¿Qué es y qué pretende?
En cada número de N.T. encontraréis aconsejado, de forma especial, la lectura del libro I del mes que titulamos "El libro de N.T."
Pretendemos con la lectura de este libro una ayuda más, en la consecución de criterios claros y formas comunes de ser y pensar. Este libro unas veces será novela, otras de pensamiento cristiano, teológico, etc.
Esperamos le dispensáis la acogida que deseamos y que hagáis un hueco primordial en los siempre cortos espacios que dediquéis a vuestras lecturas.
"CARTAS DE NICODEMO" (J.Dobraczynski) Ed. Herder. 480 págs.
Se trata de una novela epistolar inspirada en unas cartas apócrifas de Nicodemo, divulgadas durante la Edad Media. Se hace coincidir al Nicodemo protagonista de la historia y autor de las cartas, con el rabí Nicodemo, miembro de la secta farisea y contemporáneo de Jesús que aparece en el Evangelio en dos ocasiones: al entrevistarse de noche con el propio Cristo y al descender el cuerpo yacente del Señor y prepararlo para la sepultura.
Es una visión extensa de la vida pública de Jesús y del nacimiento de la Iglesia, vista desde la óptica de un hombre de su tiempo que se encuentra involuntariamente a veces, y otras como fruto de su propio empeño, involucrado en un drama que va cobrando poco a poco dimensiones inusitadas, y que termina por fundirse en una sola realidad con el drama humano propio del relator.
Nicodemo es un hombre a quien el acontecimiento doloroso de la enfermedad y muerte posterior de un ser querido ha tambaleado en sus bases más sólidas. Es esta irrupción del misterio del mal en una vida antes cuidadosamente ordenada y segura, la que posibilita a Nicodemo vivir hasta el fondo la experiencia humana y abrirse a la espera de una respuesta que no le viene por el camino de sus antiguas certezas.
Comienza siendo un observador un curioso entremezclado con las turbas que siguen al Maestro, un notorio crítico del espectáculo producido por uno de tantos profetas como aparecían en un Israel hambriento de Mesianismo. Y poco a poco, entre perplejidades y contradicciones, le va ganando la figura de Jesús; sin que su inteligencia le aporte explicaciones válidas y sin que ni siquiera la realidad dolorosa de su vida se haya transformado, el corazón de Nicodemo se rinde, día a día, al misterio insondable del galileo.
La historia del proceso de su relación con Jesús, podría ser en cierto modo la historia de cada uno de nosotros: buscador en principio de una solución práctica para su problema íntimo encontrará por toda respuesta el misterio de la cruz; viviendo en la creencia de ser él quien busca y solicita, se encontrará dé bruces con la realidad de que es Jesús quien le busca y solicita a él; creyendo a cada paso haber desvelado por fin el misterio, comprobará al momento siguiente que el misterio es más grande aún de lo que él acierta a imaginar; decepcionado, se retirará una y otra vez de la compañía del Maestro, y una y otra vez volverá a su lado atraído por la fuerza de su palabra y de su vida; a caballo siempre entre el mero observador y el discípulo ferviente, se verá enfrentado inexorablemente al mundo de sus antiguas certezas, y ese enfrentamiento largamente vislumbrado, tendrá culminación ante el Sanedrín la noche de la condena de Jesús.
Entristecido y huidizo, torna el camino de Emaús para refugiarse en unas posesiones de su familia lejos de Jerusalén al desatarse la furia del Sanedrín contra los seguidores del crucificado. En esos momentos Nicodemo vaga como el hombre que apostó toda su vida, su pasado, su presente ven buena parte su futuro a una carta que resultó ser falsa. Y es aquí, al tocar fondo la amargura de su corazón, al verse desprovisto de todo su prestigio social, de sus cargos públicos y de su propia seguridad interior, al caer la tarde, cuando un hombre extraño con fuego en la vez y en los ojos, al partir el pan, le descubre el misterio de la vida y le recupera de todas sus perplejidades.
Ahora Nicodemo puede reunir todos sus recuerdos, y comprender por fin que el Maestro rabia de padecer y morir para compartir con el hombre hasta lo último de su corazón: su ser sufriente tocado por el mal; pero que así en una Pascua nueva y definitiva, había vencido a ese mal con la resurrección.
Una historia en suma, que comienza desdoblada para converger al fin: la de Nicodemo, y la de Jesús. La primera no encuentra explicación sin la segunda, es a fin de cuentas la propia historia de Jesús, ya que éste asumió de una vez para siempre, todas nuestras historias personales.
Y todo ello, en el marco grandioso de un mundo que se convulsiona al entrar en escena el hombre-Dios, que va a inaugurar el tiempo definitivo de la existencia humana.
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