Va al contenido

Huellas N.2, Mayo 1986

RECENSIÓN

El amor en los tiempos del cólera

Guadalupe Arbona, Javier M. Ginés Rivas

Gabriel García Márquez, pre­mio Nobel de Literatura en 1982, nos ofrece en esta ocasión una no­vela mucho más profunda que las anteriores. ¿En qué consiste esa profundidad? Vamos a tratar de ex­plicarlo a continuación.
Tras la mal llamada «novela rea­lista» del siglo XIX, los autores con­temporáneos han intentado profundizar, penetrar en la vida del hombre. En esta realidad que vivi­mos, la presencia del misterio es una evidencia. Unos han intenta­do reflejarlo por medio de la eva­sión de una manera parcial, po­niendo su mirada en lo explicable, en lo visible; otros mediante la ma­gia o recurriendo a la inverosimili­tud. Entre éstos últimos se encuen­tra García Márquez, quien en su obra Cien años de soledad intenta demostrar, como dice Joaquín Mar­co, que «lo inverosímil y mágico no es menos real que lo cotidiano y lógico»1.
Sin embargo, la búsqueda de este autor no se ha estacionado ahí; la obra que tratamos representa un paso más. En ella se cuenta la his­toria de dos amores, amores reales, mirados en su cotidianeidad, con dolores, insatisfacciones, esperan­zas, dudas... Late una gran huma­nidad no cerrada en sí misma. En ella se vislumbra lo durable, lo no irreductible, pero no hay salida. No hay idealización: el amor es posible a pesar de los pesares. Así, la relación entre Fermina Daza y Ju­venal Urbino no es perfecta (están presentes los roces y las limitaciones), pero eso no es lo que define su amor; no es una imagen o algo
sublimado, todo lo contrario, es cercano y real. Fermina expresa el dolor por la muerte de su esposo: «Una vez muerto el esposo no le dejaba a ella ni los vestigios de su identidad. Era un fantasma en una casa ajena en la cual vagaba a la deriva, preguntándose angustiada quién estaba más muerto: el que había muerto o la que se había que­dado».
Especialmente hermoso es el tratamiento del amor de senectud encarnado en Florentino Ariza y Fermina. Podrían definirse como delicadeza en el cansancio. No son reliquias humanas incapacitadas para el amor, sino personas creadas para amar.
El sexo en el caso de Juvenal y Fermina está profundamente liga­do al amor. En Florentino refleja una infatigable búsqueda.
El estilo es libre y suelto. Esta ­técnica no se queda en un mero juego formal, sino que expresa la belleza del amor.
De cualquier forma, probable­mente el título sea el mejor cami­no para hablar de esta novela: El amor en tiempos del cólera.

1. Véase el estudio introductorio de Joaquin Marco, «Gabriel Márquez y sus "Cien años de soledad"». Cien años de soledad. Austral, Madrid, 1982­

 
 

Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón

Vuelve al inicio de página