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Huellas N.4, Abril 2000

JUSTICIA

El tribunal de la historia

Antonio Simone

Después de Italia, también Francia y Alemania en el punto de mira de los jueces. ¿Se quiere volver a escribir la historia de los partidos de inspiración cristiana que construyeron la Europa de la posguerra?


«En febrero de 1948 el dirigente comunista Klement Gottwald se asomó al balcón de un edificio barroco de Praga para hablar a los centenares de ciudadanos que llenaban la plaza de la Ciudad Vieja. Fue un momento histórico para Bohemia. Un momento fatídico de los que sólo suceden uno o dos en un milenio.
Gottwald estaba rodeado por sus compañeros y precisamente al lado de él estaba Clementis. Nevaba, hacia frío y Gottwald llevaba la cabeza descubierta. Clementis, atento, se quitó su gorro de piel y se lo puso en la cabeza a Gottwald.
La sección de propaganda difundió centenares de miles de copias de la fotografía del balcón desde el que Gottwald, con el gorro de piel en la cabeza y sus compañeros al lado, hablaba al pueblo. En ese balcón empezó la historia de la Checoslovaquia comunista. Todos los niños pudieron ver aquella fotografía en los manifiestos, en los libros del colegio y en los museos.
Cuatro años después Clementis fue acusado de traición y ahorcado. La sección de propaganda lo eliminó inmediatamente de la historia y, naturalmente, también de todas las fotografías. Desde entonces Gottwald en ese balcón está sólo. Donde entonces estaba Clementis ahora sólo se ve el muro vacío del edificio. De Clementis sólo quedó el gorro sobre la cabeza de Gottwald. (...) Los hombres gritan que quieren crear un futuro mejor, pero no es verdad. El futuro es sólo un vacío indiferente que no interesa a nadie, mientras que el pasado está lleno de vida y su rostro nos irrita, nos provoca, nos ofende y, por eso, queremos destruirlo o retocarlo. Los hombres quieren ser dueños del futuro sólo para poder cambiar el pasado. Se pelean por entrar en el laboratorio donde se retocan las fotografías, donde se reescriben las biografías y la historia» (de Milán Kundera, El libro de la risa y del olvido).
La foto que se quiere retocar hoy en Italia, Alemania y Francia, la biografía y la historia que se quieren volver a escribir es la de los partidos de inspiración cristiana. Europa renació bajo la guía de hombres cuya conciencia había sido educada en la experiencia cristiana y que habían forjado un proyecto político, único en el mundo, que sin violencia nos ha conducido a una Europa unida y democrática. A estos se habían unido hombres que habían asumido en el socialismo un desafío democrático al comunismo autoritario. Se está volviendo a escribir la historia, precisamente en virtud de un futuro vacío, sin ideas (véase el congreso DS en Turín). Partidos y personas que creen ser nuevas porque han cambiado el nombre vuelven a escribir, juzgar y condenar la historia de De Gasperi, Andreotti, Kohl, Mitterand, Craxi.
Que hombres, artífices principales de Europa, que han conseguido millones, incluso muchos, casi siempre despreciando las leyes de financiación de los partidos, se vean juzgados hoy por quienes, despreciando las mismas leyes, han recibido durante años ríos de dólares bañados en la sangre de 80 millones de muertos en los regímenes comunistas es humillante, grotesco e innoble.
Pero lo peor es que esta rescritura se hace a la vez que la del cristianismo y que la del hombre. Reducido, mistificado, juzgado bueno o malo por el “lobby” de procuradores mundiales vestidos de ángeles vengadores dispuestos a descubrir el mal en el mundo presente y pasado.
Bueno o malo, limpio o sucio es el fin programado del cristianismo.

