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Huellas N.1, Enero 1984

Nuestros días

Líbano: La masacre continúa

Alberto Llabrés

Del Líbano nos llegan todos los días noticias de enfrentamien­tos sangrientos entre innumerables facciones armadas contrapuestas. Intentamos poner un poco de orden.

Este estado, prácticamente bioconfesional (musulmanes sunitas y cristianos maronitas, aparte de gran cantidad de comunidades menores) desde su independencia definitiva de Francia en 1946 fundamentó sus estructuras sociales y políticas en el equilibrio de las comunidades, entre las que se distribuyen las funciones y cargos públicos de acuerdo con las respectivas entidades numéricas.
A pesar de que había atravesado grandes tensiones, el Líbano había sabido conservar la estabilidad basado en la tolerancia recíproca. Esto, unido a su régimen económico de libre mercado y a un sistema benigno, divergencia entre Oriente y Occidente y en un factor amortiguador entre los poderosos intereses de la zona.
¿Cómo es posible entonces que un país próspero y estable haya caído en una situación tan confusa y desastrosa como la existente hoy día en el Líbano?
1. - Palestinos. Estuvieron afincados en el sur del Líbano, región que servía de base a numerosos campamentos de refugiados palestinos, desde la guerra árabe-israelí de 1948 cuando fueron expulsados de Palestina. Desde esta zona, y a partir de esta fecha, han estado hostigando a Israel, provocando de modo continúo conflictos entre éste y el Líbano, y acarreando represalias por parte de Israel.
Los frecuentes combates entre comandos palestinos y tropas sionistas en esta zonasur del Líbano provocaron (sobre todo a partir de 1969) un éxodo de la población hacia el norte, especialmente a Beirut.
Estas actuaciones de los guerrilleros palestinos plantearon graves problemas a los gobiernos del país. Ya que, aunque trataron de pactar con los palestinos, estos pactos se mostraron incumplibles en la práctica, dada la insuficiencia defensiva del país. Tras varias crisis de gobierno, el Líbano se decidió a pedir ayuda a la Liga Arabe. De hecho, ya en el acuerdo del Cairo se había acordado la presencia de una fuerza árabe de disuasión ( en su mayoría fuerzas sirias) en territorio libanés.
La guerrilla palestina, que tiende a diferenciarse de las estructuras de los estados árabes, hunde sus raíces no tanto en el descontento de los árabes residentes en Israel, cuanto en el amargo resentimiento de los refugiados que fueron expulsados de Palestina en 1948, y que nunca han podido regresar a su patria. Los países árabes han admitido a estas gentes, pero dado que están inmersos en grandes problemas económicos, han debido concentrarlos en campos de refugiados, donde las condiciones de vida son ínfimas. Estos desheredados ven su único porvenir en la destrucción de Israel, lo que no tiene visos de realizarse, ya que el Estado judío constituye hoy una pieza básica en el equilibrio internacional, aparte de su superioridad militar.
La propia URSS, que apoya la causa árabe, no puede arriesgarse al estallido de un conflicto mundial originado por este pequeño grupo (que además no está muy dispuesto a aceptar la tutela soviética).
2.- Israel. Aunque- si bien con mal disimulada desconfianza hacia sus amigos, y con inflexibilidades deploradas incluso por quienes le apoyan- ha intentado siempre una acción diplomática, confía su porvenir ante todo en la continua vigilancia armada de sus fronteras.
Este es un país que desde su nacimiento vive en continua tensión, y tal estado de cosas repercute en su economía, en su política, y hasta en los propios hábitos cotidianos. Por otra parte, resulta impensable que tal situación se prolongue de manera indefinida, y no solo porque el futuro de todos los países del mundo está ligado a la progresiva eliminación de ?? calientes como el Oriente Medio, sino por su propio porvenir: Israel debe hallar - tras haber vencido en repetidas ocasiones en el campo de batalla - la manera de obtener la paz, aún a costa de renuncias y compromisos.
Sin embargo, ante las provocaciones de guerrilleros palestinos, Israel ha respondido con extrema dureza, y no solo con incursiones al otro lado de la frontera, sino incluso invadiendo el sur del Líbano.
3.- El tercer factor ha sido la enconada lucha de las dos facciones libaneses dominantes: musulmanes y cristianos. El pacto nacional que repartía los poderes de la república entre estas dos comunidades se hizo en base a un censo de 1932. En aquel entonces, los cristianos eran algo más numerosos que los musulmanes, y así el reparto los favoreció (el presidente de la república y el alto mando de las fuerzas armadas debían pertenecer a la comunidad maronita. El presidente del gobierno, en cambio, debía ser un sunita. Además, en el parlamento la proporción entre cristianos y musulmanes debía ser 6 a 5).
La situación, por el contrario, había cambiado ya para 1978. Los musulmanes representaban ya el 60% de la población.
Se desencadenó entonces una guerra civil: Partido Falangista y Partido Liberal, y en general los derechos cristianos, contra partidos musulmanes (en general socialistas y apoyados por la OLP).
