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Huellas N.10, Noviembre 1999

SOCIEDAD

Solos y marginados

Alessandro Rondoni

Cambia el concepto de pobreza. Los flujos del desarrollo y de las migraciones. En la sociedad globalizada además de la miseria económica crecen el abandono y la marginación. El profesor Scidà, docente de la Universidad de Bolonia, lo comenta con nosotros


Son más de 100 millones las personas que viven en una nación diferente de aquella en la que nacieron. Como consecuencia de estos flujos ha cambiado el concepto de pobreza que antes estaba ligado sobre todo al término 'miseria', es decir, a la pobreza económica. Y aunque la pobreza desgraciadamente sigue existiendo en muchas zonas del mundo, sin embargo, como indica el desarrollo de América Latina de los últimos 15-20 años, a ésta se añade hoy la marginalidad, es decir, la lejanía de los centros de decisión y de poder. Incluso en las reuniones de Naciones Unidas o de otros organismos supranacionales, no todos los Estados cuentan igual, y con frecuencia, el destino económico y el desarrollo se decide fuera de las fronteras de ese mismo país. Esta marginación a nivel internacional de los Estados más pobres, se refleja de forma más evidente dentro de la sociedad globalizada, donde la concentración de la riqueza y las decisiones importantes está cada vez más en manos de una minoría que excluye a la mayoría no sólo en el caso de los menos pudientes, sino también de enteras franjas generacionales que no son ya protagonistas de su destino.

Dos datos sobre la pobreza
En definitiva, tenemos todavía que contar con la pobreza. Esto se deduce también de los estudios de quienes han analizado las cuestiones del desarrollo y de la inmigración, como Giuseppe Scidà, profesor de Sociología de los Países en Vías de Desarrollo en el Curso de doctorado de Ciencias Internacionales de la Universidad de Bolonia y consultor para los proyectos de desarrollo de AVSI Internacional, organismo que agrupa a 15 organizaciones no gubernamentales de todo el mundo (entre ellas la española CESAL, que en estos momentos ejerce la vicepresidencia) y reconocido por las Naciones Unidas como organismo consultivo con la categoría 1. Con el desarrollo del capitalismo y el crecimiento económico de muchos países: ¿se ha reducido la desigualdad? «No, es más, - afirma el profesor Scidà - la renta media per capita anual es de 4.500 dólares y la separación entre ricos y pobres aumenta. La situación de los pobres hoy es mucho peor porque se ha resquebrajado la solidaridad de base, con las parroquias al frente, donde los pobres no se marginaban. Ahora tal vez tienen la pensión mínima, pero están solos. Antes, en cambio, formaban parte de la comunidad. Ahora los grandes suburbios de las metrópolis recogen amplias bolsas de pobreza, de marginación». Los pueblos de los países pobres emigran a los países ricos donde hay trabajo, por tanto, los fenómenos son obvios y previsibles. El movimiento va del Tercer Mundo (incluidos los países del Este europeo, todavía llamados “de transición”) hacia los estados ricos, «los inmigrantes en su mayoría mejoran su propia situación y contribuyen a desarrollar y promover los países que les acogen - continúa Scidà - con la posibilidad de transformar en recursos para todos el gran impulso que lleva al homo economicus a alcanzar racionalmente el mayor beneficio posible para sí».

Leyes y leyes
Aquí se abre el capítulo de las oportunidades y posibilidades de crecimiento que el modelo económico de occidente puede garantizar a un número creciente de personas. «En el modelo de capitalismo italiano (con muchos puntos en común con el renano alemán/francés y también el japonés) la intervención estatal es fuerte - continúa Scidà - para proteger al individuo de la fuerza del mercado. Se trata de un modelo lento con lazos y con leyes y decretos que frenan el desarrollo y la ocupación. Ahora que el gasto público se ha reducido, para muchas generaciones ha surgido el problema de aprovechar la oportunidad y no quedar totalmente fuera de los centros de decisión y del poder político. En cambio, en el modelo anglosajón, que se repite en América a la Reagan y en Inglaterra a la Tatcher, la realidad es “más dura”, hay una selección, pero quien tiene algo que ofrecer al mercado antes o después alcanza el éxito». El Congreso Nacional de sociólogos italianos, organizado hace poco en Forlì por el profesor Scidà, ha profundizado en el tema de las migraciones, especialmente sobre los aspectos de la seguridad y las políticas sociales. «También las ayudas internacionales - concluye Scidà - se destinan en gran parte al fracaso, porque las grandes intervenciones (autopistas, diques etc..) servían especialmente para las fotos (cita textual) del anuario del Banco Mundial que los financiaba con grandes sumas de dinero. Las organizaciones no gubernamentales con proyectos concretos disponen sólo de algunos miles de millones, inciden a pequeña escala pero con mayor éxito, como ha sucedido - y la ONU ha reconocido - con el proyecto ejecutado por las ongs de AVSI Internacional de saneamiento urbano en el área de las favelas de varias ciudades de Brasil, donde no se ha dado una casa a los pobres, sino que se les ha entregado la propiedad de la parcela donde estaba su barraca y se ha urbanizado esa zona con calles, agua, electricidad y alcantarillado».

