Cómo decir que no
Lunes 16 de enero. Casi medianoche en Italia. Del otro lado del Atlántico, hora de la merienda. Giovanni Paccosi, recién nombrado obispo de San Miniato, en comunicación vía zoom continúa ocupándose de su tarea como responsable de Latinoamérica de Comunión y Liberación pensando en la próxima Asamblea de Responsables de América Latina (ARAL).
Esta tarea le fue pedida por el Señor en junio de 2022, cuando en México fuera elegido en una terna posible de responsables, en una elección que estuvo dominada –frente a la compleja situación del movimiento– por la escucha de lo que el Espíritu Santo pedía para este momento histórico. Ningún cálculo. Ninguna estrategia electoral. Ningún proselitismo. Todos los presentes, electores y no electores, en diálogo franco y verdadero, intentando ver e identificar a quien el Señor ya había elegido para acompañarnos como guía de este gran pueblo latinoamericano. Luego, la historia ya es conocida. El centro de la Fraternidad lo eligió como responsable regional de Latinoamérica.
Inmediatamente se puso en marcha y fiel a la comunión en la guía del movimiento, a la que el Papa nos ha invitado, hizo partícipe de su responsabilidad a un grupo de amigos que van desde el norte (México), al sur (Argentina); desde el oeste (Ecuador) hasta el este (península Ibérica).
Desde el mismo inicio su invitación fue construir y caminar juntos con el pueblo de Latinoamérica, siguiendo la provocación del papa Francisco el 15 de octubre en la Plaza de San Pedro y la guía en el presente del movimiento en la persona de Davide Prosperi; llevando a cuestas toda la historia recorrida en su estadía por más de 15 años en Perú, la relación de amistad con quien lo antecediera en la responsabilidad en Latinoamérica por más de una década, el padre Julián de la Morena, y su relación filial con el padre Julián Carrón, presidente de la Fraternidad de Comunión y Liberación hasta el año 2021.
En su tarea como responsable, comenzó inmediatamente a visitar algunas comunidades de la Argentina y del Uruguay, y en medio de esos viajes y programas ya establecidos, le sorprendió –y nos sorprendió también a nosotros– el pedido del Papa a un nuevo servicio a la Iglesia: volverse uno de los sucesores de los apóstoles.
Grande fue la sorpresa en este pueblo de Latinoamérica. Esta decisión del Papa confirmaba que en junio de 2022 habíamos elegido demasiado bien, al punto que el papa Francisco también lo había reconocido como un bien no solo para el pueblo de Comunión y Liberación, sino para la Iglesia universal.
«Cómo decirle que no al Papa», dijo Giovanni en una reciente entrevista.
Cómo decirle que no al Señor que de manera imprevista nos llama a través de las concretas circunstancias de la vida y a través de la fragilidad de nuestra persona y de nuestro sí.
Nosotros también deseamos tener este sí, punto a partir del cual el Señor construye la historia.
Querido Giovanni, deseamos y lo pedimos para vos, que el Señor que inició entre nosotros esta obra buena la lleve adelante hasta su plenitud.
Fernando, Buenos Aires (Argentina)
Un camino hacia la unidad
Domingo 4 de diciembre, 9 de la mañana, de distintas partes de Lima nos reunimos para el retiro de Adviento. El gesto no podía ser tomado por obvio, este año en Perú han sucedido acontecimientos que era necesario agradecer: el retorno de un amigo sacerdote después de algunos años de estudio fuera, las elecciones diocesanas, Daniela (Memor Domini fallecida en noviembre pasado) que desde el Cielo nos protege, la profesión de una amiga en el Grupo Adulto, la elección de Giovanni (sacerdote florentino que durante 16 años estuvo de misionero en Perú) como responsable de América Latina.
