 por el cardenal Ratzinger, trabajarán en Roma, el primero como profesor en el Instituto Sant’Orsola y el segundo en la parroquia de Nuestra Señora del Rosario de Pompeya en Magliana.
En el curso de la misma celebración el cardenal Ratzinger ordenó diáconos a otros siete miembros de la Fraternidad: Alessandro Camilli y Wojciech Janusiewicz (destinados a la casa de Fuenlabrada, en las afueras de Madrid); Silvano Lo Presti (destinado a la casa de Lisboa); José Medina (que dará clase de matemáticas y física en una escuela superior de Boston, en donde la Fraternidad San Carloss abre en septiembre una nueva casa); Martino De Carli, Giuseppe Tamburini y Mario Grignani (que permanecerán por sexto año en la casa de formación de via Boccea en Roma).

 
 

Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón

Vuelve al inicio de página