Huellas N., Junio 1983

EDITORIAL

...Ya se siente la nueva tierra

Ya suena Nueva Tierra. Al final del año este es el balance: ya suena Nueva Tierra; incluso en algunos sitios se utiliza y llega a hacerse familiar.
Un año que acaba lleno de propuestas, ¡qué paradoja!. Ahora es cuando apetece comenzar, con el ánimo sereno y sintiendo vuestro apoyo más fuerte que nunca.
Muchos sois los dueños de esta idea. Os pertenece con toda propiedad porque sois los que la apoyáis y la queréis. También sois los que decís que la revista va mejorando. Estaría­mos satisfechos si el objetivo fuese hacer una revista en la cual se cuidase el contenido y la forma, cuyo único afán fuese el vernos refleja­dos en ella y poderla enseñar. Pero nos hemos metido en una tarea mucho más ambiciosa.
Ahora el curso está para acabar pero sabemos que el tiempo no ha pasado en vano. Nuestro trabajo a lo largo de todo el año aumenta en nosotros la certeza de que es verdad lo que estamos viviendo, que nuestro ideal no es una ilusión o una teoría, sino una realidad, una presencia en nuestras vidas, un encuentro con alguien que cambia el corazón y con el cual se puede vivir y vivir ahora.
El destino de nuestras vidas se nos ha mostrado, nosotros conocemos el significado de nuestra existencia. Se llama Cristo. Y el conocer esto abre una perspectiva fascinante a toda nuestra vida, a nuestro estudio, nuestro amor, nuestra amistad, nuestro tiempo. Porque la belleza de la vida y de la realidad está ahora más clara para nosotros.
Nueva Tierra somos nosotros, voso­tros, todos los que compartimos el mismo ideal en nuestras vidas. Por eso este verano no será un paréntesis para nuestra revista aunque no salga ningún número. Allí donde estemos, espe­cialmente cuando compartamos nuestra compañía, seguirá naciendo y realizándose la nueva tierra que llevamos en el corazón. El verano será un paso más hacia delante.