Con estas palabras se acercaba el Papa a los habitantes de Alcira hace unos días, y así es, ha venido para todos: como Cristo y su mensaje.
Nos ha hablado a todos sabiendo perfectamente a quién se dirigía, conociendo anteriormente nuestras dudas, nuestros problemas..., de tal forma que ha ganado nuestra atención al proyecto de vida cristiana.
Durante estos días tanto la TV., la radio y los periódicos han seguido el peregrinar del Papa.
Nueva Tierra os ofrece a continuación, no los discursos del Papa, ni las típicas anécdotas o chismorreos, sino que presentamos unos testimonios vivos de personas que, desde sus distintas condiciones, han acogido esa palabra de Pedro y nos comentan sus reflexiones, llevándonos así a meditar y releer detenidamente los mensajes del Papa.
De esta forma, y modestamente, acogemos en Nueva Tierra las palabras del Papa Juan Pablo II dirigidas a los jóvenes:
"Cuento con vosotros para difundir un sistema nuevo de vida"
Santo Padre:
Lo que has hecho en el Bernabéu con los jóvenes ha sido "Coger el toro por los cuernos" ¿Cómo supiste cuál era la causa de nuestra anemia? ¿Cómo supiste que la vitamina que nos faltaba era saber en la vida de cada día que "por la constancia en el bien somos transformadores eficaces y radicales del mundo y constructores de la nueva civilización del amor, de la verdad, de la justicia?"
¿Cómo intuiste que nos asustaba el contemplar la magnitud del mal a combatir, dejándonos perplejos y sin saber "cómo hincarle el diente?"
Gracias Santo Padre por esta rotunda afirmación que ya no puede dejar de resonar en nosotros. Ante el mal "el joven cristiano no caerá en la inseguridad y la desmoralización" y nos habéis desmenuzado con todo cariño "el programa de lucha para superar con el bien el mal, que es el programa de las Bienaventuranzas que Cristo -cuyo mensaje nos traéis-nos propone"; ... "saber ser dignamente sencillos en un mundo que paga cualquier precio al poder; cuando sois limpios de corazón entre quien juzga sólo en términos de sexo, de apariencia o hipocresía; cuando construís la paz, en un mundo de violencia y de guerra; cuando lucháis por la justicia ante la explotación del hombre por el hombre o de una nación por la otra; cuando con la misericordia generosa no buscáis la venganza, sino que llegáis a amar al enemigo..."
Gracias Juan Pablo II, necesitábamos este testimonio de esperanza, este convencimiento tuyo irrebatible de que no tenemos perdida la batalla entre el mal que parece hacerse tan visible en nuestro entorno. Gracias por esa confianza que tu has depositado en nosotros, y porque para no dejar ningún cabo suelto, nos has mostrado los medios conque contamos en esta lucha; "jóvenes: el mal es una realidad, superarlo con el bien es una gran empresa. Pero no hay que asustarse, la gracia de Cristo y sus sacramentos están a nuestra disposición. Mientras marchemos por el sendero transformador de las bienaventuranzas, estaremos venciendo al mal con el bien; estaremos convirtiendo la tiniebla en luz."
Gracias, Santo Padre, Dios te bendiga, por el regalo que nos has hecho con tu visita.
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