Siendo profesor con carrera por delante en Notre Dame, la universidad católica más importante de Estados Unidos, deja todo para trasladarse a Gaming, en Austria, respondiendo a una invitación del cardenal de Viena. La exégesis y la razón en la escuela de los Padres. Un desafío a la gnosis
Una breve premisa. Encontré el Movimiento en Roma hace 17 años, a través de la amistad con Massimo Borghesi. Una amistad que todavía permanece. Ciertamente, entonces no hubiera podido imaginar hasta dónde me ha llevado esta amistad.
Hace dos años aproximadamente, al convertirme en profesor asistente, me trasladé con la familia - mi mujer y mis siete hijos - a Notre Dame. Allí se encuentra la universidad católica más grande de Estados Unidos. Llegados a este punto de mi carrera académica ya parecía claro que en poco tiempo me convertiría en profesor asociado. Había trabajado mucho para ello y por fin parecía posible. Había, por así decirlo, plantado el campamento. También estaba convencida mi mujer, hasta tal punto que había comprado un trozo de terreno en el cementerio de Notre Dame, lo cual para una americana es un modo de decir: "me quedo aquí''.
Furgoneta de 12 plazas
Por todo esto, fue totalmente sorprendente la petición del cardenal de Viena, Schonborn, de ir a Gaming, en Austria, para presidir un nuevo Instituto Teológico. Al principio dijimos: "tenemos una bonita casa, ... ya estamos situados, acabamos de comprar una furgoneta de 12 plazas". Pero, tras algunas semanas, la decisión:
"¡vamos!". En aquel momento el paso parecía totalmente normal. Me parece importante explicar este paso y también hablar de nuestro trabajo en referencia a lo que he dicho. Antes de nada qué es este Instituto de Gaming.
El Santo Padre había pedido a los obispos austríacos que creasen un Instituto Teológico centrado especialmente en el matrimonio y la familia, un instituto que reuniera a estudiantes de Europa del Este y del Oeste; un Instituto Teológico Internacional para ayudar a la Iglesia en el Este, pero también para ayudar a la Iglesia del Oeste, de modo que la Iglesia del Oeste también comprenda los problemas reales que existen en el Este.
La idea pedagógica fundamental del cardenal Schonborn era un instituto que tomara como punto de partida las obras de los grandes maestros de Teología. Se lee a san Agustín, a santo Tomás, a los Padres griegos, pero también a los teólogos modernos (Newman, Mohler, Guardini, De Lubac, Von Balthasar). Los estudiantes tienen que prepararse una parte del texto, y después durante el trabajo común con los profesores se profundiza en él mediante preguntas y discusiones. El cardenal Schonborn piensa que esto podría ser una oportunidad para una renovación de la Teología.
La amistad con Jay
Un amigo, Jay Thompson, ahora vicepresidente de Gaming, estaba en Notre Dame en la época en que yo estaba allí. Los dos formábamos parte de la comunidad de Notre Dame. En estos ocho años ha nacido entre nosotros una fuerte amistad. Cuando se abrió la posibilidad de ir a Gaming hablamos de ello también con otros amigos del Movimiento y decidimos iniciar un trabajo juntos.
Hace ya dos años que estamos en Gaming y la amistad que vivimos dentro del Movimiento con nuestros amigos que vienen de Viena (don Andrea y Pepe) da una fuerza inesperada y ayuda al crecimiento de una nueva realidad. Está claro que no es sólo la fuerza personal lo que consigue construir estas cosas, sino algo más grande.
Llegados a este punto, me urge subrayar dos aspectos. Primero: el modo en que esta conciencia nueva ha influido en la investigación que llevo a cabo, en el trabajo científico. Segundo: cómo esta conciencia da también forma al trabajo como profesor.
