A los críticos no les ha gustado Matrix Revolutions porque les parece demasiado cristiano. La saga recuerda ciertas interpretaciones del Evangelio en clave de ciencia ficción. Pero el capítulo final revela una visión ajena al cristianismo
Neo, el héroe-salvador que interpreta Keanu Reeves ¿no alude acaso al Mesías? Y el Oráculo, la misteriosa figura femenina que guía la conciencia de Neo, ¿no es acaso una imagen del Espíritu Santo? Varios autores como Chris Seay y Greg Garrett en The Gospel Reloaded o Kristenea LaVelle en The reality Within the Matrix sostienen sin titubear una sustancial identificación entre Neo y Cristo.
Las insinuaciones religiosas de Matrix en realidad poco tienen que ver con el evangelio y mucho con la tradición gnóstica. Lo repiten desde hace tiempo desde Internet fuentes autorizadas como «The Gnosis Archive» (www.gnosis.org) o el español Gnosticos.net. En fin, si la primera película de la trilogía de los autores-directores, los hermanos Andy y Larry Wachowski, se había concebido como “action movie intelectual” en la siguiente, y más aún en Matrix Revolutions, las ambiciones son más altas. El primer Matrix contenía citas explícitas de Jean Baudrillard y entre los actores figuraba Cornel West, exponente de la cultura afro-americana, autor de una interpretación de la Pascua en clave político-conceptual. ¿Y los Wachowski? Según Karen Haber, que junto con otros autores ha publicado el libro Vision in Matrix, el resultado es una mezcla de enseñanzas del poeta visionario William Blake, de Cristo y de Buda.
La lucha final entre Neo y su enemigo, el agente Smith, interpretado por Hugo Weaving, representa el momento de mayor simbolismo gnóstico. Neo, el salvador, es el único hombre capaz de romper los barrotes de Matrix, el programa de simulación con el que las máquinas han aprisionado a la humanidad. Smith, en cambio, es un despiadado software de control en mano del mismo Matrix. Entre los dos se da la misma relación especular que atribuían los bogomilos1, una herejía medieval de impronta gnóstica, a Jesús y Satanás. Durante la lucha caen del cielo a la tierra, causando una vorágine parecida a la de Lucifer. Neo y Smith están ligados de manera indisoluble al Oráculo, un programa bajo la apariencia de una anciana señora vestida de negro, que ha tomado partido a favor de los hombres. Es la condición de Sophia, la emanación divina que según el gnosticismo tiene la “debilidad” de presidir la creación del mundo. Mientras lucha contra Smith dentro de Matrix, en el mundo real Neo es crucificado en presencia del Deus ex máquina (así lo indica el guión), un mecanismo que está en el origen de toda la simulación. La muerte de Neo en la cruz es solo apariencia. En realidad Smith lo aniquila transformándolo en una copia perfecta de sí mismo, pero, a su vez, él también es destruido. En fin, Bien y Mal son ambos aniquilados. Tan sólo queda el simulacro del Oráculo que Smith había asimilado a sí anteriormente. En términos gnósticos, el Oráculo es el Cristo espiritual (elemento femenino) que se une al hombre Jesús en el bautismo en el Jordán. Toda la escena, en efecto, sucede bajo la lluvia.
Notas:
1 Los bogomilos pertenecían a una secta dualista medieval que se originó en Bulgaria en el siglo X. Su fundador fue el maniqueo Teófilo, conocido allí por Bogomil. La secta se extendió por Serbia y Bosnia, alcanzando su máxima difusión en el siglo XIII. Desapareció en el siglo XIV. No tenían sacerdotes y negaban la validez de los sacramentos.
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