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Huellas N.03, Mayo 1996

EDITORIAL

Una época nueva

El periódico El País, exponente de una determinada opinión laica, aun tratando a Comunión y Liberación de manera crítica y deformante en el suplemento World Media que publicó el pasado 1 de Febrero, nos hacía el mayor de los elogios. El periodista Miguel Bayón, en efecto, y algunos de los entrevistados por él, expresaban un sincero estupor al encontrarse frente a un movimiento que rebasa los cauces tranquilos que la mentalidad moderna fija para todo lo que lleva la etiqueta de "católico". No podía dejar de reconocer que somos "religiosos" y, sin embargo, lo invadimos todo. Lo llamaba a esto "integrismo", pero nosotros entendemos que esta palabra ya no se usa, como en el pasado, para liquidar sumariamente el fenómeno que representamos. Queremos aprovechar la ocasión para preguntarnos cuál es el origen de esta sorpresa.
Lo que desde el principio impresiona de nuestro movimiento es el empuje que tiene para tratar de todo e intervenir en todo -experiencia personal, cuestiones culturales, sociales y políticas-. Esto es expresión de un método (cfr. el artículo de Luigi Giussani en L'Osservatore Romano, que publicamos en las páginas 10 y 11) en el que la experiencia cristiana, lejos de negar la razón, desarrolla todo su potencial.
Pero, desde el punto de vista existencial, en cada acto de la razón, si tenemos en cuenta todos los factores, hay un punto de fuga imprevisto (el "más allá" de Montale) que remite a una realidad de Misterio: Dios. El anuncio cristiano aporta al hombre y a su ser razonable un dato decisivo e imprevisto: el infinito se ha hecho presente, es decir, se ha vuelto un factor en la experiencia humana; ha venido a hacerse un compañero de camino. Precisamente por esto la fe no se opone de ningún modo a ser personas razonables, sino que lo exige y abre a la realidad que la razón quiere aferrar.
La categoría suprema de la razón es la posibilidad, es decir, la apertura a la presencia del Misterio advertida enigmáticamente, pero con seguridad.
Se comprende el valor que tiene este itinerario educativo en una época en la que dominan la confusión y la falta de puntos de referencia, como también resulta evidente la necesidad de una obediencia más fiel a la "compañía guiada" que nos invita a adoptar esta actitud razonable. parece que ha llegado el tiempo en que justamente los cristianos van a tener que defender la razón y la humanidad, no como cibernética perfecta y abstracta, sino como afirmación de que hay un significado en toda circunstancia, y, por tanto, como conciencia de la tradición del pueblo de la que proviene una posibilidad más adecuada para ser hombres, como ejercicio de responsabilidad personal y colectiva en todos los campos. En un editorial reciente escribíamos -y lo ratificamos- "cristianos en todo lugar". Conscientes de que la admiración que el mundo no logra esconder hacia la humanidad de los cristianos ha desembocado y desemboca a menudo en el odio a la presencia de ese Cristo de quien ellos, los cristianos, afirman que es Aquel sin el cual "no se puede hacer nada".

 
 

Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón

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