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Huellas N.5, Mayo 2007

CL

Huellas en clase

a cargo de los estudiantes de CL

Deseo de Verdad
En su editorial publicado en el diario Avvenire del 12 de abril de 2007 Davide Rondoni habla de la relación entre la Iglesia y la cultura, entre la pertenencia a Jesús y el interés por el mundo. Rondoni escribe: «La Iglesia no ha tenido nunca la preocupación de ser una gran cultura. Ha sido y es ella misma cuando trata de respetar su propia misión: anunciar el acontecimiento de Cristo y hacer posible el encuentro con Él. Su cultura y estilo nacen de esta “llama”». Es una provocación grandiosa para nuestro estudio diario, nuestra presencia en la escuela y todas las actividades culturales que organizamos y llevamos a cabo: estar dispuestos a anunciar lo que más nos importa, nuestro deseo de Verdad y la respuesta que cada día, por gracia, nos es dado intuir un poco más; comprobar que cada gesto puede ser cauce de Su presencia. La escuela hoy es objeto, cada vez más, de debates que no abordan lo esencial: el deseo de la Verdad. Nosotros necesitamos que se nos acompañe para tener una seriedad radical con nosotros mismos y con los problemas que la vida nos pone delante.
GS-Italia


ROMA
> CONVENIO
Fines y objetivo de la participación estudiantil


22 y 23 de marzo. Convenio promovido por el Ministerio de Educación sobre
la reforma de los órganos colegiales y la participación estudiantil.
La intervención de los representantes de Gioventú Studentesca


No debemos olvidar cuál es el fin último de la representación estudiantil, porque corremos el riesgo de caer en una democratización formal, fin a sí misma, y por lo tanto inútil. La representación estudiantil tiene la tarea de servir y valorar cualquier experiencia útil para el ámbito escolar. Es necesario dar valor a lo que ya existe. En este sentido la participación de los estudiantes en los órganos de gobierno es un servicio, es decir, una institución que está al servicio del estudiante, individual o asociado. Un ejemplo significativo al respecto es la experiencia del Consejo de Representantes de Milán. Ha sabido trabajar junto a algunos chicos de varios colegios quienes, movidos por el deseo de profundizar en el problema de la libertad, han llevado al centro de Milán la exposición fotográfica de Erich Lessing “Budapest 1956. El grito de la libertad”. El Consejo ha valorado esta iniciativa nacida de un grupo de estudiantes de modo que, por una parte, ellos han podido expresar plenamente su experiencia y por otra, el Consejo, siguiendo el principio de subsidiariedad, ha aportado una ayuda fundamental sin la cual habría sido mucho más difícil para ellos realizar su iniciativa. Por tanto o la participación de los estudiantes se convierte en esta aplicación del principio de subsidariedad o corremos el riesgo de transformarla en una gestión compleja de aparatos representativos supérfluos e inevitablemente ajenos a la vida de los estudiantes.
La escuela no es un laboratorio
Hay una segunda observación a propósito de una afirmación desconcertante que aparece en el documento que se nos ha distribuido esta misma mañana, según el cual la escuela llegaría a ser un laboratorio de democracia. Esta afirmación venenosa implica la presencia de dos elementos: una cobaya (nosotros los estudiantes) y un observador, el Ministerio o alguien delegado por él que analizaría el comportamiento de las cobayas como en un laboratorio de ciencias.
Yo, y conmigo todos los estudiantes, no quiero ser considerado una cobaya. Por el simple motivo de que no lo soy. Soy una persona con deseos, pasiones, y una exigencia de sentido de la realidad, y necesito ser considerado como tal. El problema no es en absoluto de terminología: no cambia nada sustituir el nombre de laboratorio por el de taller o gimnasio.
Es fundamental por tanto no seguir en esta dirección, porque la escuela no es un aparato de instituciones sino una relación educativa con los chicos, esto es, con unas personas.

