Va al contenido

Huellas N.08, Septiembre 2023

PRIMER PLANO

Sorprendidos por una amistad

Angelo Picariello

La «audacia» del lema del Meeting de Rímini. Rostros, historias y gestos que han salpicado la semana. Una construcción que no acaba nunca


«Las fuerzas que cambian la historia son las mismas que cambian el corazón del hombre», decía don Giussani, y el Meeting ha querido documentar este año la fuerza “inagotable” de la amistad. Un «tema audaz», como dice el mensaje del papa Francisco, que ha acabado sorprendiendo incluso a los organizadores que lo pensaron. «Si tengo que expresar con una sola palabra lo que me deja dentro este Meeting, es una sorpresa», dice el presidente Bernhard Scholz. «Sorprendido por cómo la amistad puede convertirse en semilla de nueva vida. Social, cultural y hasta económica y política». Incluso semilla de paz. Arrancaba el domingo con el cardenal Matteo Zuppi, a quien el pontífice ha confiado la semilla más complicada en Ucrania. Una inmersión total, según él, en varias experiencias de “amistad social” que constituyen una manera de construir, mejor dicho, «preparar» la paz, decía el arzobispo de Bolonia, dando un vuelco a la antigua locución si vis pacem, pare bellum. El Meeting se clausuró con Sergio Mattarella –inmortalizado a su entrada como un puntito gris en medio de una marea azul de voluntarios con sus camisetas– señalando en la amistad el valor unificador de una Constitución que ha nacido para desterrar ese derecho al odio que algunos en cambio ahora querrían restaurar.
Ya desde el primer día, el Meeting ensanchó sus horizontes para descubrir al otro lado del océano la figura de Dorothy Day, a la que el Papa mencionó en el Congreso estadounidense entre las personalidades excepcionales de la historia americana. Una mujer que, según el relato de sus biógrafos, Robert Ellsberg y Giulia Galeotti, pasó de las palabras a los hechos en su compromiso con los pobres, de una amistad social a una amistad operativa. Guiada por su inquietud existencial, en un momento dado sintió que no le bastaba con denunciar esa situación como periodista y les acogió con sus necesidades, dando vida a una obra asistencial.

Entre la multitud que llenó los pabellones durante toda la semana (800.000 visitas, entre encuentros y exposiciones, y 400 invitados), eran inconfundibles los tres mil voluntarios: una constante solo en el número, pues suponen una auténtica novedad en cada edición, puesto que más de la mitad tienen menos de treinta años, muchos menos que el Meeting. Verdaderos protagonistas de esa amistad inagotable del Meeting, dedicados a trabajos humildes o aparentemente monótonos, controlando por ejemplo la barrera de entrada que da acceso a los coches, sin poder asistir a un solo encuentro pero con el corazón puesto en esta aventura.
El lema se convierte en ocasión para ponerse en juego, sin limitarse a dispensar doctrina, ni siquiera entre los pastores de la Iglesia. El segundo día fue el arzobispo de Cagliari, Giuseppe Baturi, secretario general de la Conferencia Episcopal italiana, quien habló de su amistad inagotable en el encuentro sobre un lema tan «audaz», como señala el Papa, en el desierto de la soledad que caracteriza la situación actual de los jóvenes. «“No quiero ser perdonada porque dejarse perdonar significa aceptar que dependes de otro”, me dijo una chica», contó Baturi. En un mundo cada vez más conectado, nuestros jóvenes se encierran cada vez más en sí mismos, como se pudo ver en otro encuentro que dejó huella, con el cardenal José Tolentino de Mendonça, prefecto del Dicasterio vaticano para la cultura y la educación, con el escritor Daniele Mencarelli. No es un paseo esto de la amistad, también es traición, que educa en la gratuidad (a través del «per-don», recordaba Tolentino), también es «com-pasión», compartir el sufrimiento. «Los jóvenes te cuentan sus problemas pero luego dicen que no quieren compasión, ¿por qué? Yo quiero la compasión de todos», decía Mencarelli con esa capacidad suya para captar los pliegues más hondos del alma humana.