El concepto de razón
Yo soy un exegeta, mi campo de investigación es el Evangelio de Juan y la gnosis de la antigüedad. La exégesis en teología es quizás el punto en el que se concentran todos los problemas de la conciencia moderna. Muchos exegetas modernos utilizan una razón cerrada, es decir, tienen una imagen de la razón que se basa en el enorme éxito de la revolución científica, en la promesa de que el saber está en función del dominio que el hombre tiene sobre la naturaleza. Sobre la base de esta premisa se ha construido una imagen de la naturaleza correspondiente, una imagen que se expresa sobre todo en términos matemáticos, una imagen mecánica, que se puede controlar. La naturaleza como una gran máquina que el hombre puede agarrar con la mano y usar para sus fines. Cuando se analiza la historia de Jesús con este concepto de razón, está claro que toda la dimensión del misterio quedará excluida.
La experiencia del Movimiento me ha ayudado de forma decisiva en mi trabajo. El Movimiento tiene una conciencia muy fuerte y clara de la situación moderna. También en mis estudios sobre la gnosis de la antigüedad he podido ver cosas que quizás no son tan fáciles de ver sin esta experiencia.
En la gnosis de la antigüedad se tiene un concepto de redención sin encuentro, una redención que consiste en la autoconciencia. En la gnosis - el saber sobre uno mismo - la tesis fundamental es que si uno se conoce a sí mismo profundamente, descubre que el centro del yo es el centro del cosmos, lo divino, el flujo divino que penetra las cosas. Por tanto, un concepto de redención sin encuentro.
En cambio en el Evangelio de Juan he trabajado sobre un concepto fundamental, que es el de la misión: el Hijo es enviado por el Padre, los discípulos son enviados como el Hijo ha sido enviado. Existe una relación de amor entre el Hijo y el Padre, y está el acontecimiento de la encarnación que pone al hombre en contacto con esta realidad.
Este y Oeste
El método que empleamos, preparar los textos de los grandes maestros y discutir estos textos juntos, no es un método nuevo. De hecho, existe un movimiento dentro de la vida académica de Estados Unidos (se llama Great Books Movement) en el que los profesores se inspiran en la grandeza de estos autores (Platón, Aristóteles, santo Tomás), sobre la premisa de que es raro que un estudiante encuentre hoy día a un profesor de la misma grandeza. Así, es mejor que el profesor haga un poco de mediador entre los estudiantes y el texto, en lugar de ponerse directamente él frente a los estudiantes. Pero la experiencia de 17 años de Escuela de Comunidad ha sido muy importante para mí, y ahora lo es más en el trabajo con los estudiantes. Don Giussani ha descrito este trabajo al principio de Si puó (veramente?!) vivere cosi?. Es importantísimo el criterio fundamental de la experiencia de una vida presente, de una vida de la Iglesia presente. Para nuestros estudiantes (muchos de ellos ya han estudiado Teología) ésta es una aproximación nueva: deben mirar la vida presente de la Iglesia.
Los estudiantes del Este están acostumbrados a la ocupación del espacio de las palabras públicas por parte del régimen soviético. Están acostumbrados a mantener en privado sus propios pensamientos más importantes. Para ellos resulta una experiencia nueva el expresar estos pensamientos, sometiéndolos a la crítica pública, y el estar dispuestos a examinar también los pensamientos de otros estudiantes. Los estudiantes del Oeste están acostumbrados a expresar libremente sus propios pensamientos. El espacio público está lleno de palabras, pero a menudo estas palabras se proponen como opiniones privadas, sin posibilidad de crítica objetiva.
Para ambos grupos la experiencia es esencialmente nueva: un discurso público medido por la novedad, la novedad que es Cristo presente. Muchos tienen ya un gusto nuevo, un inicio de una nueva mentalidad.
Michael Waldstein realizó sus estudios de Filosofía en la Universidad de Dallas y el Pontificio Instituto Bíblico de Roma, especializándose después en la Harvard Divinity School. Profesor asociado en la Universidad de Notre Dame, es desde 1996 Presidente del International Theological Institute de Gaming, Austria. Se ha dedicado especialmente al estudio del Evangelio de San Juan, sobre el que ha realizado muchas apreciadas publicaciones.
Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón