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Huellas N.07, Julio/Agosto 2022

PRIMER PLANO

El gran imprevisto

Donato Contuzzi

Un largo trabajo para presentar la traducción del libro ‘Por qué la Iglesia’. Pero los planes saltan por los aires. Y llega el asombro, porque lo que importa no es un libro, sino una vida en acto

Llevábamos casi dos años trabajando en la traducción de la primera edición china del libro Por qué la Iglesia de don Giussani y organizamos una presentación pública en Taipéi, en la Universidad Católica de Fu Jen. Traducción, revisión, diseño de portada, impresión, distribución… Todo iba bien. El evento público iba a contar con la presencia de autoridades religiosas, políticas y académicas. Y con muchos amigos. Como con los dos libros anteriores del Curso básico, decidimos preparar también una exposición en la universidad que sirviera de lanzadera y que, poco a poco, fue tomando forma a partir de los contenidos del texto y de la vida del autor en el año del Centenario de su nacimiento. La cultura china festeja los cien años de los difuntos con grandes celebraciones, a veces al aire libre, en señal de respeto por sus antepasados. Nuestra amiga Ning se encargó de diseñar la exposición con algunos amigos. Quería que fuera una introducción al libro y a la figura de don Giussani pero partiendo de nosotros, de la vida de nuestra comunidad dentro de la Iglesia. El núcleo del trabajo se focalizó entonces en tres preguntas: “¿Qué es la Iglesia? ¿Dónde está la Iglesia? ¿Por qué existe la Iglesia?”. Algunos se midieron con estas preguntas y sus respuestas pasaron a formar parte de la exposición acompañadas de sus caricaturas. También había paneles contando qué es la Iglesia, cómo nació y cuáles son sus rasgos fundamentales. La Iglesia aquí es tan joven y desconocida que no podemos dar por descontado que la gente sepa qué es. A los sacerdotes nos preguntan muchas veces cosas como: ¿la Iglesia es una asociación?, ¿es una o son muchas?, ¿hace falta alguna tarjeta?, ¿adoráis a Dios o a la Virgen?, ¿los curas pueden casarse o tener novia?
Para la exposición, imprimimos las palabras preferidas de Giussani, como un pequeño diccionario disponible para los visitantes: comunión, amor, paz, pobreza, Espíritu Santo… Y luego estaba don Giussani “presente” en dos videos subtitulados en chino, donde habla de María y del “sí” de Pedro.
Lo instalamos todo en el hall del palacio de la Facultad de Idiomas, donde se iba a presentar el libro. Varios chavales del CLU, casi ninguno católico, se ofrecieron para presentar la exposición a sus compañeros y profesores. Mirándoles, me preguntaba por qué lo hacían, y me respondía que la única razón es una pertenencia y una estima por la experiencia que viven todos los jueves en la Escuela de comunidad: por un vínculo. Pienso en las palabras de san Agustín cuando dice que los confines de la Iglesia no están claros y no es tan fácil establecer quién está dentro y quién fuera.

