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Huellas N., Abril 1984

CRITICA

Eloisa está debajo de un almendro de Enrique Jordiel Poncela

Esta obra fue estrenada en 1940 con gran éxito. Actualmente po­déis asistir a su representación en el teatro María Guerrero.
Jardiel Poncela nos presen­ta un teatro con claras similitudes al de Ionesco, Beckett y otros auto­res del "absurdo". Pero el diálogo ingenioso, agudo, con valores lúdi­cos; lo humorístico; el disparate; la broma ridícula y absurda llevada a su extremo hacen que sus obras sean originales y distintas con res­pecto a las de su tiempo. Con ello, Jardiel Poncela busca la renovación del teatro.
Eloisa está debajo de un almendro es una obra aparentemente cómica, pero en el fondo de la misma subyace un tremendo dramatismo. El autor combina las situaciones absur­das, ridículas e inverosímiles con un lenguaje basado en el chiste y el disparate. Pero tras esa comicidad se esconde, como telón de fondo, una imagen de nuestra España de la post­guerra. Por ello, sus auténticos pro­tagonistas son la pobreza, el ham­bre, la miseria y el frío.
Los personajes de esta pie­za teatral están marcados por el su­frimiento y el dolor, viven encerra­dos en su propia tragedia sin llegar a ver la de los otros y sin hacer nada para salir de ella. Ante esta situación y deseando olvidar su dolor optan por una locura: el amor románti­co "de un Bécquer o un Larra", los mitos cinematográficos del momento, el misterio, lo fantástico, etc., co­mo evasión o escape de lo real.
De esta forma crean un mun­do al margen de la cruda realidad. Su gran locura es: huir de la trage­dia que asola a nuestro país, no aceptar el compromiso y la responsabi­lidad individual dando la espalda a la situación histórica.

 
 

Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón

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