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Huellas N.08, Septiembre 1998

EDITORIAL

Por qué el Meeting

El Meeting de Rímini es un acontecimiento cultural que, en su valerosa oposición a la mentalidad dominante, confirma en cada edición su carácter único. Ello quizás puede desa­gradar a la intelectualidad autodenominada "laica", que desde hace decenios pretende arrogarse la ex­clusiva de una cultura cuyo rasgo fundamental y cuya fuente de inspiración son la duda, el escepti­cismo y la negación. Como ha escrito el Papa en el mensaje inaugural del Meeting, «es sintomático que en el arte, en la literatura, en el teatro, donde la conciencia del siglo presente se expresa de forma más aguda y dramática, ha aflorado el senti­miento del absurdo, de la falta de sentido y de la condición "infernal" de la vida humana», campo abierto a alimentar la angustia, el extravío y el miedo que, ¡mira tú por dónde!, los intelectuales han imputado siempre a la Iglesia, especialmente en algunos momentos de la historia.
Nos encontramos en las postrimerías del se­gundo milenio y la tribulación parece manifes­tarse con más fuerza. Es la tribulación de quien niega a Dios. Ha sido precisamente el haber des­terrado a Dios de la vida del hombre - conce­diéndole como mucho un papel carente de inci­dencia - lo que ha inspirado y favorecido el estado de angustia, extravío y miedo. Prosigue Juan Pablo II en su mensaje: «A los cristianos nos espera la tarea de anunciar con coraje al hombre contemporáneo la urgencia de retornar a la promesa», y la promesa, en su eficacia hu­mana, es uno de los signos del Misterio cris­tiano. El Misterio no es una entidad abstracta que vaga impalpable por el aire. Es algo real, distinguido por un rostro bueno, de cuya eviden­cia estamos llamados todos a percatarnos; evi­dencia que se refleja en la propia vida, incluso cuando las cuentas parecen no cuadrarnos de un modo inmediato. Cada uno de nosotros está llamado a conocerlo con la conmo­ción y el estupor que el Misterio mismo genera en el hombre, conmoción y estupor que señalan la experiencia que tenemos al reconocer algo bello.
¡Nada que ver con la cultura de la nada, de la nada eterna! Lo que el Meeting ha celebrado, como queda recogido en el comunicado conclusivo, es «la gloria te­rrenal del Dios creador y amigo, "mendigo del corazón del hombre", a su vez men­digo de la amistad con Dios».
Sólo esta certeza alimenta la espe­ranza del futuro y mueve al hombre a una acción que construye y puede dar una aportación a la historia.
Por todo esto el Meeting 99 tendrá como título: «Lo desconocido engendra miedo, el Misterio genera estupor».

 
 

Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón

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