Va al contenido

Huellas N.19, Abril 1990

TESTIMONIOS

Cartas al Director

La sorpresa de afrontar la mili juntos.
El motivo de escribir esta carta ha sido la "insistencia" del Director de Nueva Tierra y las ganas de comunicar lo que hemos aprendido en este tiempo. Además, nos ha servido para tomar conciencia de muchas cosas que fácilmente, si uno no se para un momento, pasan desapercibi­das. El modo que hemos elegido para contaros esto ha sido la intervención personal, que puede en ocasiones tener el inconveniente de la falta de ilación, pero que tiene la ventaja del testimonio.
Ramón: La primera impresión que hemos tenido al comenzar la mili ha sido la sorpresa de encontrarnos juntos afron­tando esta nueva circunstancia. Antes de venir no nos conocíamos más que de vista. Sin embargo, el hecho de recono­cernos pertenecientes a una historia común y el arriesgar esto día a día ha permitido que surja una amistad verdaderamente útil.
Esteban: Si hay algo que acompañe siempre la experiencia de la mili es la relación continua con los compañeros, continua hasta la pérdida absoluta de la intimidad. Esto y la monótona igualdad de todo lo que nos sucede a todos, sufrir juntos, reírnos juntos..., generan un am­biente de camaradería donde no te sien­tes solo y en el que es fácil permanecer aparentemente sin problemas; pero en el que también es muy difícil que tu "yo" se ponga realmente en juego. En este am­biente, sin embargo, gracias a Dios tam­bién existen otros compañeros, no los más afines aparentemente, pero que son un reclamo constante justamente a que pongas en juego toda tu persona, a no olvidar lo que en el fondo eres tú, lo que más quieres.
Alejandro: Estos primeros meses de mili se han caracterizado por un ritmo casi frenético: clases, instrucción, gimna­sia... , siempre corriendo de un sitio a otro. Casi ni se te ocurría preguntarte qué hacías allí. Al menos un poco seriamente. En este sentido, algo tan simple como una mirada cruzada con alguno de los amigos o un saludo (nuestro grito de guerra era: ¡OUH!) se convertía en algo decisivo que permitía salvar el instante.
Carlos: La cualidad y orden de los pasos que uno va dando no dependen de tu estrategia: poder venir esperando aprender tal o cual cosa; sin embargo, lo que veo crecer es un auténtico -sencillo­- aprecio por mis amigos del movimiento.
Aquí percibo algo que antes nunca me había pasado, que basta ver el "cogotillo" pelado de uno de estos amigos para recuperar la atención y poder sentir aque­llo que es realmente la vida.
Ramón: Lo que han dicho Alejandro, Carlos y Esteban es muy importante, porque basta una mirada para transfigurar el instante, el día y la misma vida. Una mirada que no hace que nos alejemos de la realidad cotidiana que teníamos que vivir -pensando en lo bonito que es la vida en Madrid-, sino que nos adentre­mos en ella de un modo dramático. Aquí quiero poner un ejemplo para intentar explicarme mejor; la Primera Guerra Mun­dial ha sido una de las más duras y sal­vajes de la historia. En ella, la lucha no era por conquistar una ciudad o un pue­blo, sino por el metro de tierra que se tenía delante. ¡Por un metro! La experien­cia de estos meses para mí ha sido una lucha, en cierto modo, muy parecida: la lucha por el instante, la lucha por que el instante, aún, repitiéndose mostrase su novedad. Y esto sólo es posible si existe una relación entre dicho instante y mis amigos, entre dicho instante y el tiempo y el espacio donde el Misterio ha querido encarnarse.
Carlos: Uno de los instrumentos que más nos están ayudando en este período son los Ejercicios de D. Giacomo Tantar­dini, y que han permitido en ocasiones un diálogo serio con algunos de nuestros compañeros. Hablando con uno de ellos de la posibilidad de ser feliz, no mañana sino en el instante, le di los ejercicios para que los leyera. Luego, de un modo convencido y sincero, le dije: "Mira, el único modo real, no ingenuo, que tienes de ser feliz es estar con nosotros". Nunca había tenido esta conciencia tan clara, ni había tenido el coraje de proponer así el movimiento como algo personal, real. Luego eres consciente de la precariedad de los sujetos que asumen esta propues­ta, pero es una responsabilidad que no te abruma, sino que te llena de reverencial admiración, porque es testigo de otra Presencia (el fin de semana nos fuimos a esquiar...).
Alejandro: Aquí he conocido a mu­cha gente, algunos buenos amigos que me gustaría conservar y con los que congenio más que con los amigos de la compañía, pero una vez más constato con estupor que la fidelidad a Cristo pasa por la fidelidad a estos amigos, cada uno con sus virtudes y defectos, congeniando más o menos... Porque, ¿qué hay mejor que poder "tocar" a aquéllos que me hacen presente su posibilidad de felicidad por la que estoy en el movimiento?
Carlos: En este sentido he compro­bado algo que sirve como criterio efectivo. La actitud más inteligente, más sensata, es tomar la opción que te permita estar más con tus amigos del movimiento (no sólo "estar", sino permanecer con la con­ciencia de lo que entraña en sí mismo). Y es lo más inteligente porque ha demostra­do que suscita momentos -momentos que perduran, que no se marchitan- de felicidad verdadera.
Ramón: Creo que si realmente esta­mos contentos, razonablemente contentos, es porque éste está siendo un período de trabajo sobre nosotros mismos, de verifi­car que lo que el hombre desea, lo que yo deseo, lo deseo en todo momento. En el que tú siempre tienes que estar dis­puesto a avanzar un metro, a conquistar el instante, sabiendo -eso sí- que no estás solo, pues basta levantar la cabeza para ver a los amigos sumidos en la misma tarea que tú, cada uno en su lugar, y comprobar al mirarlos que la batalla está ya ganada. Además, algo que me ha sucedido en este período ha sido que con Gema, Javier y Puma -tiempo y espacio donde se ha hecho evidente que el cristianismo es la única posibilidad de vivir humanamente, salvando toda la reali­dad- he "estado" más que si hubiera "estado" en Madrid. Creo que ahora he entendido un poco más qué es la memoria: unos rostros amigos que te meten dentro de esa lucha -la vida, el instante- y que te recuerdan que la batalla ya está ganada.
Esteban: El hecho de que este perío­do esté siendo importante para nosotros ha suscitado el deseo de que lo fuera también para nuestros padres. Así, surgió la idea de cenar con ellos, todos juntos, el día de la Jura, organizar un "cale mili­tar" para intercambiar los cromos (fotos de militares) de sus hijos y alguna que otra comida que todavía queda... Real­mente es algo grande poder compartir también con tus padres esta alegría con la que hemos vivido este período y vivi­mos la vida.
Alejandro, Carlos, Esteban y Ramón