En los márgenes de la opulencia
Se trata, por tanto, de abrir los ojos y aceptar la realidad: los pobres estaban, están y estarán siempre. También en Italia se habla cada vez más de nuevas pobrezas y se acusa precisamente a las intervenciones legislativas que penalizan o dejan desprovistas a las familias de clase social media-baja. En los márgenes de la sociedad opulenta se pueden encontrar pobres aunque sólo sea por motivos de empadronamiento, ya que la población es cada vez más anciana. Más recientes son las nuevas pobrezas sociales, con los fenómenos de marginación ligados también a la inestabilidad de la familia, donde, además del salario modesto, falta totalmente una franja social y de solidaridad, y no se puede contar con parientes, amigos y con relaciones de clan, de vecindad o incluso étnicas. Los enfermos de SIDA, los toxicómanos, los inmigrantes, los sin techo, los nómadas, los refugiados, los parados son las franjas más afectadas que ponen de manifiesto desequilibrios “multidimensionales” reconducibles a causas no sólo de carácter económico (que aún permanecen con evidencia), sino también de relación y sociales. También en esta época de consumismo desenfrenado hay que recordar que no sólo en las salas de las estaciones, en los caseríos de la periferia, en las esquinas de las calles oscuras, sino también entre nuestros vecinos de casa puede haber alguien que no llega a fin de mes. El problema lo conocen bien muchos voluntarios que se ofrecen para ayudar a los pobres que no son sólo negros senegaleses, albaneses o marroquíes, sino italianos que viven en casas donde en vez de paredes hay cortinas y candelas en vez de luz eléctrica. Esto sucede no sólo en las metrópolis de 5-6 millones de habitantes, sino también en nuestras tranquilas ciudades de provincia.

Proyectos para el décimo año
La campaña de Navidad que se lleva a cabo en Italia organizada por AVSI con todo el apoyo de la CDO sin ánimo de lucro, cumple diez años. Diez años que han visto la realización de 58 proyectos en 30 países de todo el mundo. Diez años durante los cuales se ha ayudado a 5.000 niños, 3.000 estudiantes, 12.000 enfermos, 4.000 familias, 40.000 refugiados y 50.000 pobres. Diez años que han visto cómo la iniciativa se ha ido repitiendo y consolidando en otros países de Europa y del resto del mundo a través del empeño y protagonismo de todas las Ong que integran la red internacional. Estas cifras pueden dar una idea de lo que AVSI ha realizado gracias a los fondos recogidos en las más de 300 ciudades italianas y otras 50 en todo el mundo donde cada año se lleva a cabo la campaña. Pero los números no son nada comparado con las historias y los rostros de esas personas, pequeñas y grandes, que gracias a las ayudas recogidas pueden comer, estudiar y curarse. «Nosotros somos solamente las manos - decía un voluntario de AVSI Internacional que trabaja en Kosovo -, el último eslabón de una cadena que parte desde Italia para alcanzar a quienes tienen necesidad». Yendo a ver lo que se realiza con el dinero recogido en la campaña se entiende cada vez más esta frase. Porque el último eslabón de la cadena, los voluntarios y profesionales repartidos por el mundo, apenas podrían hacer lo que hacen sin ayuda de quienes se comprometen en las miles de plazas de nuestras ciudades. Este año los proyectos de la campaña que tiene por lema «Compartir la necesidad para compartir el sentido de la vida», está dedicada a cinco realidades: Timor Oriental, los niños de Kosovo o de las Escuelas del Patriarcado de Jerusalén, un proyecto para enfermos mentales de Costa de Marfil o las necesidades más cercanas de los barrios de Milán. Las situaciones de emergencia y las de necesidad cotidiana se unen bajo el único signo de la caridad que «no es sólo un acto de generosidad», sino implica «un cambio de mentalidad tanto en quien da, como en quien recibe, dispuestos a conocer el sentido de la vida».

