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Huellas N.1, Enero 1999

PARAGUAY

Una casa para los ex presidiarios del Panchito

Gaia Romana Bertolotti

El Happening en Asunción, con el Nuncio Apostólico y la primera dama de Paraguay. Y la construcción de un centro para acoger a los menores que han salido de la cárcel. Una historia que continua


¡Cuánto tiempo se pierde en comentarios llenos de desengaño acerca de la pobreza (no la pobreza material) de hoy en día...! La creatividad de un gesto sencillo y concreto ha bastado para desgarrar clamorosamente el velo de la artificiosa y paralizante retirada sobre uno mismo. Todo esto ha sucedido en Asunción, en Paraguay. Algunos amigos, unidos por el deseo de vivir con plenitud, han dado vida al Happening (del 31 de octubre al 7 de noviembre de 1998), con siete días de encuentros, conferencias, conciertos y exposiciones. El título tiende un puente hacia las raíces de este pueblo: "La verdadera caridad es compartir", como se hacía en las reducciones jesuíticas, en las que se trabajaba tres días para la comunidad y dos para las propias exigencias personales. Para redescubrir y revivir esta caridad, el Centro de Solidaridad San Roque González de Santa Cruz, nacido de un grupo de miembros de Cl de la capital, ha organizado este evento, para mostrar distintos modos de vivir esta virtud y dar testimonio de cómo es posible hoy en día tener experiencia de ella. No tiene nada que ver con el asistencialismo de las personas a las que les gusta "sentirse buenas"; se trata del reconocimiento de la humanidad que hay en todos y - antes aún - del Acontecimiento que constituye su fundamento y su fin. La caridad no puede ser fruto de una perfección humanamente inalcanzable, sino el resultado de una mirada clara y segura (aun dentro de la debilidad humana) a Aquél que hace posible nuestro existir. De nuevo un reclamo a las reducciones, que "nacieron no como el resultado de una sociedad perfecta, sino como respuesta orgánica a las exigencias y a las necesidades del corazón del hombre" (como decía el manifiesto de presentación del Happening).

Crónica de siete días
Para la gran inauguración del 31 de octubre contamos con la Orquesta de Cámara de la Ciudad de Villarrica, y a ella asistieron el Nuncio Apostólico y la primera dama del país, Mirtha de Cubas. En los días sucesivos, otros conciertos, una representación teatral (el Miguel Mañara de Milosz), una cena de gala benéfica, una fiesta final con varios artistas, además de una exposición sobre el ejemplo más real e inmediato de caridad: Madre Teresa de Calcuta, con fotos, vídeos y conferencias sobre la vida de la monja albanesa y de las Misioneras de la Caridad, sus hermanas. Una mujer albanesa que vive y trabaja con coraje en las calles de Calcuta es un ejemplo vivo y conmovedor en Asunción, lo mismo que en Milán, en donde se ha preparado recientemente una exposición sobre su vida: esto ayuda a mostrar que la caridad es profundamente humana, antes incluso de cualquier consideración sobre las distintas tradiciones culturales a las que pertenecen los individuos.
Y también, durante el Happening, conferencias y mesas redondas, en particular una sobre la caridad, en la que tomaron parte representantes de distintas instituciones y asociaciones caritativas, y una conferencia con el título del Happening presidida por Giorgio Vittadini, que recordó los motivos que dieron origen a la CdO, en Italia y en Paraguay: "Yo me afano por ti como si fueras mi padre, mi madre, mi hermano o mi mejor amigo. No es generosidad, o solidaridad, ni conciencia de clase, sino una unidad profunda con aquellos que tienes a tu lado. Para vivir la caridad hace falta siempre partir de una hipótesis positiva con respecto a las personas; no se puede vivir de forma individual, sino junto a otros".
Signo evidente de la fuerza creativa de esta posición son las distintas iniciativas del Centro de Solidaridad presentadas durante el Happening, en particular el Banco de Alimentos (entidad análoga al Banco italiano) y el Centro para Menores, en fase de construcción. Las numerosas personas que han sido ayudadas a buscar trabajo y a recibir una formación profesional dan testimonio de este trabajo.
Ninguna fuga, por tanto, ni la abstracción de la New Age, sino un vínculo profundo y apasionado con la vida, en el deseo constante de dar respuesta a las exigencias humanas de cada uno: verdad y belleza.

Una compañía que continúa después
¿Qué tipo de vida pueden llevar los chicos encerrados en un correccional? ¿Cómo es posible que el aislamiento forzado sea para ellos ocasión de recuperación? ¿De qué forma se les puede ayudar? Para responder a estas preguntas algunos amigos de Asunción comenzaron, desde 1994, a hacer compañía a los menores del Panchito López, la cárcel de menores de la ciudad. Huellas ya se ocupó de este tema en el número de febrero del año pasado.
Ni siquiera el peor de los delitos puede extinguir el deseo de felicidad que constituye al hombre. Los frutos imprevisibles de esta amistad no se han hecho esperar: catorce de ellos, después de un par de años de amistad, pidieron recibir, y recibieron, el sacramento de la Confirmación de manos del obispo auxiliar de Asunción, monseñor Adalberto Martínez.
Sin olvidar el hecho de que, como afirma Marcos Isfran (uno de los chicos comprometidos con el trabajo en la cárcel), más allá de los pasos que puedan dar los presos, "la primera experiencia de cambio importante la vivimos nosotros, porque queremos aprender a estar con la gente de modo gratuito. Podemos asegurar que incluso ellos reconocen cuándo alguien les quiere y les acepta como son, sin pedirles nada, y esto es algo grande para cualquier hombre".
De esta actividad realizada en el Panchito nació la idea de construir un lugar en el que acoger a los chicos que salen de la cárcel, y que a menudo se ven de nuevo inmersos en las mismas situaciones difíciles que les llevaron a la delincuencia. El proyecto es el de continuar el trabajo emprendido en la cárcel, poniendo a los chicos en condiciones de poderse integrar de nuevo en la realidad cotidiana, hecha de relaciones, de estudio o de trabajo.
En el nuevo centro, que se está levantando en la periferia de la ciudad, trabajará personal especializado: médicos, enfermeras, psicólogos, asistentes sociales, educadores.
¿Dónde encuentra su origen, de dónde surge una atención tan cuidada? La fuente de esta obra es el deseo de que los chicos puedan sentirse valorados en su dignidad de seres humanos y sean así capaces de afrontar con un bagaje adecuado la vida de cada día. Todos tienen necesidad de un amigo, de una casa, de un lugar que les acoja y les valore: esto es lo que trata de ser el Centro para Menores.
El trabajo previsto se desarrollará según estos puntos principales: la educación para la vida en comunidad, a través de la aceptación de las normas básicas de la convivencia y del cuidado de la propia persona, una toma de conciencia de la responsabilidad personal y comunitaria, la adquisición del sentido del estudio, del trabajo y de la familia, hasta llegar a la capacidad de dominio de sí mismos y del uso racional de la propia responsabilidad y libertad, para una integración total y positiva. Para conseguir todo esto, el Centro contribuirá a la reinserción profesional de los chicos y buscará lugares adecuados de residencia cuando el contexto familiar resulte inadecuado.

 
 

Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón

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