Como la amistad de los prime­ros discípulos.
Queridos amigos:
Os escribo esta carta simplemente para comunicaros la experiencia que estamos viviendo aquí. Cuando a una persona le ocurre algo grandioso, no puede callárselo. Y os lo cuento a vosotros porque vivís con el mismo deseo que yo.
Podría contaros muchísimas cosas que nos han ocurrido: el encuentro sorprendente con tantísimas personas, el cambio que se ha producido en ellas... Sin embargo, creo que sólo con una frase se podría describir nuestra experiencia: "El misterio se ha hecho carne entro nosotros a través de la amistad que vivimos". Esto, creedme, no es algo abastracto o teórico, es algo que realmente me sale del corazón.
El Misterio se hace carne cada día a través de rostros concretos. Es como encontrar una respuesta a la súplica de Milosz: "Suscita un hombre en cualquier lugar de la tierra y permite que, al mirarle, pueda admirarte a Ti".
La amistad que vivimos es una amis­tad que tiene como centro el corazón de la persona, el deseo de felicidad de la persona. Y ésta es precisamente la razón por la que se ha unido a nosotros mucha gente nueva. El deseo más grande de la persona es el deseo de felicidad y es precioso ver cómo la gente permanece en aquel lugar en el que encuentra corres­pondencia a este deseo. Es como la experiencia que tuvieron los discípulos al conocer a Jesucristo: permanecieron con Él porque era precisamente junto a Él como se sentían más felices. Esta Pre­sencia sigue hoy viva entre nosotros. Nuestra amistad no se sustenta en nues­tros propios valores, sino que existe algo más grande entre nosotros que nos une y que nos lleva de la mano. Su rostro toda­vía no lo conocemos, pero se nos ha concedido la gracia de empezar a vivir aquí las promesas de la vida eterna y, para mí, la vida eterna significa felicidad. Es fantástico ser conscientes de que hemos encontrado la "perla preciosa" y de que caminamos juntos.
Y, por ello, lo más importante es estar abiertos y pedir cada día que esta Presencia se haga realmente carne entre nosotros.
Os recuerdo siempre. Un abrazo,
<em>Mercedes, Freiburg - R.F.A.


