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Huellas N.08, Septiembre 2022

PRIMER PLANO

Lo visible y lo invisible

Danielle Mencarelli

La exposición dedicada a Familias para la Acogida nació de la mirada de varios artistas a la experiencia de esta asociación. Uno de ellos cuenta lo que ha visto


La pasión por el hombre es algo que descubres en los rostros de los que te paran, tal vez porque han leído tus libros, porque en ellos han encontrado palabras que han hecho bien a su vida. Es la pasión de aquellos que en dos minutos te quieren contar su vida, su historia, sus cruces. Pero los ángeles custodios del Meeting, chicos y chicas dedicados a atender y guiar por la grandeza de este evento a los invitados, enseguida te arrancan de ahí porque de lo contrario el retraso sería perenne, pues los imprevistos están a la vuelta de la esquina.
Pero todas esas historias y miradas se te quedan en la garganta. Con un sentido de culpa que te asalta al pensar en lo que esa persona esperaba de ti. Te quería a ti.
Pero la vida siempre ofrece una segunda oportunidad.
Se queda en la promesa de un mail que escribir, un encuentro pendiente.
Si la pasión es verdadera, los discursos pueden quedar en suspenso para retomarlos después en el mismo punto. Para una promesa basta una mirada, un abrir y cerrar de ojos.
Nos veremos. Sí.
Es una cuestión de honor, más que de pasión.
El Meeting ha vuelto a ser cauce de vidas y actividades que ya conocía y que el Covid solo ha ralentizado un par de años.
Los actos y las exposiciones, los jóvenes, muchos, manos a la obra. Cada uno de ellos es el retrato de una juventud de la que nadie habla. Educada. Comprometida. Hermosa.
Como hermoso es ver a toda esa gente que se reencuentra, y te llama la atención ese saludo continuo, sin dejar de abrazarse, entre personas procedentes de toda Italia, no todas con una salud de hierro, muchos con discapacidad, pero con una alegría verdadera, y te dan ganas de pedir al cielo que la vida no deje de ser nunca esta novedad de amistad que se reanuda, una vida que es más bella cuando se vive con un verdadero sentido comunitario, como un hecho real y presente.
Un destino común.
El 23 por la mañana debo encontrarme con la red de Familias para la Acogida. Me han buscado para implicarme en la instalación que han preparado para esta edición del Meeting. Durante los meses de invierno y primavera, nos hemos visto y oído varias veces.
Su exposición se titula No como aquello, sino aquello. Artistas y familias ante la sorpresa de la gratuidad. La idea es sencilla y vencedora a la vez. Acercar la actividad de Familias para la Acogida a la visión del arte y de los artistas. De todas las disciplinas. Desde las artes visuales hasta la literatura, pasando por la música.
El resultado, que será itinerante y estará por tanto a disposición de quien quiera verlo en varias partes de Italia, sencillamente te deja sin aliento. Desde la herida y la luz de Matteo Negri –una instalación ambiental que juega a acariciar la luz y los colores– hasta No hemos nacido enteros, el precioso texto del famoso actor Giovanni Scifoni. También aparecen Carlo Steiner y Maurizio Carugno, Marina Lorusso y Lara Leonardi. Y muchos más. El resultado es una polifonía de voces y visiones que merece la pena no perderse. Porque el arte revela lo visible y lo invisible.
Llegamos así a la mañana del 23. Con los padres de Familias para la Acogida. Muchos rostros conocidos, amigos. Como escritor, mi sensación, cada vez que me invitan a participar en realidades que aparentemente poco tienen que ver con la literatura, es siempre la misma. Casi siempre son entidades que trabajan en el ámbito social, normalmente en contextos digamos que un poco problemáticos, cuando no trágicos.
En cuanto me dan la palabra, empiezo con una broma que, como siempre, dice mucha más verdad de lo que parece. «Habéis invitado a hablar a un hombre, un escritor, que a duras penas ha subido el Terminillo, la montaña más alta del Lazio, dos mil metros como mucho, mientras que vosotros os enfrentáis todos los días a los ocho mil de la tierra, más aún, a los veinte mil de Marte».
La broma arranca una carcajada colectiva. Pero es exactamente así.
Tengo delante a hombres y mujeres que se dan por entero cuando acogen. Que han abierto sus casas sabiendo que ese niño al que normalmente arrancan de situaciones terribles pasará a formar parte de su familia. Pero no para siempre.
Este quizá sea el dato más llamativo. Gigantesco.
Quien acoge, los hombres y mujeres que tengo delante y que me escuchan ahora, recibirán como dote a un niño, lo criarán y lo amarán hasta sentirlo como un hijo propio para luego devolverlo a su realidad, restituyéndole a su mundo.
Es un gesto heroico. Sencillamente heroico.
No hay un gramo de retórica al definirlo de este modo.
Es algo que va dentro del amor, más al fondo aún que la paternidad biológica, y quien no lo crea así tendrá que reflexionar sobre ello, y bastante.
Nuestro encuentro consiste en sorprender que llevamos dentro las mismas preguntas, problemas y esperanzas. Se aman, esa es la certeza. Por lo demás, cada día presenta un nuevo desafío, un nuevo interrogante, y no está dicho que siempre llegue a resolverse.
Pero, ¿acaso no consiste en esto ser una familia?
Renovar cotidianamente un vínculo que se pone a prueba, que vive momentos bellísimos y otros dignos de olvidar.
Es una promesa que todos los días pide pruebas de sí misma.
Que cuesta, como todas las cosas hermosas que hay que acrecentar y defender.
Tina, mi ángel custodio, viene a recogerme antes de que el encuentro haya acabado. Me excuso varias veces, siento un gran embarazo, pero otros compromisos me esperan.
La pasión por el hombre, esta edición del Meeting, es un recorrido precioso, en el que tengo mujer y dos hijos. A paso veloz surcamos el espacio. «¡¡Daniele!!». Mientras caminamos, me para un hombre de unos setenta años, me da las gracias y de pronto me abraza.
Le pregunto cómo se llama, pero él menea la cabeza:
«No importa. Gracias por sus libros».
Se aleja lentamente.
Tina me agarra por el brazo y vuelve a ponerme en marcha.
Me quedo en aquel hombre.
Tal vez él era, hecha carne, la pasión.

 
 

Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón

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