Hostilidad sospechosa
Pasajes de dos entrevistas iluminadoras al senador Giulio Andreotti
Los políticos están en la diana en todo el mundo. También el mítico Helmut Kohl está siendo investigado por la justicia.
No quiero ser malvado, pero la hostilidad contra él es sospechosa. Kohl estaba subiendo, mientras que los socialdemócratas alemanes descendían.
¿También en Alemania se politizan los procesos?
Lo importante es que nadie acusa a Kohl de enriquecimiento personal. Espero que después de esta oleada de polémica se le vuelva a colocar en el lugar que le corresponde en la historia de Alemania
¿Habéis hablado?
Nos hemos escrito. Siempre hemos tenido buenas relaciones, también durante mi proceso judicial.
También han sido investigados el presidente israelita, Weizman y el ex canciller austriaco, Vranitzky.
O estamos bajo el efecto del Jubileo que trae consigo un nuevo moralismo, de tipo savonaroliano o existe una conspiración internacional para dañar a los políticos moderados. Dando por supuesto que la moderación es una virtud.
Si en todas partes se violan las leyes, algo no funciona. ¿En los individuos o en el sistema?
En el colegio nos enseñaban que si no hay voluntad de delinquir, no hay delito. Para que exista hace falta el dolo. La financiación ilegal estaba tan extendida que parecía normal. A quien recurría a ello, le faltaba la conciencia de cometer un delito. Un correcto derecho penal debería tenerlo en cuenta.
Demasiado fácil.
No estoy hablando de los que se enriquecen o de las comisiones para corromper, sino de la simple financiación de la política. En otros países, en Estados Unidos por ejemplo, se hace a la luz del día y, si se limita a esto, no es delito; es más, es bienvenido.
Para nosotros no es así y la ley es la ley.
En las fiestas del PCI se pasaba la cesta para recoger dinero de los militantes y se hablaba de auto financiación. Hoy sabemos que gran parte del dinero venía de la URSS. Pero en los balances oficiales del PCI no hay, ni ha habido rastro de ello.
La autoridad judicial persigue y persigue a la política en todas partes y en cualquier ámbito. El juez español Garzón ha detenido al dictador chileno Pinochet en Inglaterra.
Una invasión. Los chilenos habían cerrado la cuestión de Pinochet. Hay que dejarles el juicio a ellos.
¿Se abre el siglo del poder judicial?
La Biblia, en el libro de los Jueces, relata que hubo un período en el que estos prevalecieron. No fue el período más brillante de la historia judía.
(Il Giornale, 10 de enero de 2000)

Alemania igual que Italia? ¿Después de la campaña «Manos limpias» “made in Italy” también la de Berlín? Giulio Andreotti no quiere hacer comparaciones pero quiere decir algo. «Verdaderamente me impresiona un poco. ¿Hay que eliminar a la fuerza la DC como tal? No defendemos menudencias. Defendemos principios fundamentales». En definitiva, alguna duda tiene también él y por eso aprueba el nacimiento de la comisión de investigación sobre “Tangentopoli”. «Creo que después de haber hablado tanto, no hacerla podría dar la impresión de que desde algunas partes se querían tapar cosas que no es justo ocultar. Y está pendiente en la Cámara también la comisión de investigación sobre el famoso dossier Mitrokhin que también es necesaria».
Senador, por tanto ¿está de acuerdo con Cossiga que dice que el fenómeno de “Tangentopoli” no ha sido otra cosa que la respuesta necesaria a la financiación soviética al PCI?
Existe una conexión. Por tanto que hay que aclarar tanto la financiación interna como la internacional. La soviética y la americana. (...)
En estos días parece que se está destapando una olla: Kohl, Mitterand. ¿Es el último capítulo de la caída del muro de Berlín?
(...) No sé si existe una maniobra intencionada, pero se ha discutido sobre algunas cosas y sobre otras se ha pasado por encima. Aún hoy se habla muy poco de todo lo que sucedió en la relación entre Rusia y el Fondo Monetario y la salida a escena de Yeltsin. Lo importante es encontrar las reglas que garanticen la legalidad, pero sin destruir la historia. Nadie puede eliminar un personaje como Kohl.
(Avvenire, 27 de enero de 2000)

 
 

Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón

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