Una tentación que debe ser descartada.
Señor Director:
Pierre Joxe, ministro francés del Inte­rior, ha dicho sobre la legalización de la droga: "Es una tentación que debe ser descartada, pues sus consecuencias son inadmisibles. Si el comercio de la droga se hiciera legal y, por tanto, respetable, significaría que el Estado se habría con­vertido en un traficante de muerte. La despenalización es una falsa solución".
La Organización de las Naciones Unidas se ha manifestado en el mismo sentido: "Sería dar un paso en dirección equivocada".
Y es que las leyes tienen sobre el pueblo un influjo educativo o deseducativo. Para el hombre de la calle, lo que la ley autoriza es bueno. ¿Autoriza el aborto? ¡Pues no será algo tan malo como nos habían dicho! Y aumenta el número de embarazos interrumpidos. ¿Autoriza la droga? ¡Pues no debe ser tan peligrosa como nos habían hecho creer! Y aumenta el número de drogadictos.
Basta ver lo ocurrido en España. Siete años después de la reforma de nuestro Código Penal en sentido despe­nalizador ha aumentado todo: el número de detenidos, de procesos judiciales, de decomisos, de defunciones por sobredosis... En 1989 se ha doblado, con respecto al año anterior, el número de muertos por consumir estas sustancias. Y comparando 1988 con 1987 observamos que el volu­men de las sustancias decomisadas se ha multiplicado por diez en el caso del cáñamo, por cincuenta en el caso de la heroína y por ochenta en el caso de la cocaína.
Reflexionen sobre todo esto los que abogan por la despenalización.
Luis Riesgo Ménguez
Psicólogo, miembro de la Junta Nacional de Acción Familiar



Una petición concreta desde París
Querido amigo,
París es una ciudad cada vez más cosmpolita, igual que nuestra comunidad. Así fue como se le ocurrió a Alan, un surafricano que está estudiando en París tras pasar unos años en Cambridge (Inglaterra), escribir esta carta.
Descubrimos y apreciamos esta riqueza "multicultural" y quisiéramos hacerla conocer a las personas encontradas que poco saben del movimiento y compartirla con ellas.
Para decir mejor la experiencia que nos ha conmovido, con su dimensión de Iglesia universal, nos gustaría que vosotros nos escribierais de manera personal cúal ha sido vuestro encuentro y lo que ahora vivís en vuestra comunidad.
Quisiéramos reunir los testimonios de los amigos de diferentes países que hemos conocido durante las vacaciones internacionales o en cualquier otra circunstancia, para hacer entender mejor que el movimiento es una vida que puede nacer en cada lugar donde una persona encuentra una experiencia vivida, y que la verdad de CL puede ir más allá de las fronteras (en Francia a menudo encontramos personas para quienes CL es y solo puede ser italiano).
Nuestra petición sólo tendrá éxito si sois numerosos en contestar, aunque sean unas pocas líneas.
Hacedlo hoy mismo, por favor. Gracias.
Podemos traducir y mandaros todas las respuestas, si lo deseáis.
Gracias, muchas gracias por no olvidar.
Los amigos de CL
Paris

 
 

Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón

Vuelve al inicio de página