A todo esto se añadía el bellísimo testimonio de Marlys, quien por primera vez conocía el movimiento a través de una clase virtual: «Cuando conocí a Angélica llegó Comunión y Liberación a mi vida, este encuentro fue todo lo que anhelé por años encontrar (…). Cada clase, cada capítulo del libro de El Sentido Religioso de don Giussani me ayudó a ver de una forma distinta la realidad, me llevó a encontrarme cara a cara con este hermoso misterio que es Cristo, me abrió a muchas respuestas que buscaba por años y se volvió algo tan fascinante que ya no quiero dejar». También Omar, quien después de varios años de pertenencia retornaba al movimiento: «quedé una vez más fuertemente tocado por las palabras de monseñor Santoro, caí en la cuenta y me dije a mí mismo: “Algo me estoy perdiendo, en mi caso peor aún, algo me estoy volviendo a perder”. Y decidí, lo recuerdo bien, volver a participar de las escuelas de comunidad, volver al origen (o como dice el Papa ahora, “la primera Galilea del encuentro”), al lugar, a la compañía que tanto me había cautivado a los 18 años cuando estaba en la universidad». O Chio, para quien la compañía no ahorra nada sino que, «gracias a algunos amigos que me ayudan a mirar estos hechos desde mi experiencia, me ha llevado a preguntarme, a sacar a flote mis preguntas que surgen frente a los hechos que pasan, y puedo decir que ha empezado un trabajo de verificación (…) por medio de la compañía, he reconocido su Presencia en el presente, que me educa a mirar mi experiencia en una relación con el Misterio». Todo es un nuevo inicio. ¡Cuántos hechos que nos muestran que Jesús nos está haciendo compañía! Y que nos permiten reconocer que las dificultades de temperamento no pueden hacer perder la unidad, como nos recordaba el Papa. Un gesto de ternura que nos ha permitido afrontar, unos días después, la vulnerabilidad de la política peruana, con la certeza de que Él está presente.
Miguel, Lima (Perú)
Todo se reúne en torno a Cristo
Es como si este rol cósmico y universal de Cristo tuviese que empezar desde la cocina de Marta, desde la barca de Pedro, desde el recaudador de impuestos de Mateo, como antes había comenzado en la casa de María de Nazaret, en el taller de san José, en el establo de Belén para los pastores… Toda esta recomposición del universo empezó misteriosamente, quiso empezar, por decisión suya, del Verbo de Dios, por mí, por nosotros, por el encuentro con cada uno de nosotros. Y si después del encuentro uno se abandona a su atractivo, si al encuentro se reacciona abandonándose a su atractivo, que te hace decidir, volver a estar con Cristo siempre, paso a paso, circunstancia tras circunstancia, encuentro tras encuentro, traición tras traición, toda la vida se convierte en una caravana de relaciones, de momentos, de gestos y experiencias que se reúnen en torno a Cristo, que siguen a Jesús porque lo sigue el corazón, porque el corazón ha escuchado una llamada fundamental y suficiente como para justificar cualquier otra decisión, cualquier otra renuncia, cualquier otro posible sacrificio o abrazo.
«Quiso empezar por mí». Me estremece esta frase dicha al comienzo del cuadernillo de los ejercicios de la Fraternidad de Comunión y Liberación titulados “Cristo, Vida de la vida”. Así ha sucedido para mí en el último mes; en medio de dos intervenciones quirúrgicas seguidas, una gracia invadía mi corazón. Un Amor donado se apoderaba de mi ser, invadiéndolo todo, dando una fecundidad a mi vida, alcanzando a cualquiera que se relacionaba conmigo, cambiando en algunas personas la forma de relacionarme con ellas.
La frase de Lepori en el texto, «Marta, Marta, solo me necesitas a mí, solo yo doy plenitud infinita y eterna al deseo de tu corazón», se ha cumplido en mí. Desde la primera intervención se apreció con inmediatez una secuela, uno de los nervios de la pierna había quedado dañado. Pero nada de lo que estaba sucediendo me preocupaba, la alegría y la paz que experimentaba, tal como afirma Lepori, daba tal plenitud y sentido a mi vida que lo demás ocupaba un lugar secundario. He sufrido durante mucho tiempo por cómo me sitúo ante la realidad, no es que no hubiese un problema real, lo había y no era de salud. Ante este había experimentado toda mi impotencia, toda mi fragilidad; superada por completo, tuve la sensación de tocar fondo. Las soluciones de Dios germinan en la tierra fertilizada de nuestros afanes. De otro modo no podríamos poner nuestras preocupaciones ante él, no tendríamos nada que poner ante él para que nos revelara su paternidad, como dice Lepori en su libro dedicado a san José.
Ahora verifico que todo forma parte de un camino de conversión constante, para apegarme totalmente a Cristo, para una familiaridad con él aún mayor. Una llamada, un reclamo constante a mi persona para hacerme más suya. Lepori termina diciendo: «El que está en ese camino, el que sigue, paso a paso, de repente se sorprende corriendo, teniendo la energía para correr, porque tiene un corazón dilatado por la caridad, por una dulzura que no se puede expresar, porque se siente amado». Lo más hermoso es que fue mi hija la que me leyó la frase hace dos noches diciéndome: «Mamá, retuve esta frase de los ejercicios del movimiento y la identifico contigo, en lo que has vivido». Me conmoví profundamente.
Lourdes, Tenerife
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