Va al contenido

Huellas N., Octubre 1983

ACTUALIDAD

La paz es posible

Julián De la Morena

El día 9 de Septiembre se clausuró la Conferencia de Seguridad y Cooperación Europea, que ha tenido lugar en el madrileño Palacio de Exposiciones y Congresos y al que han asistido 35 países. La Conferencia de Madrid, que encuentra sentido dentro del esfuerzo internacional por fomentar la distensión, se ha visto afectada por un gran número de problemas (Afganistán, Polonia, la postura intransigente de Malta, el abatimiento del Jumbo Surcoreano...) que han estado a punto de hacer fracasar un acuerdo pacífico.
La elaboración de un documento conjunto se ha podido llevar a cabo, pese al tormentoso panorama internacional. Este consta de treinta folios que se resumen en seis puntos:
1. Los estados participantes en la CSCE deben observar estricta y efectivamente el no recurrir a la amenaza o al uso de la fuerza como norma de conducta internacional.
2. La Conferencia de Madrid debe te­ner una continuidad en Viena en 1986 y subraya la necesidad de que en 1985 se conmemore debi­damente el décimo aniversario de la firma del acta final de Helsin­ki.
3. Los países que asisten a la CSCE condenan el terrorismo, incluso el internacional. También se debe im­pedir que utilicen sus respecti­vos territorios para la preparación, organización o realización de actividades terroristas. Tampo­co se puede prestar ayuda directa o indirecta para el derrocamiento violento del régimen de otro esta­do.
4. La convocatoria de una conferen­cia en Estocolmo el 15 de noviem­bre de 1983 destinada a fomentar la confianza y seguridad y sobre el desarme en Europa.
5. Voluntad de adoptar medidas que fortalezcan la seguridad y estabi­lidad en el Mediterráneo.
6. Favorecer el intercambio y la cooperación científica.
Quizás el mérito mayor de la Conferencia de Madrid sea el haber puesto de manifiesto la necesidad im­periosa del diálogo internacional; co­mo único medio para evitar una confla­gración mundial. Por esto, aunque los resultados han sido pobres, la CSCE ha contribuido a proseguir el diálogo en favor de la cooperación pacífica.
Es cierto que la falta de escucha, el egoísmo ciego, el deseo de poder y las ideologías son obstácu­los que imposibilitan el diálogo y lo que éste requiere para ser verdade­ro: franqueza y deseo común de búsque­da de lo bueno y justo; y que los países tienen una gran dosis de des­confianza y ansia de poder. Pero es­tos elementos no son motivo para des­confiar en que un diálogo por la paz y la cooperación sea posible.
El diá­logo por la paz es posible, aunque no fácil. Por eso hay que apoyar todo intento internacional encaminado a la distensión.
La opinión pública hoy pue­de realmente influir en crear un cli­ma de apoyo al diálogo sincero por la paz si comprende que éste es un quehacer de todos.

 
 

Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón

Vuelve al inicio de página