Huellas N., Octubre 1983

IGLESIA

Sínodo 83

Elena Corada

Precisamente ahora en el año que el Santo Padre ha denominado "De la Redención", porque se trata del 1950 aniversario de este grandioso acon­tecimiento, y a ras del año 2000, comenzó en Roma un nuevo sínodo de Obispos

Sínodo de Obispos que tra­ta, después del importante tema del anterior (Matrimonio y Familia), otro tema capital: la reconciliación y la penitencia en la misión de la Iglesia.
Un asunto poco publicitario y nada de moda, ya que el arrepenti­miento no es en ningún caso materia tratada ni vivida seriamente en nues­tra sociedad del confort y la simpli­cidad.
No obstante, la Iglesia con­sidera que ante el problema de la civilización actual resquebrajada por el pecado y dividida, la reconci­liación es la respuesta de la gran pregunta humana y la solución profun­da al desgarro del hombre de hoy.
El último Sínodo no ha sido un mini-Concilio, un órgano deciso­rio sino consultivo, y su finalidad radicó en enfrentarse con la rotura que recorre la entraña del hombre y todo el campo de actividades en las que éste pone su corazón.
Este Sínodo ha sido una o­portunidad para pararse y reflexionar seriamente.
Ha tenido varias fases:
1. Los participantes escucharon un in­forme del secretario general y o­tro del obispo mexicano, monseñor Barragán, que habló sobre la inci­dencia del Sínodo anterior. Des­pués los padres sinodales escu­charon les informe de los obispos de todo el mundo que dispusieron de 8 minutos cada uno.
2. En la segunda semana de trabajo se comenzó con la presentación de un informe sobre los principales problemas que se iban a abordar: la reconciliación, su sentido, sus exigencias. Trabajaron los padres en 11 grupos lingüísticos de 20 personas hasta finales de la 2a semana en que expusieron sus resul­tados,
3. La tercera semana se dedicó a las propuestas de conclusión que se­rían votadas en la cuarta semana.
Aprobadas las propuestas los reunidos pidieron al Papa que realice un documento orgánico con to­do el material, así se realizó entre otros el documento "Familiaris Consor­tio",
Desde aquí pedimos tu ora­ción para que este Sínodo obtenga los frutos que el mundo y el hombre de hoy necesitan.