Kosovo
En los pueblos de Zborc, Prugovc y Barileva, AVSI Internacional ha decidido encargarse de la reconstrucción de las escuelas para permitir a los niños estudiar en condiciones dignas. En Prugovc hay 200 niños. La escuela privada ha quedado completamente destruida durante la guerra y las clases se imparten en una tienda de campaña. Lo mismo ocurre en Barileva con otros 400 niños en edades comprendidas entre 7 y 14 años, y en el pueblo de Zborc, donde 160 niños - son los que han soportado durante más tiempo la presión de la guerra - se ven obligados a dar clase en una casa ofrecida por uno de los habitantes del pueblo. Timor Oriental: Lo que ha sucedido en este pequeño rincón del mundo está a la vista de todos. El país, con 800.000 habitantes, ha registrado en las últimas semanas 7.000 muertos, 113.000 deportados, 200.000 prófugos huidos a las montañas, expuestos al frío, sin víveres y sin la más mínima asistencia sanitaria. Son los terribles datos del último exterminio perpetrado contra la población de Timor Oriental, cuyo único error ha sido haber elegido la independencia de Indonesia mediante elecciones democráticas reconocidas por la Comunidad Internacional. Hoy las represalias asumen un marcado carácter de persecución político-religiosa. Por eso AVSI Internacional ha decidido sostener a los hermanos de Timor Oriental con el envío de ayuda alimentaria y medicinas a través de las diócesis de Dili y Baucau.

Costa de Marfil
En Costa de Marfil la intervención de la Asociación San Camillo de Bouakè, nacida en la segunda mitad de los años ochenta por obra de Gregoire Ahougbonon ha permitido en tres años la liberación y la recuperación de más de 800 enfermos mentales. Para 300 de ellos ha sido posible la reinserción en su familia después de un periodo de cura, rehabilitación y formación profesional. Y esto gracias a dos Centros de Primera Acogida o farmes construidos para el cuidado de los pacientes y para el proceso de cura y rehabilitación. AVSI Internacional tiene en proyecto realizar otros dos nuevos farmes, para la reinserción social y laboral de los enfermos mentales y de los niños que viven en la calle, la primera en un pueblo de la periferia de Bouakè y la segunda en la ciudad de Korogò, en el norte de Costa de Marfil.

Jerusalén
La Escuelas del Patriarcado Latino empezaron su actividad en West Bank, en Israel y en Jordania en 1850. Su filosofía en el campo de la educación es la de aceptar estudiantes de cualquier clase social y religión. Hoy día cuentan con más de 18.000 estudiantes que asisten a las once escuelas situadas en los pueblos cristianos de West Bank, de Gaza y de Jordania. El proyecto de AVSI Internacional prevé la formación de los profesores que deben seguir a los niños que necesitan programas educativos especiales en las clases normales. Para hacer esto y para hacer operativo el programa en las once escuelas se pretende dotar a las escuelas de estructuras y a los profesores de los instrumentos adecuados para pequeños grupos de niños que requieren una atención especial.

Milán
Desde hace muchos años las Hermanas de la Caridad de la Asunción constituyen una presencia esperanzadora en los barrios de la periferia de las grandes ciudades. En Milán, en los barrios del sureste de la ciudad, en Turín, en Borgo Vittoria, en Trieste, en la zona industrial, en Nápoles, en los históricos barrios de Spaccanapoli, en Roma, en el barrio Primavalle y en Córdoba, en España. En Milán Las Hermanas de la Caridad de la Asunción tienen su casa en la calle Martinengo y por eso tal vez son más conocidas como las Hermanitas de Martinengo. Junto al trabajo de ayuda a domicilio, en el Instituto tienen funcionando un ambulatorio médico con diferentes especialidades, actividades de apoyo escolar para chicos de la escuela media y ofrecen además la comida a algunos niños que se encuentran en situaciones graves. Cerca de un millar de familias son atendidas en un año por las Hermanas sólo en Milán y 200 niños atendidos regularmente. Las Hermanas de la Caridad de la Asunción necesitan espacio para construir un comedor para niños y para ampliar la capacidad del local de las actividades de apoyo escolar. BOX Panfleto de la colecta de alimentos que aparecía en el número anterior.

 
 

Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón

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