Los hechos confirmaban que la paz en el Líbano debía pasar por una reforma política que pusiera en pie de igualdad las comunidades cristiana y musulmana. Pero los primeros no parecían dispuestos a renuncias a sus privilegios , insostenibles en una sociedad musulmana en su mayoría.
Así las cosas, la OLP prestó su apoyo a los grupos musulmanes, mientras Siria (que tenía destacados 30.000 hombres como "Fuerza Árabe de Disuasión") apoyaba a los cristianos.
En 1977, el Frente Libanés (sectores derechistas cristianos y partido Falangista) había decidido por su cuenta la total evacuación de los guerrilleros palestinos de la zona sur del Líbano desde provocaban constantemente a Israel. Esta decisión desencadenó entonces una guerra abierta entre el Frente Libanés (apoyado ahora por Israel) y la OLP (apoyada por la Siria). Desde luego, quedaba clara la insuficiencia del Ejército regular libanés para imponer orden. En 1978 Israel ocupa el sur del Líbano. En Mayo de ese mismo año, bajo control de la ONU, se iniciaba la retirada de las fuerzas israelianas, que pretendían que toda la zona del sur quedara en manos del Frente Libanés (garantizándose así una faja de seguridad). Entonces, el presidente Libanés decide reforzar la autoridad de su gobierno con ayuda de las Fuerzas Árabes de Disuasión (en su mayoría tropas sirias). Esto condujo a una reac­tivación del conflicto: Siria bombardea la zona cristiana de Beirut a raíz de los acuerdos firmados entre Israel y Egipto (para sabotearlos), y debido también a que el Frente Libanés no estaba dispuesto a que la "Fuerza Árabe" tomara posiciones en la zona que ellos controlaban.
4. -Siria.Ya hemos visto un poco tangencialmente la intervención de Siria. Estaba claro, que si bien en un principio la presencia da fuerzas sirias (dentro de las "Fuerzas Árabes de Disuasión") tenía una finalidad pacificadora, pronto se vieron involucradas en el conflicto­.
Así, en 1979 se imponía la necesidad de reducir la presencia siria en el Líbano. En Junio de ese año, el ejército libanés se enfrentaba al sirio. La paz se alejaba un poco más todavía. El gobierno de Sarkis no había conseguido ni la retirada de la OLP, ni el repliegue de los sirios a su propio territorio (ya que se habían convertido en un gran elemento desestabilizador).
Pero, ¿qué interés tenía y tiene Siria en el asunto? Posiblemente busca el protectorado sobre el Líbano (sobre la parte no ocupada por Israel) una carcasa constitucional para guardar las apariencias: un nuevo pacto nacional que reconociera una cuota mayoritaria de poder político a la población musulmana libanesa, y en especial a drusos y chiítas (afectos a Siria). Aunque no se pueda considerar como un factor relevante, sí es destacable la influencia de la guerra Irán-Irak, que indujo el enfrentamiento entre chiítas y sunitas en el Líbano.
Conviene señalar también la decisión de la OLP ante la actitud más negociadora de Yaser Arafat, que chocó con una línea dura de la organización.
5.- Fuerzas internacionales. ¿Cómo justificar su presencia en el Líbano?: desde luego no debería ser solo la salvaguardia de los intereses occidentales, no suficientemente protegidos por los extremismos de Israel.
Realmente, deben estar en el Líbano, para proteger al mismo Líbano. El Líbano es un país complicado y extraño, pero representa un milagro de la historia, un único ejemplo de convivencia entre comunidades y confesiones distintas (además de maronitas y sunitas, existen otras quince reconocidas oficialmente). Y es esta experiencia la que hay que seguir ayudando, porque los libaneses, a pesar de las hostilidades, desean que continúe. Se trata de garantizar la supervivencia digna de este país. Es necesario dar más autoridad al gobierno legamente constituido frente a las múltiples facciones y partes que existen en el conflicto.
La fuente principal de la situación del Líbano es externa. La guerra civil que existe realmente, tiene un carácter secundario, y sería fácilmente solucionable por ellos mismos si no hubiera intereses extranjeros para una partición del país (por parte de Siria e Israel sobre todo). El problema interno del Líbano existe, pero solo podrá ser afrontado cuando se constituya una autoridad autónoma libanesa, eso es, cuando se le ayude al gobierno libanés a ponerse en condiciones de gobernar. De ahí que el interés internacional (sobre todo de Occidente) en la intervención en el país debería centrarse en el reforzamiento político y militar del actual gobierno.
Sobre la cuestión libanesa se descargan tensiones originadas y existentes en otros países. Si no se acaba con las intervenciones extranjeras de ese corte no se avanzará nada.
El Líbano ha demostrado a través de su historia que la convivencia entre diversas razas y confesiones es posible, y lo es precisamente a través del diálogo entre las culturas, entre el auténtico y genuino contenido cultural de cada grupo humano. Esta via es hoy impracticable, pero quizá no cerrada irremediablemente.


El mapa describe la actual fragmentación político-militar del país, en gran parte ocupado por ejércitos extranjeros. El área blanca señala la zona de ocupación "mixta", en la cual es imposible asignar límites, pues incluso se desarrollan combates en ella.

 
 

Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón

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