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Huellas N.2, Marzo 1984

NUESTROS DÍAS

Nosotros, los hombres del vértigo

Publicamos aquí la entrevista realizada al intelectual francés Andre Glucksman en el seminario italiano "Il Sabato"

Desde las barricadas de Point Saint Michel a las colectas de fondos para los "boat-people" del Sudeste asiático. Desde la lectura embriagadora de Mao y Lenin al fulgurante descubrimiento de Salzenieyn y los disidentes rusos. Desde la ideología de la revolución total a la moralidad de la urgencia extrema. Es el itinerario recorrido por André Glucksman, 45 años un poco camuflados por la melena negrísima que le cubre la frente; - "nouveau philosophe"; alumno de Aron y amigo de Sartre ha llegado a unir a los dos jefes de la derecha y de la izquierda intelectual francesa sobre una iniciativa concreta: la ayuda a los prófugos de Vietnam. Son muchos lo que reconocen en su última obra, "La fuerza del vértigo", análisis más lúcido aparecido hasta ahora sobre el estado de ánimo pacifista que se propaga por Europa. La obra es el culmen de todo un estudio sobre la función de la nuclear y sobre el cambio de la estrategia militar que Glucksman había ya comenzado en el lejano 1967 con "El discurso de la guerra".
Pregunta:Muchos de tus ex-compañeros del '68, en estos tiempos están de nuevo manifestándose en la calle. Tu has elegido otro camino. ¿Quién es más fiel a sus orígenes?
Respuesta: Hay una forma de fidelidad que es profundamente infiel. La de tener posiciones políticas bien firmes, como en general se tienen a los 20 años, y no cambiar más. Se conservan las mismas categorías intelectuales y se traicionan los propios sentimientos. Pongo un ejemplo. Cuando a los veinte años unos se siente sacudido viendo los niños vietnamitas quemados o desfigurados horriblemente por el napalm lanzado desde los aviones americanos, se manifiesta contra el imperialismo yanqui. Pero cuando 10 ó 5 años después se ven a los niños vietnamitas ahogarse en el Mar de China, metidos en pobres embarcaciones por sus padres que quieren ahorrar a sus hijos un porvenir de terror; ahuyentados por la policía comunista, entonces permanecen indiferentes. Se prefiere mirar los colores de la insignia del policía que al niño; porque un niño que, muera bajo el napalm o ahogado, es siempre un niño. La fidelidad infiel es típica, según mi opinión, de muchos cuarentones hoy pacifistas: han vivido un gran momento oponiéndose a la guerra del Vietnam y se han quedado allí. Domina la mentalidad de viejo combatiente que, me disgusta decirlo, ha producido una generación de imbéciles, de gente que ha terminado de crecer a los 20 años, y que no quieren aprender nada más de la vida. El verdadero problema de la última generación es que esta mentalidad amenaza matar la capacidad de hacer experiencias. Yo prefiero colocarme sobre la línea de la infelidad fiel: la de conservar los propios sentimientos y tener en cuenta la experiencia.
No me escandalizo de tener que cambiar ciertas categorías intelectuales, porque de jóvenes se tienen en la cabeza muchas simplificaciones.

Pregunta:Sin embargo, para seguir el ejemplo de tus ex-compañeros convertidos en pacifistas, muchos de ellos dicen tener conciencia de la represión del Este y proponen, precisamente para esto, la vida de la no violencia.
Respuesta:Cierto, los pacifistas saben bien de que hablan y no se hacen ilusiones sobre el sistema totalitario que existe en el Este. Esta es la diferencia respecto al pacifismo de los años 50, cuando los intelectuales de izquierda tenían una idea mítica del comunismo de Rusia. Hoy, en cambio, los líderes del movimiento pacifista son muy lúcidos: teorizan que es necesario resistir, con todos los medios, al sistema de los gulag. Quisiera preguntarles a ellos: ¿Qué habríamos dicho a los judíos durante la Segunda Guerra Mundial? ¿Qué habrías aconsejado a los insurrectos del getto de Varsovia? ¿Mejor acabar en los crematorios que intentar resistir con todos los medios? Me pregunto: ¿Qué habrían sugerido ellos si por ejemplo los judíos hubieran tenido armas nucleares? ¿Mejor Hitler que la bomba? Si tienen este coraje que lo digan abiertamente.

Pregunta:Pero esta no es la lógica de mejor muertos que rojos?
Respuesta:Absolutamente no. El problema que ahora recordaba era el de no olvidar Auschwitz hablando de Hirosima, de no ser ciegos a la muerte en los campos de concentración para fijar la vista en la muerte que podría llegar del cielo. La lógica pacifista hace así que Auschwitz sea un caso particular del drama de Hirosima, y no es así, sino que Hiroshima viene en continuación de Auschwitz. Vuelvo a tu pregunta. Contraponer a su slogan "Mejor rojos que muertos" justo el contrario esta fuera de la realidad. Todos sabemos perfectamente que, suceda lo que suceda en Rusia, ciertamente no iremos a liberar a los infelices oprimidos. Esta es nuestra situación: no podemos hacerlo, ni queremos hacerlo, ni tenemos el sentimiento de deber hacerlo. Ninguna democracia occidental ha propuesto nunca una cosa semejante "Mejor muertos que rojos" corresponde a una visión militarista que el mismo ingreso en la disuasión nuclear hace aparecer superada.

