La Compañía de las Obras española ya es una realidad. El pasado 6 de marzo celebró su primer acto público:una jornada sobre las subvenciones destinadas a las Pymes. Para ello contó con unos ponentes de lujo como José Barea, catedrático emérito de la Universidad Autónoma de Madrid y ex director de la Oficina Presupuestaria de la Presidencia del Gobierno; José Miguel Oriol, presidente de la CdO en España; y Agustín de Vicente, abogado y miembro de V&V Consultores
En España, la CdO nace por iniciativa de algunos adultos formados en la experiencia de Comunión y Liberación. De la misma forma, entre múltiples iniciativas, a principios de los años 80 había nacido la Compagnia delle Opere en Italia. Actualmente la CdO italiana tiene una implantación en la sociedad bastante fuerte que va mucho más allá de las fronteras de CL. La mayoría de los socios de las más de 10.000 empresas y entidades no lucrativas asociadas proceden de otros horizontes. Tanto los que no son de extracción católica como los procedentes del ámbito católico encontraron en el crecimiento de la CdO italiana una común referencia ideal, un instrumento de colaboración en la vida social italiana y también un instrumento de acción política. Desde 1974 cuando empezaron los primeros contactos con don Giussani y el movimiento de CL en Italia, la realidad española estuvo muy pendiente de lo que después sería la Compagnia delle Opere. En definitiva, de un cristianismo que por su concepción y método abrazaba enteramente la realidad cultural, social y política.
Una realidad prometedora
Si surge ahora en nuestro país se debe a que vamos madurando en la experiencia cristiana que se nos transmite. Vamos alcanzando esa primera madurez o una juventud que por ser tardía no es menos prometedora. Actualmente hay toda una serie de jóvenes que trabajan, construyen sus familias y se enfrentan a la condición adulta. Muchos tienen una experiencia profesional importante en grandes empresas y en las multinacionales más grandes que operan en España. También aumenta el número de personas que empiezan actividades laborales propias, estudios profesionales, asesorías, despachos de abogados, pequeñas empresas de servicio u de otro tipo. La necesidad de vivir una unidad en la vida que llegue hasta el mundo del trabajo es grande. La CdO se plantea como ayuda a la superación concreta del dualismo entre fe y trabajo, conforme a la enseñanza recibida y al método cristiano que se nos propone.
Las obras y la sociedad
Vittadini, presidente de la CdO italiana, cuenta a menudo cómo Giussani en los años en los que predominaba el compromiso político planteaba esta pregunta: ¿para qué construir una realidad política si no sirve para que nuestros amigos que están dando los primeros pasos en la vida cristiana en un pueblo del sur de Italia tengan una ayuda concreta y una compañía ideal? ¿De qué nos sirve si no somos capaces de ayudarles a vender el vino que producen y a que esa empresa que han creado se asiente y madure? Es decir, batallar en el campo político no construye necesariamente sociedad. La CdO se propone colaborar en la sociedad dando forma a un tejido social comunitario. La vida concreta de dicho tejido influye en la forma de hacer política - una forma no ideológica, atenta a las necesidades reales - y llevar a cabo ciertas batallas culturales.
La CdO surge «para fomentar la presencia de los católicos en la sociedad a la luz de la doctrina social de la Iglesia, con el fin de promover en España, y fuera de España, el reconocimiento efectivo de la dignidad de la persona en el contexto social, en el trabajo, a través del impulso de obras sociales, empresas y actividades profesionales, favoreciendo una concepción del mercado y de sus reglas que comprenda y respete al ser humano como persona».
Principios y práctica
José Barea comentaba en el acto cómo el Estado no puede llegar a hacer las veces de individuo. El principio de subsidiaridad defiende una concepción del Estado como servicio a la creatividad de los individuos y de las realidades sociales. La CdO lleva a la práctica la doctrina social de la Iglesia. Como afirmaba José Barea, «la doctrina europea edificada en una doctrina social de la Iglesia mira más al individuo que a la cuestión exclusivamente material de la obtención de un beneficio, sin con ello querer decir que no se deba producir ese beneficio. La distribución de ese beneficio se rige por unas normas, y en Europa se hace en función principalmente de la persona».
Muchos asistieron a este primer acto respondiendo a la invitación que se les había hecho. Todos los que acudimos pudimos comprender de una manera concreta y de mano de profesionales cualificados qué son las subvenciones o ayudas a las Pymes tal como se ofrecen actualmente, y cómo nuestras empresas o nuestro trabajo se pueden beneficiar de ellas.
La CdO quiere ofrecer servicios a sus asociados. Se propone suministrar adecuada asistencia a sus miembros, favoreciendo el desarrollo de su actividad mediante la realización de una red de solidaridad operativa que les haga capaces de influir en la sociedad.
El ejercicio de la caridad
Junto con la asociación Charles Péguy, la CdO organizará en Abril una mesa redonda sobre el tema «Trabajo, necesidad de infinito y construcción social» que hará reflexionar a sus participantes: Luis Blázquez, Consejero de Economía y Trabajo de la Comunidad de Madrid, el consejero delegado de la empresa Talgo, Francisco de Lorenzo.
En definitiva, la CdO pretende ser una sociedad civil pública y abierta, por lo tanto, a gentes que vengan de cualquier horizonte, para que puedan conocer o encontrarse de nuevo con la fe cristiana con todas las implicaciones que ello tiene en la vida. Se ofrece como un encuentro con una realidad humanamente atractiva y, por ello, como un instrumento misionero para salir al encuentro de las personas mediante el ejercicio de la caridad. Como decía Pío XII, «la política es una de las formas más altas de la caridad». La construcción de la polis, de la ciudad y de la sociedad.
Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón