Como la vida de unas personas recorre unas etapas, así la vida de un movimiento tiene también las suyas. Hacer ya una revista significa tener ya capacidad de palabra y de comunicación entre nosotros y con aquellos con quienes convivimos en los ambientes de trabajo y estudio. Por eso la publicación de estos "papeles", humildes en presentación y en cantidad, deben ser para todos nosotros motivo de satisfacción y esperanza.
- Motivo de satisfacción, porque hemos llegado al nivel de la palabra y esto ya supone una conciencia de nosotros mismos y de cuanto sucede a nuestro alrededor. Y supone también un juicio que nos permite abrazar todo lo bueno, bello, justo y verdadero que hay en la vida y rechazar lo contrario como indigno del nombre.
- Motivo de esperanza porque, a pesar de la insignificancia de esta iniciativa nuestra, sabemos que esta pequeña revista es la manifestación, embrionaria sí, pero no por eso carente de una vitalidad capaz de desarrollarse y llegar a ser una realidad que un día tenga una importancia y una resonancia social. Porque el secreto de la historia se esconde en sí secreto y en la mente del hombre que puede con su entusiasmo y su libertad invertir el rumbo de los acontecimientos.
Todo cambio histórico cargado de revolución o reforma es como un incendio que comienza por una chispa insignificante. Así fue la historia de aquel puñado de hombres, seguidores de Jesucristo, testigos de su vida, muerte y resurrección que revolucionaron la mentalidad, la cultura y la forma de vida del imperio romano.
Al principio, necesariamente todas las cosas son pequeñas y lo que cuenta en ese momento del nacimiento no es tanto el tamaño, cuanto la vitalidad y la buena conformación. Lo demás se va haciendo pacientemente con el tiempo, el trabajo y la ayuda de Dios que nunca falta. Por eso la pregunta que nos deberíamos hacer todos hasta llegar al fondo de nosotros mismos es si tenemos esa vitalidad y esa conformación necesarias. En cualquier caso, nuestra revista también pretende eso: ayudar nuestro entusiasmo, enseñarnos a comprender que la fe en Jesucristo abarca la vida entera.
Además nuestra revista debe enseñarnos a difundir nuestra experiencia en los ambientes en que nos encontramos. A través de ella encontraremos ocasión de darnos a conocer por nuestra inquietud y entusiasmo.
Pero el motivo fundamental de nuestra esperanza es mucho más sólido que nosotros mismos: el acontecimiento de Cristo que llena nuestra vida de sentido y nos hace vivir la amistad como una compañía orientada hacia el destino.
Porque el hombre desde siempre ha sido capaz de idear las utopías más sublimes e imaginar formas de vida más fraternas y humanas, pero siempre ha topado con la dificultad del hombre mismo. Y es que el problema no está en la meta, sino en el camino, y sobre todo, en el caminante: el hombre, la transformación del hombre en un sujeto capaz de amar la verdad, la justicia, la belleza, la bondad, el trabajo. Cristo es la promesa de ese cambio que, aunque de modo incipiente entro nosotros ya se está produciendo.
La tentación del hombre de todos los tiempos es arrinconar a Dios como destino y horizonte de su vida y sustituirlo con paraísos soñados que nunca llegan. Por todas partes se grita que el hombre se basta a e! mismo para ser solidario, fraterno, generoso, sacrificado con los demás. Pero la experiencia nos muestra cómo escasean todas esas virtudes en nuestros colegios, facultades, ambientes de trabajo, y hasta en la familia. Nosotros afirmamos que Cristo es la salvación del hombre y que con Él se pueden vivir unas relaciones nuevas de amistad gozosa, que nos libera del propio egoísmo y que nos convierte en fuerza liberadora a nivel de sociedad. Por eso nos gusta el nombre de "Comunión y Liberación".
Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón