Queridos amigos:
Deseo aprovechar la oportunidad que la revista me brinda de acercarme a todos vosotros para compartir el camino que durante estos años hemos ido recorriendo en la pequeña comunidad de Palencia; especialmente la renovación que han supuesto para nosotros los ejercicios espirituales con Giussani en Noviembre.
El encuentro con el Movimiento fue una novedad humana en todos los sentidos; caras desconocidas, llenas de alegría, que transmitían una nueva forma de concebir las relaciones personales, la fiesta, el estudio, la vida. Pero el entusiasmo inicial fue aplacándose y dio paso a un período demasiado largo en el que quizá nos acomodamos demasiado tiempo; nació entonces entre nosotros el deseo de la acción, la necesidad imperiosa de crecer en número, de transmitir nuestra experiencia a los demás, de experimentar que nuestra vida convence a otros para sentirnos convencidos nosotros mismos. Esta situación pesaba como una losa sobre la comunidad, ya que nuestros deseos chocaban con nuestros límites personales y con un ambiente donde la comunicación es difícil y reina la indiferencia y la desconfianza. Nuestro hacer no cundía, y la consistencia y la unidad de la comunidad se tambaleaba.
En este período de crisis hemos vivido la inmensa suerte cirros ejercicios y la presencia de Giussani. En ellos descubrí de una forma más clara que nunca que la novedad del Movimiento no es la capacidad de acción frente al ambiente, es el encuentro con el acontecimiento de Cristo que entra en mi historia a través de esas caras alegres, y llena mi vida de significado y esperanza, liberándome del éxito frente a los demás, ya que el valor de mi experiencia no está en el aplauso de los otros, sino en sentir yo personalmente, día a día, que nuestra compañía de personas llenas de límites, pero que reconocen a Cristo como centro, es capaz de abrirme a una vida más humana llenando de valor cada pequeño detalle.
Cristo iluminado cada cosa me permite ver el significado justo que todo ha de tener en mi vida, y los demás son el modo que tengo de encontrar esta luz en mi historia concreta.
De este crecimiento personal, de este gusto por mi propia vida, tan llena de significado y alegría, ha nacido la fuerza para su testimonio en el ambiente. Con la aceptación de los límites personales y la desproporción de la tarea ha nacido la liberación personal y comunitaria, y ha surgido la verdadera amistad y unidad.
No hemos conseguido grandes logros, pero hemos abandonado la meseta y estamos andando cuesta arriba de nuevo. Creo que llegaremos a divisar más de lo que ahora imaginamos.
Desde Palencia-Valladolid, un abrazo
Nieves
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