Como siempre los más concurridos, en vivo y online, eran los encuentros que remitían más directamente a la Buena noticia pero que, al no ser “notorios”, no salen en la prensa. Como el que moderó Alberto Savorana sobre la «genialidad pedagógica» de don Giussani (expresión utilizada por el Papa con motivo del centenario) donde el director del Centro de Notre Dame para la Liturgia, Timothy P. O’Malley, describió un salto generacional respecto al sentido religioso que ve en sus alumnos, a merced de una «ansiedad paralizante» debido a una falta de respuesta para preguntas que ni siquiera se plantean ya en una era marcada por el fin de las ideologías. Preguntas que solo una amistad puede sacar a la luz, redescubriendo lo que uno buscaba sin saberlo. Encuentros como el del padre Mauro Lepori sobre la conversión del doctor Takashi Nagai, un médico que descubrió una luz en medio de la devastación de Nagasaki.
Viejos amigos y otros nuevos por descubrir marcan un itinerario clave en este Meeting. Como el cantautor Enzo Jannacci, descrito en un testimonio precioso por su hijo Paolo. O, treinta años después de su martirio, Pino Puglisi, el “cura antimafia” que en realidad era todo lo contrario, no en vano iba sin escolta. «Un educador capaz de sacar de los jóvenes el sentido último de la vida, que para él coincidía con Cristo», según palabras del arzobispo de Palermo, Corrado Lorefice. Un educador revolucionario como Lorenzo Milani. Y luego el gran Giovanni Testori, recordado en el centenario de su nacimiento con varios encuentros y uno de los 17 espectáculos, “Magdalenas (del Giotto a Bacon)”.

La política en el primer Meeting de la era Meloni estuvo presente con diez ministros, invitados todos ellos a abordar temas de su competencia, desde el cambio climático a la educación, el acceso a fondos europeos o el derrumbe de la natalidad. Pocas polémicas y muchas implicaciones incluso personales surgieron en los encuentros promovidos por el Intergrupo parlamentario por la subsidiariedad a cargo de Maurizio Lupi.
La semana se llenó también de música y teatro, con tributos a grandes amigos como Adriana Mascagni, Giorgio Gaber, Enzo Jannacci… Y luego estaban las exposiciones, con un «éxito sorprendente», según su responsable, Alessandra Vitez. «No me refiero a los números, que también, sino sobre todo al deseo que he visto en muchos de estar delante de las preguntas más profundas de la vida. Algunas exposiciones nacían de historias de amistad ligadas a nuestra experiencia, pero otras surgían de vínculos con personas que no conocíamos. Pienso en el cantautor Giovanni Caccamo, discípulo de Franco Battiato, o en la directora de la Colección de arte moderno y contemporáneo en los Museos Vaticanos, Micol Forti. Les vi marcharse con el corazón lleno de gratitud, como los miles de personas igualmente agradecidas por haberlos podido conocer».

No hay lugar al que no llegue la amistad o, como diría Jannacci, la «caricia del Nazareno». Así lo testimonió Alessandra Buzzetti, corresponsal de Tv2000 en Jerusalén, sobre los cristianos en la franja de Gaza, una especie de prisión colectiva donde sin embargo se oyen menos quejas que en otros lugares. Una esperanza viva en muchísimas historias del pasado y del presente que poblaban el recinto ferial, y así hasta el encuentro final con dos testimonios impresionantes: desde Azer, un punto remoto de Siria, con sor Marta Fagnani (ver entrevista en página 27) y desde el Líbano, con la bailarina Alissar Caracalla, directora de la Escuela de danza Caracalla, contando una amistad que a través del arte y la belleza hace llegar la esperanza hasta lugares impensables. Y allí donde la amistad humana no puede llegar físicamente, puede suceder el milagro. «Tengo la certeza», decía Agnese Moro comentando la famosa imagen del padre Aldo durante su prisión a manos de las Brigadas Rojas, «de que en aquella celda no estaba solo. Con él estaba Jesús, con el que se encontraba cada día en la Eucaristía». Los 65 segundos de aplausos en pie con que la despidieron al final eran un verdadero abrazo, un encuentro personal que nunca puede faltar, como recordaba el presidente de la República. Mattarella animó a los jóvenes a usar las redes sociales «con inteligencia. No dejéis que os acaben enganchando, produciendo así una suma de soledades (…). Este año el Meeting reitera su razón fundacional: “Meeting por la amistad entre los pueblos”, tal como dice su nombre completo. Hace falta. Haced que esperanza y amistad corran también con vuestras piernas y se difundan a través de vuestras voces».

 
 

Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón

Vuelve al inicio de página