Huellas N.6, Junio 2000

IGLESIA

La cultura refinada necesita la esperanza

A cargo de José Luis Restán

Publicamos unos pasajes de la entrevista que el Cardenal de Milán Carlo María Martini concedió a la Radio Cadena COPE el pasado 24 de mayo al publicarse la noticia de que se le ha concedido el premio Príncipe de Asturias para las Ciencias Sociales


Eminencia, la concesión de este premio subraya la importancia de los estudios bíblicos y teológicos para el desarrollo de las ciencias sociales y, por lo tanto, para el hombre contemporáneo. Quizás por primera vez en Europa ha crecido una generación carente de referencia a la Biblia. ¿Qué opina al respecto?
Mons. Carlo María Martini: Yo he auspiciado siempre que la Biblia, que fue el libro del pasado de Europa, por lo menos hasta hace algún siglo, se convierta también en el libro del futuro. Es decir, que los hombres y las mujeres del futuro europeo puedan reconocerse en este libro y extraer de allí una esperanza, ya que la Biblia habla de nosotros y nos abre horizontes de confianza hacia el futuro que es importante no olvidar.
Por lo que respecta a la teología ¿qué significado tiene este reconocimiento a su contribución para la comprensión de lo que es el hombre?
Me he quedado muy sorprendido al enterarme de que se me había otorgado este premio. Era algo que no me esperaba. En primer lugar, me he dedicado a los estudios bíblicos, estudiando los antiguos manuscritos griegos, los papiros, justamente para comprender cómo los hombres de hace 2000 años transmitieron la buena noticia sobre Jesús y sobre el futuro de la humanidad. Durante los últimos veinte años me he dedicado a servir a la gente en modo más directo, pero siempre mi propósito fundamental ha sido ayudar a las personas a esperar y a entregarse en favor del bien común para un futuro mejor de Europa y de la humanidad a la luz del Evangelio.
¿Y cuál es para usted la característica principal de la sociedad y la cultura europea de hoy?
La cultura europea es muy refinada, pero corre el riesgo de encerrarse en sí misma y, por lo tanto, de perder de vista la trascendencia y, conseguentemente, la esperanza. Esto se documenta también en el descenso demográfico al que asistimos hoy. En Europa nacen pocos niños y esto significa que Europa espera poco en su futuro. Hace falta acrecentar la esperanza.
¿Cómo debe desarrollarse el diálogo entre la fe cristiana y la cultura a la que acaba de aludir?
Creo que lo esencial es hacer comprender que la fe cristiana está al servicio del hombre. Jesús mismo es el Hijo de Dios hecho hombre y, por lo tanto, comprende esas aperturas de humanidad que nosotros tanto deseamos para nuestra cultura europea. Se trata de volver a proponer de nuevo la relación entre cristianismo y humanismo.

Los Premios Príncipe de Asturias
Fueron instituidos en 1980 y son otorgados anualmente por la Fundación que lleva su mismo nombre, coincidente con el título que la Constitución reserva al Heredero de la Corona de España. Precisamente esta vinculación a la Corona confiere a los Premios buena parte de su prestigio y peso social, a los que también ha contribuido el acierto y la dimensión internacional de los galardones concedidos en estos veinte años.
Actualmente se conceden ocho Premios en otras tantas modalidades: Investigación científica y técnica, Letras, Artes, Ciencias Sociales, Comunicación y Humanidades, Cooperación Internacional, Concordia y Deportes. Cada uno de ellos está dotado con cinco millones de pesetas, un diploma acreditativo y una estatuilla del artista español Joan Miró. Los Premios son entregados en una solemne ceremonia presidida por el Príncipe D. Felipe de Borbón, en el histórico Teatro Campoamor de la ciudad de Oviedo, capital del Principado de Asturias.
Entre los galardonados figuran científicos como Manuel Patarroyo, Luc Montagner y Robert Gallo; escritores como Miguel Delibes, Arturo Uslar Pietri, Carlos Fuentes y Gunter Grass; artistas como Vittorio Gassman, Eduardo Chillida y Sebastiao Salgado; políticos como Mijail Gorbachov, Belisario Betancourt, Helmuth Kohl, Yasser Arafat y Simón Peres; y organizaciones como Cáritas Española, Médicos sin frontera, o Gesto por la paz de Euskal Herría.