Crónica de una vida nueva es un diario universitario que nace de una amistad, la amistad de los universitarios de la asociación cultural Atlántida. Atlántida es para el CLU (los universitarios que siguen la experiencia de CL) la forma concreta y creativa de expresar esta «vida nueva» en la universidad. Ya el año pasado ante la situación pandémica que vació las clases nos vimos llamados a seguir implicándonos en la vida universitaria de un modo distinto, a través de una cuenta de Instagram (@___atlantida__) en la que publicábamos el recorrido del texto de Escuela de comunidad documentado por la humanidad de articulistas, cantautores, literatos o filósofos. En esta misma cuenta publicamos ahora nuestro diario universitario.
Esta idea nació en una de las reuniones de Atlántida que realizábamos cada dos semanas durante el curso pasado. Alba, una amiga que se había unido a nosotros recientemente, nos decía: «Yo publicaría el contenido de estas reuniones, lo que aquí sucede, porque a mí lo que más me impresiona es cómo habláis vosotros de lo que os pasa, de vuestras preguntas, de lo que os duele, de lo que os provoca, de lo que os fascina. Para mí la novedad más grande es ver la amistad que hay tras la cuenta de Atlántida». Lo que en esas reuniones salía era el camino humano que cada uno de los amigos que participábamos estábamos haciendo juntos, de la mano de la Escuela de comunidad y de nuestra humanidad viva. Alba nos provocó a dar un paso al frente, a hacernos protagonistas de lo que publicábamos y a convertir nuestra «estructura de reacción ante la realidad» en el contenido de cada uno de nuestros posts.
A raíz de esto, y dando rienda suelta a la necesidad que tenemos de ponernos en juego, de ayudarnos a vivir y juzgar las cosas que nos pasan, hemos empezado este diario. Un diario en el que cada uno escribe sobre la experiencia que vive delante de la realidad, de las cosas que ve, que le provocan, que le duelen, que le alegran, que le sorprenden; sobre esos movimientos del corazón que, como dice don Giussani, constituyen el tejido del que estamos hechos, que son inextirpables. Pero no hemos querido escribir sobre cualquier cosa, vemos que nos interesa seguir, seguir un recorrido, seguir aquello que despierta nuestra humanidad. Y qué mejor que el capítulo quinto de El Sentido Religioso, seríamos incapaces de mirar el corazón si don Giussani no hablase de él como promesa.
Precisamente este ha sido el punto de partida, la primera página de nuestro diario, que hemos titulado Naturaleza humana, ¿condena o promesa? Por la experiencia que hemos vivido, no nos queremos quedar esto para nosotros, queremos poner delante del mundo que este corazón, que este «incesante soñar con lo imposible», como dice el poeta K. Iribarren, no es una condena, sino que, como afirma don Giussani, es el inicio de una promesa; esta es la revolución (o novedad) que nos ha alcanzado. Lo bello de todo el trabajo que implica poner en marcha el diario y la exposición que se hará en la universidad madrileña en el mes de abril es que hasta la tarea más pequeña, como enviar un mail, tiene que ver con nuestra necesidad (habríamos dejado de hacerlo hace mucho si no fuese así), es un trabajo que no es ajeno a ninguno de nosotros porque tiene todo que ver con la herida con la que esta mañana se despierta cada uno. Atlántida se convierte así en la forma concreta de secundar los movimientos que descubrimos en nuestro corazón.
María, Fer y Paula
@___atlantida__
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