Pregunta:A este propósito tu defines la fuerza nuclear como una fuerza de vértigo. ¿Qué significa exactamente?
Respuesta:Las armas modernas, en particular las nucleares, tienen tal capacidad destructiva que si fueran usadas en su totalidad los adversarios se podrían matar recíprocamente. A diferencia de las guerras precedentes, que se decidían sobre el campo de batalla, donde cada uno empleaba toda su fuerza para vencer, hoy las superpotencias, a no ser de suicidarse entre ambas, no van hasta el fondo en el uso de las armas. Esto, obviamente, no significa que vivamos en paz: Durante los últimos 40 años ha habido más de 100 guerras y cerca de 30 millones de muertos. Si bien la paz no reina y no hay guerra total, significa que hoy las guerras son en parte materiales y en parte mentales. Hoy la mayor parte de las guerras se ganan o se pierden no sobre el campo de batalla, sino sobre las pantallas de televisión. Por esto USA ha perdido en Vietnam y por esto la URSS es como si no perdiese en Afganistán. Las grandes batallas de nuestro tiempo no son las guerras sino las crisis: la de Berlín, de Cuba, y ahora la de los euromisiles. No se tiende a derrotar materialmente al adversario, sino a llevarlo a la desmoralización, donde se les inspira miedo, se les mete un sentido de muerte, así al final se considera vencido, dominado por un sentido de vértigo. La fuerza nuclear es la fuerza de llevar al adversario a este sentimiento. Los SS-20 no valen solo como instrumentos para una guerra limitada en Europa, valen sobre todo en cuanto que amenazan con una guerra semejante.
Son armas mentales que producen lo que vemos reproducirse exactamente en Occidente, delante de nuestros ojos: el sentimiento de muerte y de pánico. Por esto mantengo que sea justo responder a los generales soviéticos inspirándoles este mismo sentido de vértigo. Alguno podría objetar: ¿y si el vértigo los vuelve locos y los lanza a la guerra efectiva? Responde que su capacidad de meternos miedo sin ninguna reciprocidad les volvería más locos aún.

Pregunta:Has escrito que de aquí al año 2000 el verdadero debate no será capitalismo o socialismo, izquierda o derecha. Sino disuasión o pacifismo. ¿No te parece que es sobrevalorar un estado de ánimo que quizá se revelará como pasajero?
Respuesta:No creo. El pacifismo tiene todas las características de la ideología y no es explicable de forma simplista. Si miramos a Alemania, veremos que el movimiento por la paz ha unido a todos los militantes desde los 20 a los 40 años y a casi todos los intelectuales. Es el primer movimiento popular y autóctono alemán desde el final de la Segunda Guerra Mundial. No por casualidad todas las ideologías han nacido en Alemania. La ideología es aquello que Marex, equivocadamente atribuía a la religión: es un mundo dado la vuelta. El pacifismo ve todo al revés. ¿Los euromisiles? El problema no se plantea cuando de hecho aparece, con la instalación de los SS-20 soviéticos, sino cuando idealmente se ve aparecer, es decir, con los Persing y los Crucero que todavía no existen. Típico de la ideología es además la polarización. El mal es unificado en una cosa: el capital para el marxismo, el hebreo para el nazismo, lo nuclear para el pacifismo. ¡Abolir la energía nuclear y, de golpe, todos los gastos en armamentos se transforma, quién sabe cómo en subvenciones para el tercer mundo!
El pacifismo se juega en la oposición entre el retorno a la naturaleza y la civilización del cemento, la democracia del pueblo y las instituciones representativas. Tiene, en fin, todos los ingredientes que Engels atribuía a la ideología marxista: es una filosofía, una crítica de la economía y una teoría política.
Muchos sociólogos en los últimos tiempos habían teorizado el fin de las ideologías. Estaban equivocados: estaba recién muerta la marxista y de súbito aparece otra.

Pregunta:¿Qué opones a este ideología?
Respuesta:Al camino de la ideología contrapongo el de la cultura. Me explico. Hay una condición fundamental del hombre que es absolutamente trágica. El hombre no vive en la seguridad no está en el refugio, sino que se encuentra completamente expuesto, vive al borde de un abismo.
En la situación que vemos bien expresada en el pueblo polaco.
Contra el camino alemán a la par del "Mejor rojos que muertos", elijo la vía polaca de "Ni rojos ni muertos". Los polacos, de hecho, no quieren hacerse sovietizar, pero tampoco quieren morir en un encuentro sangriento.
Han aceptado vivir sobre le borde del abismo. En este sentido su posición, desde un punto de vista conceptual, es la misma de la disuasión nuclear. Peor con una gran diferencia: los polacos, haciendo lo que han hecho en estos años, si han corrido mucho más riesgo que nosotros instalan los Persing y los Cruceros.
Los polacos quieren encontrar su paz estando en este borde, conscientes del abismo pero sin dejarse atrapar por le vértigo.
Es la idea de que el hombre vive en un estado de perenne inestabilidad, la idea trágica que encontramos desde Homero a Shakespeare, la profunda consciencia expresada por Pascal de que el hombre está medio de dos infinitos. El hombre vive sobre un hilo, Europa vive sobre un hilo. Sobre esta conciencia, que el pacifismo no llega a soportar se juega toda nuestra cultura.

 
 

Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón

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