La fecha del evento se acercaba y todo parecía ir bien. Pero llegó el imprevisto: el Gobierno cambió las medidas de emergencia por el Covid, pasando de una política de “cero casos” a otra de “convivencia con el virus”. Con varios meses de retraso respecto al resto del mundo, el Covid estalló en Taiwán. El número de casos aumentó como nunca, se empezó a dar clases online, la gente tenía miedo a salir, las universidades cerraron los accesos. Todo se complicaba y a pocos días del evento, la universidad decidió suspender todas las clases presenciales y la entrada al campus. Había que replantearlo todo.
Decidimos hacer la presentación del libro online, pero era imposible hacer la exposición en la universidad. Hicimos unas llamadas y decidimos trasladarla a la parroquia, adaptando los paneles para que pudiera visitarla cualquiera. Ning se encargó de la adaptación, Kunli consiguió una furgoneta y varios estudiantes que vivían en el campus se ofrecieron para echar una mano. El día 14 por la mañana la exposición abrió sus puertas.
Ese día se celebró la presentación online del libro, moderada por Liao Xinci Allegra, una amiga que se bautizó en Pascua, con 75 personas conectadas. El primero en saludar fue monseñor Paval Talapka, el Chargé d'Affaires ad interim –para entendernos, el nuncio apostólico–, que empezó diciendo: «Para esta ocasión, me gustaría recordar el mandato que, en septiembre de 1984, san Juan Pablo II dio a CL con motivo de la audiencia por el trigésimo aniversario del nacimiento del movimiento: “Id por todo el mundo a llevar la verdad, la belleza y la paz que se encuentra en Cristo Redentor”. Me alegra ver que este mandato también se ha cumplido aquí, en Taiwán».
El representante del Departamento Italiano de Promoción Económica, Comercial y Cultural de Taipéi, Davide Giglio (el cónsul, de facto), añadió: «Don Giussani es una figura extraordinaria e importante. Su obra contribuyó de manera decisiva a despertar en los jóvenes el amor a Cristo, viendo en Él el camino hacia la realización de los deseos más profundos del corazón humano. Para contemplar su figura no hay que mirar atrás sino adelante. De hecho, la vida y obra de don Giussani han generado un flujo que se renueva y ofrece siempre nuevos frutos. Este año será sin duda una ocasión para profundizar en la enseñanza de don Giussani y en el método de vida que nos enseñó y que trajo al mundo con su mera existencia».

Después de otros saludos de autoridades académicas y de una breve introducción por mi parte, llegó el turno de los ponentes. El primero fue el profesor Chen Fangzhong, decano de la facultad de Literatura e Historia en la Fu Jen, experto en Historia de la Iglesia, que expuso los principales contenidos del texto y señaló la «genialidad del enfoque de don Giussani». Y añadió: «Hay que tener presente la diferencia entre el background cultural de don Giussani y del lector taiwanés. Hace falta trabajar mucho para traducir el punto de vista de Giussani en términos comprensibles para los orientales». La segunda ponente era Sonia Huang Meiting, directora del Centro de Estudios Chinos en Fu Jen, perteneciente al movimiento de los Focolares. «En Taiwán, no pocos creyentes se han bautizado siendo adultos y la mayoría de ellos ha vivido inmersa en las llamadas creencias populares la primera mitad de su vida. Un ámbito cristiano así de comprometido incluye también a las familias y eso no es fácil para la mayoría de los taiwaneses. En este punto, me gustaría profundizar en la orientación que el carisma de don Giussani nos ofrece».
Por último, Davide Prosperi, presidente de la Fraternidad de CL, decía en el video que nos envió: «Este es un evento extraordinario. Traducir las palabras y experiencias de Giussani, un hombre de la Europa cristiana, al idioma mandarín y a la experiencia de este gran pueblo y de esta cultura tan rica supone un objetivo arduo pero apasionante. Giussani era consciente de haber sido tocado y de ser por tanto portador de un acontecimiento destinado a llegar a los hombres del mundo entero. Esa es la razón que explica esta iniciativa cultural y religiosa que estamos presentando». Luego respondió a la pregunta sobre dónde poder encontrar a Cristo hoy, contando el episodio de san Pablo en Atenas, cuando anuncia a los atenienses quién era ese “dios desconocido” al que estaba dedicado uno de los altares. «¿Cómo podemos saber que todo esto no es una farsa, un cuento? Jesús promete que, viviendo con aquellos que Él envía, nuestra vida cambia a mejor. Nos hacemos más capaces de amar, de conocer la verdad, de luchar por la justicia. Nuestra vida mejora. Seguimos siendo seres frágiles que se equivocan, y gravemente. Pero algo nuevo e inexplicable sucede en nosotros y en aquellos que Jesús pone a nuestro lado. Esta es la vida de la Iglesia».
Después del descanso, Ning presentó la exposición, su significado y cómo nació, invitando a todos a visitarla. Personalmente, estoy lleno de agradecimiento porque no hemos vivido todo esto como la presentación de un libro sobre la Iglesia, sino de la Iglesia misma en acto, de su vida, de la vida de Cristo entre nosotros. Ese es el “gran imprevisto” que los pequeños imprevistos no hacen más que exaltar y mostrar ante nuestros ojos. Y nosotros somos los primeros sorprendidos.

 
 

Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón

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