Pregunta de un joven americano protestante y respuesta. «Me sentí atraído por esta extraña amistad que tenéis entre vosotros»
Mike Eppler es el delegado diocesano de pastoral juvenil en Evansville, Indiana. Durante las clases de Materias Humanísticas que impartió la primavera pasada en la University of Southern Indiana conoció a Rob, un estudiante de religión baptista. Ofrecemos a continuación un intercambio de cartas entre ellos
Querido Mike:
Estoy empezando a ver el proyecto de Dios sobre mí en la pertenencia a este fenómeno llamado Comunión y Liberación. Mike, estoy verdaderamente entusiasmado. Lo siento por el lunes pasado... porque no fui. El semestre está a punto de terminar y tenía que estudiar para un examen de cálculo y preparar una exposición para otra asignatura. Ambas cosas han ido bien, pero sólo por gracia de Dios. Amigo mío, he pensado mucho, he rezado y también he confrontado las circunstancias. Antes de implicarme con CL, formaba parte de un grupo universitario de la Christian Fellowship Church. No estoy comparando en modo alguno a las personas de los dos grupos. Yo aprecio a los amigos del grupo universitario, pero me doy cuenta de que ellos no saben verdaderamente lo que ocurre en la vida. En cualquier caso no es este el asunto. Quería hacerte una pregunta: ¿Qué crees que es más importante para un grupo universitario como el mío? ¿Es mejor para ellos concentrarse en la comunidad de creyentes que ya tienen o dirigir la atención a la evangelización en la universidad? Después del encuentro con el grupo al que me has invitado estoy totalmente entusiasmado. Hay algo en ellos que me ha impresionado desde el primer momento. De todo lo que veo en CL, creo que vosotros ponéis el acento en primer lugar en la pertenencia, porque es muy importante. No me malinterpretes. La predicación evangélica tiene su importancia, pero creo que debería producirse espontáneamente. Debería ser arrolladora pero dulce al mismo tiempo. Déjame que te explique. La primera vez que fui al grupo, recuerdo la respuesta que te escribí: la gente (ahora les considero amigos) me quería y me mostraba una hospitalidad más allá de cualquier expectativa (ahora les ayudo tocando para ellos y participo en todas las reuniones de Escuela de comunidad). Mike, si el acento está puesto en la comunidad, en donde cada uno ama sinceramente al otro con el mismo amor que Cristo tiene por nosotros, dime, ¿cómo puede esto no atraer a la gente? Yo he sido totalmente atraído por esto. Los de fuera del grupo lo ven. Se dan cuenta de que tus amigos y mis amigos de CL saben verlo todo. Vosotros sabéis ver la realidad por lo que es. Y sabéis mirar a las personas por lo que realmente son. Mira, por ejemplo, a Tim (no estoy seguro de que se llame así), el tipo de los tatuajes. Decías que se ha sentido atraído por el grupo. También yo lo he notado. Experimenta un interés por esta extraña amistad que hay entre vosotros y se ha sentido atraído, como lo fui yo. También el grupo ha crecido desde que yo comencé a finales de septiembre. Pero vuelvo a lo que te decía ayer acerca de que la evangelización tenía que ser arrolladora pero dulce al mismo tiempo. Este es el efecto que el grupo ha tenido sobre mí. No han tratado de cambiarme - después de todo, soy protestante -. Han sido amables conmigo incluso cuando no comprendía las cosas que hacéis vosotros los católicos. Recuerdo que me dijiste que este grupo podía ayudarme a ser un protestante mejor. En realidad a mí no me gusta el término “protestante”. Ayúdame a ser un mejor cristiano. Mike, después de lo que te he dicho, ¿crees que sería mejor que yo continuase mi obra de evangelización en la universidad o que me concentrase en la comunidad universitaria de la Christian Fellowship Church? Creo, amigo mío, que si se pone el acento en la comunidad de los creyentes, los no creyentes lo notarán y se sentirán atraídos. Y creo además que eso ayudará a conducirles hacia ese fenómeno llamado Cristo.
Que Dios te bendiga, amigo mío.
3 de diciembre de 2002, Rob
Querido Rob:
Intentaré responder a tus preguntas: no se trata de “organizar” a nadie, como no se trata del hecho de pertenecer a un “grupo”. El problema del cristianismo no tiene que ver con un grupo. Es el problema del Ser y de reconocer al Misterio que se ha presentado en la carne. Yo soy un hombre. Un hombre que ha reconocido una Presencia poderosa que se me ha impuesto en la forma de una compañía, en la forma de una amistad. “Evangelizar” no significa tanto decir a los demás cómo deberían comportarse. No es tampoco hablarles de la redención de Jesucristo. No se trata de imponer una emoción o un sentimiento a los demás de forma que tu propuesta sea una más de las muchas a tener en cuenta. Tú te encuentras con un hombre. Él te conmueve. Tú le sigues. ¿Cómo has conocido a este hombre? En los amigos sinceros y auténticos. Estos amigos viven una memoria de Jesús tan profunda y original en sus implicaciones que no puedes dejar de pararte a reflexionar. Esto es lo que me has escrito. Esta amistad de la que hablas a propósito de la comunidad no es sino la Presencia que se te ha impuesto. Pero, hermano mío, es particular y original en ti. Tú conoces a un hombre. Encuentras a un amigo. Te encuentras con esta Presencia excepcional. No se trata ya de un sentimiento o de una emoción. Te has encontrado con Alguien que te ha provocado, y tú has respondido. Es un hecho racional e intelectual. Es real y concreto. Es el rostro del Ser lo que se te ha revelado. Si quieres ser un cristiano mejor debes tratar de reconocer las huellas de la Presencia de Cristo dentro de la realidad... en todas las cosas. En tus estudios, en el trabajo, en los amigos, en tu vida. En todos estos contextos Cristo se te revela. Ya no se trata de estar en un grupo. Se trata de ser. La nuestra es una amistad que hace memoria de esta Presencia y la reconoce cuando aparece en nuestra vida cotidiana (especialmente en el trabajo, pero también en la cultura, en la educación, en nuestro ayudarnos con caridad). Si has seguido el camino que es Cristo (y Él es el camino, no simplemente un camino entre otros), tu vida provocará a otros, que te preguntarán por qué eres así, y que se quedarán impresionados por el testimonio que das de lo que has visto... que es la misma provocación que tú has encontrado en esta amistad. Querido hermano, yo te aprecio como a ninguno en esta comunidad. Tu modo racional, intelectual, de plantear las preguntas, asociado a tus deseos, es el quicio por el que Cristo ha entrado en la comunidad. Tim, el tipo de los tatuajes, lo ve también a través de sus deseos, pero está todavía ofuscado por las drogas y el alcohol. Es todavía demasiado insensible. Tú tienes la responsabilidad de estar junto a él y de cuidarle (en el sentido de que tú estás ahí y haces memoria para él, con él, del hecho de que es amado porque depende). Permanece con tus amigos de la Christian Fellowship Church. ¡Ellos tienen necesidad de ti más que nunca! Pero llévales la memoria de este encuentro, del momento en el que has conocido a este hombre. Suceda lo que suceda, nadie podrá quitártelo... Y también estoy yo. Te veré en la Escuela de comunidad y podremos hablar largo y tendido sobre estas cosas. Eres una persona verdaderamente despierta y estoy contento de tenerte como amigo.
Con afecto,
4 de diciembre de 2002, Mike
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