Identidad y realidad
En estos días se han subrayado las cuestiones referentes a la violencia en las aulas y la integración de las nuevas culturas. Estos problemas hacen emerger con fuerza la importancia de la educación, entendida como una introducción a la realidad entera. La escuela en este momento no puede limitarse a ofrecer métodos para conocer, sino que debe ser sobre todo maestra de contenidos. Tiene que serlo, porque precisamente estos últimos son fundamentales para el conocimiento de la propia identidad. Identidad y tradición son necesarias para entender nuestras raíces, para ver la posición del hombre dentro de los problemas que la historia plantea siempre y por tanto para entender de dónde venimos, adónde vamos y adónde queremos ir. A través de la “tradición” es posible descubrir el sentido de la realidad hoy, entender el sentido del otro. Solo comprendiendo el sentido último que tiene nuestra vida podemos aprender a considerar al otro no como un tipo al que se le puede zurrar, sino como una persona distinta que tiene los mismos deseos de felicidad, libertad y justicia que nosotros. Es más, sólo asumiendo la propia identidad no se tiene miedo de abrirse a las distintas culturas y de integrarlas en la propia. De otra manera, sobre todo nosotros, los estudiantes, seguiremos siendo zarandeados por los vientos que soplan, cada vez distintos, en el transcurso de la existencia. Aumentando así la confusión que ya abunda y se percibe claramente en la sociedad de hoy.
(Giovanni Raccichini y Carlo Ortenzi)


APERTURA DE CURSO
> SANTA FE
Implicando la vida entera


Para invitar a nuestros amigos a la apertura de curso de GS preparamos una exposición. La propuesta surgió con la pregunta: «¿Qué quiero yo este año para mi vida?». Nos pusimos a trabajar comparando nuestra experiencia con la de los chicos de la Rosa Blanca, reclamándonos a hacerlo del mismo modo que ellos, es decir, implicando toda nuestra vida. La muestra se llamó como el libro de Escuela de comunidad: El camino a la verdad es una experiencia; en ella no solo hicimos referencia a la amistad de la Rosa Blanca, sino que retomamos imágenes y textos que nos reclamaron también a nosotros a reconocer nuestro camino. En un principio no entendíamos muy bien las razones por las que lo hacíamos y sólo confiábamos en el hecho de adherirnos a la propuesta de los adultos que nos acompañan. Sin embargo, entre mate y mate, fuimos ordenando nuestras preguntas y armamos el Power Point con aquello que realmente despertaba nuestro corazón. Por ejemplo, pudimos reconocer la frase de Hans: «Lo importante es iluminarnos de hombre a hombre» como la que resume la historia de la Rosa Blanca, pero también la nuestra, porque asumimos que si el juntarnos no nos cambiaba, entonces no valía la pena. Si era bueno para nosotros, si nos cambiaba a nosotros, entonces también lo era para nuestros amigos, a quienes invitamos con la intención de tomarlos en serio –porque así queremos ser tomados nosotros– no solo a ellos sino también en casa (estando atentos a aquellos que nos quieren de verdad) y en la escuela (yendo a fondo en el estudio para vivirlo intensamente). La frase del volante con el cual propusimos la muestra fue: «La primera autoridad es el propio corazón» por su gran atractivo, y cuando la presentamos en Puerto Franco la convocatoria fue mayor de la esperada; incluso aquellos que asistieron se animaron a preguntarnos por qué habíamos hecho la muestra. Concluimos la exposición diciendo que lo que proponíamos no era un discurso bonito, sino una amistad verdadera y que no era algo que quedaba ahí, sino un camino que seguía. Efectivamente siguió, ya que algunos de ellos están viniendo la Escuela de comunidad y la caritativa.
(Emilia, Eugenia, Melisa, Juan Pablo y Pedro)


El “corazón”, tal como lo entiende el lenguaje bíblico,es infalible

Donnersmarck relata una historia de espionaje en nombre de «la seguridad del Estado». Un agente de la policía secreta, la Stasi, se encarga de instalar micrófonos y escuchar todo lo que sucede en casa de dos personas (un dramaturgo de prestigio y su novia, de profesión actriz) de las que en principio no cabe sospechar hostilidad alguna al régimen comunista. La lealtad del esbirro de Honecker y compañía se va resquebrajando a medida que va descubriendo las miserias morales de sus superiores, que se dedican a minar la dignidad moral del dramaturgo, la actriz y sus amigos guiados únicamente por su propio beneficio. Finalmente, el chivato acabará siendo un rebelde de los que gustaban a Albert Camus, es decir, un hombre que dice no. Extraordinaria puesta en escena de cómo el corazón humano, «ese conjunto de evidencias y exigencias elementales que nos constituye», se abre camino perforando la capa que le oprime tanto social como personalmente.










LA VIDA DE LOS OTROS
(Alemania, 2006; 137 minutos)

Dirección y guión:
Florian Henckel-Donnersmarck.
Intérpretes: Martina Gedeck, Ulrich Mühe, Sebastian Koch y Ulrich Tukur.
Música: Gabriel Yared, Stéphane Moucha.
Fotografía: Hagen Bogdanski.

 
 

Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón

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