Va al contenido

Huellas N.5, Mayo 2007

CL

Huellas en la universidad

a cargo del CLU

PUNTO & APARTE

Tucídides hace decir al ateniense Nicias, sobre la base de un topos literario bien consolidado, que «son los hombres los que hacen la polis, no murallas o naves vacías de hombres». ¿De qué sirve una brillante construcción defensiva si después no hay hombres que la habiten? ¿De qué sirven las naves si faltan los remeros? Para remar, combatir y defender la propia tierra, igual que para enseñar a trabajar, hacen falta hombres libres, capaces de valorar al individuo, dotado de razón y de capacidad crítica. Los griegos lo sabían. Así es la universidad. En mayo, en Italia se tendrán las elecciones universitarias. En estos meses hemos asistido al extraño fenómeno de la multiplicación de las listas. Listas que la mayoría de las veces esconden bajo las propias siglas un partido y que en contadas ocasiones nacen del interés por el lugar en el que estudiamos. En el mejor de los casos se trata de destellos que aparecen en la campaña electoral, destinados a desaparecer en dos o tres meses. Lo que estas páginas quieren mostrar es una pasión que abraza la vida entera en todos sus particulares, incluidas las clases y las elecciones. Hombres “diferentes” que se toman en serio a sí mismos y lo que hacen. No es por tanto un partido ni un destello, sino un “yo” libre que se junta con otros.


LOMBARDÍA
Luca Pezzi
Ejercicios de Pascua


Una larga hilera de coches se dirigía hacia la Cartuja de Pavía por la carretera que bordea el Naviglio. Sobre la copa de los chopos despuntaba a lo lejos la cúpula de la iglesia: algún kilómetro más y llegaríamos. Los coches se acercaban con lentitud mientras pensaba en el modo de no perderme en las mil preguntas, y preocupaciones de este periodo que generan ansia y me centran en mí mismo. Aparcamos y nos dirigimos hacia la Cartuja por un camino jalonado por árboles. Las notas del Stabat Mater de Pergolesi se oían cada vez más cerca. Entro, me siento y miro hacia el altar, que se ocultaba detrás de una de las imponentes columnas de la iglesia. Escuchamos la introducción. «Hemos nacido viejos y es necesaria toda una vida para llegar a ser jóvenes». Viejos por la tristeza, el mal y la fe que no tenemos. «No habrá fidelidad si no existe en el corazón del hombre una pregunta, para la cual sólo Dios tiene respuesta», una pregunta despertada por los hechos y olvidada bajo el cúmulo de las horas y los días. Tres mil universitarios en vibrante silencio, cantos milenarios ejecutados a la perfección por el coro. Es inevitable preguntarse: «¿Quién sostiene esto?». Se hablaba de algo que estaba sucediendo. Por la tarde, la misma columna me ocultaba la vista del crucifijo en el centro de la nave: veía sólo un brazo. Tuve una intuición. Comencé la universidad con la pregunta: «¿qué haré?». Cuanto más pasa el tiempo, menos lo sé; justo al contrario de la certeza que tengo en la Presencia del Señor. Antes veía una mano, ahora un brazo –la cruz era un ejemplo– y la pregunta: «¿quién eres tú?» nunca ha sido tan urgente como ahora. Una pregunta inevitable delante de la multitud de gente que recorría el camino del Via Crucis de Caravaggio: «¿Quién los ha puesto juntos?». Ante semejante hecho tengo que responder.


MILÁN
Matteo Forte
Carta a una profesora


«¿Qué es el embrión? ¿Es vida humana?» Aunque no tuviéramos certeza sobre su naturaleza, «¿no sería más razonable, en cualquier caso, ser prudentes?» Estas son las preguntas que ocho estudiantes de Física de la Universidad Estatal de Milán expusieron en la ya célebre «Carta a una profesora». Los ponentes del encuentro “Vida humana y libertad de investigación” –que tuvo lugar el pasado 19 de abril en el Auditorio ISU de la calle Clericetti– partieron de estas preguntas. Carlo Soave, profesor ordinario de la facultad de Ciencias de la Universidad Estatal de Milán, moderó las intervenciones de la profesora Ornella Parolini, directora del Centro de Investigación “Menni”, y de Giorgio Israel, profesor de Historia de las matemáticas de la universidad “La Sapienza”. Parolini hizo una introducción al método científico que ha aprendido durante su carrera; el segundo denunció el peligro cientificista que abunda hoy. Existe el riesgo de que haya «una casta de especialistas de ética –advirtió Israel– de la que dependa cualquier decisión que se tome en este campo», cosa que se manifiesta desde el momento en que «no se puede poner en discusión lo que hacen los científicos».


MADRID
CLU de Madrid
La Rosa Blanca


Los quebraderos de cabeza de Juan con la estructura de la exposición, la amistad de Rocío y Cristina, los paneles, la insistencia de Miriam, el entusiasmo de Ana, la compañía de Sole, el interés y el apoyo del Decano de la Facultad de Derecho de la Complutense, el trabajo con amigos de otra asociación… La exposición que pudimos mostrar a todos durante dos semanas en la Facultad de Derecho no hubiera significado nada sin toda esta red de relaciones. Relaciones vivas y llenas de interés, como las de Hans y Sophie Scholl, Willi Graf, Schmorell, Probst y el profesor Kurt Huber; seis amigos que fueron ejecutados por el régimen nazi por haberse opuesto a él, por no haber renunciado a sus deseos, por haber sido leales con su experiencia de hombres.
El primer fruto de todo el trabajo que supuso preparar la exposición ha sido esta misteriosa unidad: «Me doy cuenta de que necesito cada vez más de una amistad verdadera». De este modo escribía Probst a uno de sus amigos en plena campaña militar. Si comenzamos a organizar la exposición fue por pura envidia, por ver cómo algunos amigos y profesores habían dado todo su tiempo para que otros muchos pudieran conocer esta historia fascinante. Una historia que inevitablemente se hizo nuestra y nos conquistó también a nosotros. Su amistad no era utópica ni política, no era ideológica. Quisimos poner delante de todos esta historia para que la Universidad, nuestros amigos y nosotros mismos pudiéramos participar de ella en alguna medida.
Mañana y tarde nos encontrábamos en el hall de la Facultad, la explicábamos, se hacían corrillos, algunos profesores venían con sus alumnos. Muchos, al ver las fotos de los universitarios de la Rosa Blanca, con sus rostros serenos y llenos de alegría, nos preguntaban: «¿quiénes eran éstos? Y vosotros, ¿quiénes sois?». Dos preguntas que no se cierran, sino que siguen provocándonos con fuerza. Pertenecer a un pueblo y que esta pertenencia defina nuestras vidas y las haga más bellas, nos hace mirar con sorpresa nuestra unidad que, al igual que los miembros de La Rosa Blanca, nos abre al mundo.


MISIÓN JOVEN
Nacho de los Reyes
Vivir la vida intensamente


Los días 8, 9 y 10 de mayo la Pastoral Universitaria de Madrid, dentro del marco de la Misión Joven promovida por la Diócesis, preparó un ciclo de encuentros bajo el título “Vivir la vida intensamente”. El primero de ellos se desarrolló en la Facultad de Medicina de la U.C.M y tuvo como protagonistas a dos médicos, Alfonso del Corral, del Real Madrid y José María Villalón, del Atlético de Madrid: «La vida de un hombre que pasa por el dolor y acoge esta circunstancia será grande porque puede entender que su vida depende de Otro», decía Alfonso del Corral aludiendo a un futbolista que había sufrido una grave lesión. El día nueve, en la Facultad de Ciencias de la Información, Cristina López Schlichting (COPE) y el escritor Juan Manuel de Prada mantuvieron un vivo diálogo sobre la universidad, el periodismo y su experiencia cristiana. De Prada afirmó –en relación con su trabajo y la labor de los católicos en la sociedad– que lo único importante «es que somos instrumentos del Misterio». Finalmente, y para cerrar este ciclo, Kiko Argüello, fundador del Camino Neocatecumenal, dio un testimonio personal en la Facultad de Derecho, mostrando cómo la fe nace de los hechos y es realmente persuasiva.


GÉNOVA
Maria Silvia Vaccarezza
Alguien pregunta


Clase de Filosofía medieval. El tema que estamos dando: las pasiones en santo Tomás. Argumento que todos los días provoca preguntas y discusiones gracias a la disponibilidad del profesor, a quien no le mueve una especulación estéril sino la búsqueda común de la verdad. En una de estas “conversaciones”, discutimos sobre el placer como gozo que deriva de la consecución de un bien, verdadero o presentido. Uno de nosotros pregunta: «¿Cómo puede llenar el corazón de gozo algo que no sea conforme a su verdadera naturaleza?». Para el profesor la naturaleza del hombre no es un dato preconstituido, sino que va formándose a través de las elecciones morales personales y, por lo tanto, una naturaleza corrompida goza de bienes adecuados a ella, es decir, aparentes, y no hay ninguna señal que pueda advertirle del error, salvo una intervención externa. Ahí empieza la revolución de la clase. Tiene que haber –sostiene uno– un criterio objetivo dentro del hombre, no fuera, que le permita estar seguro de lo que es o no adecuado a sí mismo, a su naturaleza; y tal criterio no puede ser otra cosa que el “corazón”, capaz de encontrar gozo y reposo en un bien verdadero, e insatisfacción en el caso de que la libertad elija algo inferior, que no está a la altura de la naturaleza humana. La discusión continuó durante más de una hora. Como faltaba tiempo, organizamos una comida con el profesor para profundizar en el tema y juzgar, a la luz de este, la situación actual (parejas de hecho, etc.), pero sobre todo, para continuar la amistad con alguien que comparte con nosotros la pasión por el conocimiento.

 
 

Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón

Vuelve al inicio de página