Las recientes elecciones y la formación del nuevo Gobierno en España han vuelto a poner a la política en el centro del debate.
Sin duda se defienden determinados valores de corte liberal y social y se ha impuesto un talante moderado, “el giro al centro”, pero a la vez se advierte una cierta debilidad en las razones originales y de método de gran parte del mundo católico que, sin embargo, constituye un factor esencial del contexto social y político de nuestro país.
Para preguntarse sobre esto, una ocasión excelente nos la ofrece la publicación del libro que recoge las reflexiones sobre la experiencia cristiana que ha llevado a cabo don Giussani en estos últimos años: Crear huellas en la historia del mundo (Ed. Encuentro, Madrid 1999).
Decía San Agustín que «para conocer la naturaleza de un pueblo hace falta mirar a las cosas que ama» y muchos, no sólo en el ámbito cristiano, coinciden en señalar el problema de la educación, junto al de la creación de empleo, como objetivos prioritarios. El futuro de un pueblo depende en gran parte de ello.
«No se puede educar si no es dirigiéndose a la libertad, comprometiendo a ésta en la responsabilidad y en la acción. La libertad define el yo. Pero la libertad es también aquello para lo que se debe educar», escribe don Giussani (p. 151).
En un camino educativo auténticamente cristiano, la política no es algo “aparte”, que haya que juzgar desde un punto de vista distinto del que se tiene para intentar vivir y valorar todo.
La presencia de un cristiano en su ambiente determina siempre una “tensión” política, ya que él está obligado a defender el valor supremo de la persona, contra cualquier reducción que el poder intente para defender sus objetivos de control y mantenimiento del status quo.
Para quien vive la pertenencia al Acontecimiento cristiano se esclarece el valor de la persona, de cada persona: ya no se trata de una mera intuición, sino de una dramática pasión.
Esto hace del cristiano un gran propugnador de un estado verdaderamente “laico”, que sea capaz de apoyar las iniciativas y las obras que surgen de los particulares y las comunidades intermedias, en lugar de frenarlas o reprimirlas de acuerdo con los objetivos propios del poder o de la hegemonía.
Por eso, en estos años, no hemos tenido miedo de empezar a asumir una responsabilidad concretísima a favor de la libertad, en el campo de la educación, de las obras y de los servicios a la persona.
Hoy, en España, tenemos verdadera necesidad de ejemplos y de instrumentos que, como el citado libro, testimonien esta indómita pasión.
Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón